En un año 2020 histórico por muchos motivos, de entre los positivos, destacamos la que es, indiscutiblemente, la más exhaustiva, profunda y rigurosa biografía jamás publicada sobre Benito Pérez Galdós (Gran Canaria, 1843; Madrid, 1920). Este texto, ganador del XXXII Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias, corresponde a la estudiosa y experta Yolanda Arencibia (Las Palmas de Gran Canaria, 1939), catedrática en la Universidad de Las Palmas y expresidenta de la Asociación Internacional de Galdosistas, entre otros méritos. Cuya vida académica sintetiza ahora, tras décadas vinculada al estudio de la obra del escritor universal canario, en ‘Galdós. Una biografía’ (Tusquets, 2020): una obra ambiciosa, de evidente monumentalidad, que recorre la vida y la obra de este autor centenario desde sus múltiples dimensiones.
Para ello se centra en su contexto social, cultural y personal. Una estrategia más que necesaria en este caso. Pues tiene razón Arencibia en una idea que repite, insistentemente, en sus entrevistas: Galdós es un autor tan citado como desconocido, tan referido como equivocadamente referenciado. Por eso se ciñe a “los principios fundamentales de rigor y verdad.” Proyectados en su trabajo por otro principio, más fundamental si cabe, “el hombre es la obra”, que nos ayudará a comprender quién y cómo era nuestro autor a través de los numerosos y dispersísimos rastros biográficos que fue dejando en su vastísima obra; posiblemente, una de las más amplias de la literatura castellana en su volumen y heterogeneidad.
Otra ayuda a la lectura del público general es el estilo de escritura, claro y directo sin caer en lo banal, así como la organización interna de la obra, dispuesta en lineal cronología y con unos encabezados dónde se anotan los aspectos más relevantes de cada capítulo (que después se tratarán, también, en el mismo orden). Estas decisiones nos permiten hacer algo muy infrecuente en las biografías y es que, si tenemos un conocimiento o un interés previo en el autor, podremos ir directamente a la parte de su vida de nuestra elección y diseccionar sus claves sin muchos problemas. Incluso, dentro de cada capítulo, podremos buscar fácilmente ese aspecto o punto de interés que nos llamó la atención, y conocer más sobre él, sin que el texto pierda un ápice de su progresividad, cohesión y coherencia internas.
Llama también la atención lo amplío de las fuentes directas que se manejan aquí, así como su perfecto encaje general dentro de hilo cronológico. No lo decimos solo por cómo se muestra el conocimiento de los textos literarios que componen la obra creativa de Galdós -y que Arencibia repasa desde múltiples perspectivas-, sino también por el manejo de las fuentes epistolares o las noticias de la prensa de la época u otro tipo de textos de o sobre Galdós que, producidos en su presente y desde el contacto directo con el autor canario, le permiten a Arencibia tanto justificar cada paso argumental, como ofrecernos un Galdós concreto, próximo, en detalle. Algo que venía siendo hasta ahora infrecuente, por lo menos, con la amplitud y grado de precisión que la autora nos ofrece en esta extraordinaria biografía. Ayudada, sin duda, por su acceso directo, e intuimos que, sin límite, a los fondos bibliográficos y archivísticos de la Casa-Museo Pérez Galdós.
De esta forma, Arencibia consigue presentarnos una biografía rigurosa, entretenida y útil. Flexible, en cuanto su lectura y manejo puede servir tanto al público curioso como al especialista más exigente. Profunda, pues trata la personalidad compleja, y por veces inescrutable, de Galdós en sus múltiples aspectos con la distendida seriedad y exhaustividad que era de esperar. Y siempre apasionante. Hasta el punto de que, por lo menos en nuestro caso, podemos dar por más que cumplido el objetivo final de la autora pues, efectivamente, sus páginas han conseguido despertarnos la curiosidad por la biografía y la voracidad por la obra de Benito Pérez Galdós.
Galdós o la brillantez del hombre tímido
Si por algo destaca Galdós a lo largo de las más de ochocientas páginas de su biografía es por ser, ya desde chico, una persona abonada al silencio, más de escuchar que de hablar, más de observar que de actuar. Eso sí, cuando hablaba o cuando actuaba, conseguía que todos viesen el aire que se movía a su alrededor. Esta personalidad la explica Arencibia por una tendencia natural a dar pocas cosas por seguras o, incluso, a mostrarse ignorante respecto a ellas, buscando siempre aprender de todo y de todos. Una mente abierta al conocimiento, curiosa y, por tanto, tan dispuesta a la amena conversación como a la rigurosa investigación sobre su pasado y su presente.
De aquí que la Historia fuese para él una disciplina fundamental y el Realismo literario, por tanto, casi la manifestación de una actitud vital frente a su contexto sociocultural y político con el que, pese a su timidez, se mostró cada vez más claramente comprometido. Sus Episodios Nacionales fueron, en distintas series, el intento más amplio y mejor estructurado de Galdós en esta dirección. Su salto a la política, quizás no de la forma más coherente para con sus ideas, fue otro de esos intentos; ya no con tan excelsos resultados. Y su intento de trasladar a España, desde su pluma, la comedia humana con la que Balzac retrataba en su mismo tiempo a Francia es otra muestra de ese inveterado compromiso. Emborronado por esa relación tortuosa que Galdós tuvo, por ejemplo, con el teatro, dónde, queriendo trasladar también ese objetivo vital, se topó sin embargo con alguno de los más intensos disgustos, creativos y personales, de su carrera.
Más allá de lo estrictamente íntimo y personal, que tantos dimes y diretes viene generando alrededor de su figura, ‘Galdós. Una biografía’ (Tusquets, 2020) nos regala un Galdós complejo que, retratado a partir tanto de sus palabras tanto como de sus acciones, consigue un equilibrio en su perfil infrecuente en los trabajos biográficos publicados hasta ahora. Por todo ello, el extraordinario trabajo de Yolanda Arencibia nos obliga a recomendar su biografía, así como a darle una oportunidad a la inmensa obra galdosiana, especialmente en éste, su año.
Que no acabe 2020 sin, por lo menos, rendirle cada uno/a de nosotros/as a Don Benito Pérez Galdós el sentido homenaje que se merece con un pequeño gesto. Gesto que bien puede ser leer esta biografía como, por supuesto, hacerlo de cualquiera de las muchas obras maravillosas que componen la producción galdosiana.