Ghost Money es una obra escrita por Thierri Smolderen y Dibujado por Dominique Bertail. La historia original comenzó a publicarse en 2008, terminando en 2016. Por desgracia, en España solo se publicó el primero de los cinco volúmenes originales que forman esta historia.
Finalmente, Norma Editorial ha publicado en este año 2021 un integral con toda la historia de Ghost Money. El formato escogido ha sido el cartoné de gran tamaño, propio de los álbumes europeos.
La historia ocurre 20 años después (de la fecha original de publicación), en 2028. Por un lado tenemos a Lindsay, quien está apunto de morir aplastada en una manifestación en Londres al cometerse un atentado en las inmediaciones. Por suerte, otra joven (Chamza) la salva de la multitud. Ha partir de este momento, sus vidas se quedan ligadas de una extraña y amistosa manera.
Presentadas las dos protagonistas, la historia esconde un conjunto de intrincados hilos que unen la vida de una multitud de personajes dispersos por todo el mundo. Y todo con un objetivo concreto: encontrar el dinero de Al-Qaeda.
El lector se encuentra ante una historia profundamente política y económica, con ciertos toques de ciencia ficción, motivados por encontrarse situada 20 años en el futuro. Una obra muy ambiciosa con una dosis sorprendente de realismo.
Thierri Smolderen, la mente pensante tras Ghost Money
Ghost Money es una historia muy ambiciosa y compleja. Thierri Smolderen es el autor encargado de elaborar semejante propósito como es esta obra. La premisa principal que mueve la historia es simple, pero muy humana: El ejército descubrió que la familia Bin Laden ganó una inmensa cantidad de dinero tras invertir a la baja en los mercados financieros poco tiempo antes de los atentados del 11-S. El conocimiento de este hecho llevó a un grupo de militares, dirigidos por Kendricks, a buscar al banquero de Al-Qaeda para sonsacarle donde se encontraba la fortuna.
Muchos años después, este acontecimiento todavía tiene repercusiones. Diversos atentados a lo largo del mundo vuelven a poner sobre escena al fantasma de Al-Qaeda y la fortuna perdida. Se sospecha que este dinero está detrás de la financiación de estos nuevos atentados terroristas. Esto lleva a Kendricks a reunir de nuevo al viejo grupo para encontrar por fin la fortuna perdida.
Por otro lado, se encuentran Lindsay y Chamza. Se acaban de hacer amigas, y ambas disfrutan de la inmensa fortuna de esta última. Pero Lindsay no conoce la procedencia de todo el dinero que posee su nueva amiga.
Estos son los primeros hilos que teje Smolderen para comenzar a contar una historia llena de engaños, ambición, trampas y engaños. A esta premisa añade más hilos, con personajes repartidos en todo el mundo, desde Shanghái, hasta Oriente Medio.
La trama que ha construido mantiene un excelente ritmo, llenando al lector de intrigas que se encargará de solucionar poco a poco. Smolderen juega muy bien con los momentos clave de la historia, sabiendo presentar nuevas pruebas a favor o en contra de las teorías que el lector pudiera tener.
Ghost Money es un proyecto ambicioso y complejo, que Smolderen saber gestionar perfectamente. Tanto en ritmo, como en trama. Por no hablar de los personajes. El guionista consigue crear una multitud de personajes bien construidos, con personalidad, virtudes y defectos, permitiendo así mostrar lo mejor y lo peor de las personas. Y a su vez, consigue mostrar un crecimiento de la mayoría de personajes, no sólo de los principales.
A su vez, intenta mantenerse alejado de los juicios de buenos y malos. A nivel de trama, consigue dar motivos para ver a uno y otro bando como el poseedor de la razón, e incluso justificar que «el fin justifica los medios». Pero aún así, la personalidad de los actores participantes en la disputa conducen al lector a posicionarse en uno de los bandos.
El final de Ghost Money que el autor nos tiene preparado es apoteósico. Consigue cerrar todas las tramas de forma correcta, dejando muy pocos cabos sueltos (y de poca importancia). Se nota que la historia ha sido bien construida a lo largo de 8 años que ha tardado en ser publicada al completo.
Los lápices de Dominique Bertail.
Dominique Bertail es el encargado del apartado artístico de Ghost Money. En su arte destaca una gran labor en los destalles que, sin sobrecargar el dibujo, consiguen aportar una gran sensación de realismo a la historia.
Además, llama la atención la gran variedad de personajes que se encuentran en Ghost Money, y lo detallado y diferente que es cada uno de ellos. Consigue otorgar una expresividad propia a cada uno que permite al lector conocer lo que siente o piensa, sin necesidad de texto informativo.
