France es una famosa periodista de televisión que medra sin escrúpulos ni compasión, pero se replantea su vida tras un accidente de automóvil. Sin embargo, se dará cuenta que le es imposible llevar a cabo un cambio real en sí misma sin sacrificar su estatus y su fama. Asqueada y agobiada por las contradicciones, decide retirarse a un exclusivo balneario para seguir una cura de reposo, pero los acontecimientos encarrilarán su vida por derroteros trágicos e inesperados.
«France» casi renuncia casi cualquier viso de comicidad
Bruno Dumont, director más versado en la comedia, da su salto al drama en una película que gira en torno al personaje interpretado por Léa Seydoux (conocida por “La vida de Adèle” y “Hotel Bucarest”) que encarna a un personaje cuyo perfil nos es tristemente familiar: una periodista a la que no le importan la información ni los acontecimientos de los que habla, si no situarse en el centro de todo y acaparar fama y fortuna, desvirtuando y prostituyendo los medios de comunicación y poniéndolos al servicio del ego y los intereses de unos pocos.
“France” (Sección Oficial / Albar del Festival Internacional de Cine de Gijón) es una película fascinante y algo excesiva. Desde luego, Lea Seydoux está soberbia en su papel, mostrándose fría y despiadada al principio para luego pasar a un estado de fragilidad y desubicación conmovedores. Benjamin Biolay se impone como marido cínico y hastiado y Blanche Gardin se encuentra cómoda como la compinche y subordinada que se mantiene siempre fiel a su jefa, en el único personaje que se podría considerar un alivio cómico en una película que renuncia por lo demás a casi cualquier viso de comicidad.
El peso de la película recae sobre el reparto
Dicho esto, da la impresión de que Dumont no sabe muy bien cómo dirigir un drama, o quizá sus pretensiones se queden por encima de su competencia, y el peso de esta tarea cae en manos de un reparto más que eficaz que lidia con un guion algo melodramático, cuya ejecución se lleva a cabo junto a unos planos y una música que parecen querer epatar más que apoyar la narración. El conjunto resulta alargado en exceso, con giros de guion que pretenden meter más carga dramática sin vaselina, aturullando al espectador más que llevándolo al terreno emocional al que se supone que quiere aproximar.
En conclusión, se puede decir que, aunque “France” cumple su misión de criticar el estado actual del periodismo mainstream, lo hace a costa de cobrar un peaje de melodrama y efectismo. Una verdadera lástima.