«En Yale, en 2015, dos profesores perdieron sus cargos por haber cuestionado la política universitaria que pretendía regular la elección de trajes <<ofensivos>> para Halloween. Postulaban que más bien se dejara a los alumnos discutir el tema. Ese correo se filtró. Los estudiantes se pusieron de acuerdo para echarlos.»
No me gusta. Me ofende
La cultura de la cancelación parece haber llegado como un huracán arrasándolo todo y respetando a muy poca gente, quizá la considerada clara y pura, una especie de seres virginales que no deberían mover un ápice su postura, mejor aún, no opinar sobre nada, para evitar la cancelación total y el acoso. En lo que Caroline Fourest llama “generación ofendida” podemos encontrar un poco de todo, aunque Fourest nos traslada en su relato, sobre todo a América del norte y Francia, donde la cancelación, lo políticamente correcto y la apropiación cultural están hasta en la sopa.
A través de 16 capítulos, la activista francesa nos va poniendo ejemplos llamativos y alarmantes sobre cómo esta cultura de la cancelación y su teórica apuesta por la diversidad no está haciendo más que crear nuevos guetos en donde la multiculturalidad o la fusión quedan relegadas por el énfasis en las minorías con representantes “ofendidos” que se erigen en líderes de toda una raza o un tipo de pensamiento que va más allá de cualquier libertad personal.
Así, en las escasas 150 páginas de la obra, asistimos atónitos a la cancelación de clases de yoga para gente con capacidades diversas en la progresista Canadá por tratarse de una apropiación cultural de una disciplina de la India; el experimento de Evergreen que terminó como el rosario de la aurora con el despido de varios profesores por oponerse a una especie de venganza de los alumnos afroamericanos; el vídeo de Katy Perry pidiendo perdón por haber utilizado trenzas y muchísimos ejemplos más que dejarán a los lectores con la boca abierta de par en par, ¿esto está pasando realmente en la sociedad? ¿Por parte de la gente que se supone que tendría que defender la libertad?
También nos traslada Fourest a Francia, donde las cosas aún no llegan a un nivel tan preocupante como en Estados Unidos y Canadá, pero donde las universidades han estado implementando este tipo de política de la ofensa que ha enrarecido el ambiente universitario y sus órganos directivos y de representación.
Y es que la experiencia militante de la autora y su conocimiento de los movimientos sociales le permiten hacer un juicio lúcido sobre los problemas a los que nos estamos enfrentando gracias a este movimiento reaccionario dentro de la propia izquierda. En estas breves pero clarividentes páginas se nos ilustra con ejemplos que hacen temblar. Y el futuro no parece más halagüeño.
Feminista. Antirracista. Homosexual
La vida de Caroline Fourest, según podemos apreciar en el relato de Generación ofendida no ha sido fácil de base tanto por su condición de izquierdista, como por sus luchas feministas, antirracistas y por la libertad de expresión así por su condición sexual. Sin embargo, de un tiempo a esta parte considera sentirse perseguida por aquellos que deberían defenderla (Pista: No es la extrema derecha).
Caroline Fourest es escritora, excolaboradora de Charlie Hebdo, activista y directora de películas como La batalla por los derechos humanos o el documental ¡Hermana Innocenta, rezad por nosotros! Además, desde 1998 ha escrito ensayos como La guía de los espónsors del Frente Nacional y de sus amigos, La tentación oscurantista o Los nuevos soldados del Papa: Legionarios de Cristo, Opus Dei, tradicionalistas. Ha recibido el Premio de escenografía del Festival Cineffable, el Premio Nacional de la Laicidad, el premio del libro político, el Premio Jean Zay. Laicidad y República, el Premio Condorcet-Aron por la Democracia además de ser nombrada Caballero de las Artes y las Letras.
«Esa tiranía de la ofensa nos está sofocando. Es hora de respirar, de volver a aprender a defender la igualdad, sin dañar las libertades».
Generación ofendida, de Caroline Fourest se publicó en Península en septiembre de 2021 en edición rústica con solapas, con 160 páginas y traducido por Agustina Blanco.