En esta obra nos encontraremos a un Ito que quiere alcanzar el mayor grado de fidelidad posible a la novela publicada y escrita por Mary Shelly en 1818. En este proceso podemos encontrarnos con un Ito que renuncia a ese registro tan diferente y característico que le ha acompañado por toda su carrera de mangaka.
Normalmente las obras de Ito han mostrado inquietantes historias que alineaba el horror en forma de monstruos grotescos, las situaciones más bizarras imaginables y muertes de lo más esperpénticas imaginables con el terror psicológico que tiende a derivar en obsesiones. Aunque algunos pueda llegar incluso a decepcionarles ver una obra completamente fiel que no da pie a que la mente del autor juegue con la trama en ese registro tan personal ya mentado. Yo personalmente me tomo eso con un punto a favor más. Pues para mi aunque el dibujo de Ito es algo digno de haberle ganado el sobrenombre de maestro del terror, creo que sus guiones tienden a cojear de vez en cuando.
Ito suele preferir lo bizarro y con ellos algunos giros o saltos que a veces son demasiado disparatados o forzados para mi gusto, cosa que dentro del terror hay que trabajar con especial cuidado cuando gran parte del efecto del terror muchas veces más que por la abominación de eldritch de turno es por el temor a lo que pueda pasar a nuestros protagonistas y la conexión que establecemos con ellos. También cabría resaltar que esto es algo de esperar cuando el terror de Ito bebe del terror más clásico en vez del actual y se nota que entre sus referencias se haya el mismo H.P Lovecraft. No me malentendáis pues es solo algo que ocurre de manera notable para mi gusto en pocas de sus obras, pero no esta de más señalarlo y más en obras de este genero en las que el clímax de la tensión trabajada al largo de la obra de no ser tratado apropiadamente puede llevarse por delante todo el trabajo realizado.
En este homenaje página por página en el que Ito nos demuestra el deseo de hacer suya la obra. Sí la narrativa es totalmente oriental, pero la adaptación del maestro, como ya he mentado, es completamente fiel a la novela original. Que a pesar de unas licencias, que, sí, se toma algunas licencias. Pocas, y la gran mayoría de estas son relacionadas con la Criatura y las cuales igualmente considero que sientan bastante bien al conjunto de la obra. De hecho asegurando un lugar entre las adaptaciones más fieles que he tenido el placer ver/leer jamás.
Hablando del tan característico dibujo de Ito aún siendo esta una de sus primeras obras, siendo esta publicada dentro de una serie en el año 1994, ya esta ahí casi todo lo que lo hace “suyo” aunque pueda verse quizás como una versión algo más beta de lo que es el Ito que vemos en sus obras actuales.
Quizás la ausencia de en los momentos más emocionales y gritos y demás ese momento en el que la cara de los personajes se “deforma” hasta que casi dejan de ser humanos, aunque considerando la obra que se esta trabajando tampoco es que se haga echar en falta. El estilo oscuro y realista con gran énfasis en el rostro para una mejor transmisión de las emociones, las sensaciones y principalmente lograr un mayor realismo y seriedad de los que se beneficia tanto el género. Con un diseño de la criatura de Frankenstein que resulta soberbia, siendo una mole de más de dos metros, cubierta de vendas y que realmente consigue el efecto de estar compuesta de trozos de distintos cadáveres.
Y que mejor manera para empezar que una escalofriante historia que un impactante comienzo en el frío ártico, una gran manera de comenzar esta gran historia de terror…
A modo de opinión personal diré que la obra funciona a todos los niveles, resultando verdaderamente excepcional, que duda cabe que siempre recomendaría antes la novela…ja este debe ser el equivalente al “pero el libro es mejor” que existe con todas las adaptaciones a películas.
Porque jamás se puede vencer al original por mucha justicia que Ito pueda hacerla, ahora bien. Para todos los amantes del noveno arte, de Ito o de la obra de Mary Shelly se lo recomendaría encarecidamente, sin lugar a dudas.