Y toda esta labor tiene un mérito aparte: el hecho de que consigue mantener un estilo común para todos los personajes, a la vez que facilita al lector una gran cantidad de información sobre ellos sólo con su arte. Y es que Ghost Money reúne a personajes de multitud de etnias, clases sociales y trabajos, desde militares a presidentes, pasando por escritores y poetas. La heterogenia de los personajes es un punto fuerte de esta obra, y no sólo por su construcción a nivel narrativo, sino también artístico.
Por otro lado, ha tenido que unir en un mismo dibujo ciertos elementos futuristas o de ciencia ficción, junto con otros extremadamente realistas. De esta forma, el dibujo pasa de una viñeta a otra mostrando desde una «nave suborbital«, hasta una zona de guerra o una sala de tortura. Por suerte, el estilo de dibujo que ha utilizado Bertail permite al lector pasar de una cosa a la otra sin apenas inmutarse, sin que nada chirríe en la transición. En todas estas facetas reside la gran labor artística que ha realizado el dibujante.
El color del dinero
Lo mismo ocurre con el color, del que también se encarga Bertail. Al igual que con el dibujo, el artista realiza una gran labor con el color. Ha escogido una paleta que se adapta muy bien al tono realista que muestra la historia. Además, ha tenido una gran idea a la hora de colorear los elementos más «futuristas o ficticios». Se trata de colorear en tonos blancos y plateados aquellos elementos menos reales (la nave suborbital, un robot, unas gafas especiales…). De esta forma, no sólo otorga al objeto el toque tecnológico propio, sino que también ayuda al lector a reconocer aquellas partes menos realistas dentro de una historia que pretende ser el reflejo de una posible realidad.
Es una suerte que Bertail haya hecho de artista completo. Esto le ha permitido dar detalles mediante el color a cierta escenas o viñetas que él mismo consideraba importantes para la obra. El propio creador decide dar más peso al dibujo o al texto a través de más detalles de color en unas viñetas o en otras.
¿El final del problema?
Smolderen y Bertail hacen un gran equipo creativo, y Ghost Money es una prueba de ello. Esta obra es una empresa titánica de creación, y ambos consiguen dar lo mejor de sí.
En el apartado propio al guion y la narración, Smolderen consigue otorgar una premisa más que interesante que sirve como punto de inicio de una historia llena de engaños políticos, planes ocultos e intereses personales. Es una gran partida de ajedrez a escala mundial que comienza con la caída de la primera ficha, la torre. Y es que tras el 11-S el mundo cambio a gran escala, y esta obra quiere reflejar esto. Es un intento de demostrar que, muchos años después (Ghost Money está ambientado en 2028), la partida continua, que este atentado dio paso a un mundo nuevo y diferente. Y que el lector de a pie no es capaz de imaginar el funcionamiento real de la sociedad en la que vivimos.
Con pequeños toques de ciencia ficción, lo importante en esta trama son los personajes, sus actos y sus intereses. Los elementos futuristas sólo sirven como herramientas para poder desarrollar en cierto modo partes de la trama que tendrían difícil explicación sin ellos. Pero lo importante, donde recae todo el peso, es la realidad.
Bertail también hace una labor brillante en el apartado gráfico. No sólo por el realismo de sus trazos, sino por las difíciles escenas de las que se compone Ghost Money, y de la mezcla de elementos, ambientes y personajes que residen en ellas.
Destaca el gran trabajo que realiza con los personajes, así como la expresividad que es capaz de otorgarles. Por no hablar de los escenarios tan diversos en los que discurre la acción. Su dibujo, junto con la trama en sí, da lugar a pensar en una gran película en lugar de un cómic. Y en parte, el lector así se siente o, al menos, en mi caso.
Por ponerle un pero, la portada conduce a engaño. Una mujer flotando en una nave suborbital con la curvatura de la tierra al fondo puede crear la sensación en el lector de que la temática principal es de ciencia ficción. Pero la verdad es que Ghost Money es lo más realista que he leído en mucho tiempo. Por suerte, la sinopsis elimina parte de esa primera sensación, aunque opinó que también desvela más de lo que algunos lectores desean.
Ghost Money es una gran obra, densa y compleja, que consigue ofrecer lo que pretende, que ya es mucho.
A nivel personal, y tras la sorpresa inicial de encontrarme una obra mucho más realista de lo que la portada me daba a entender, Ghost Money me ha parecido un trabajo fantástico. Una trama política planteada con una premisa impactante que lleva al lector a pasar las páginas en busca de la verdad.
La complejidad de esta obra es un factor a tener en cuenta. No creo que sea recomendable para lectores noveles, y aquellos más veteranos deben tener en cuenta que es una historia a la que dedicarle tiempo y disfrutar con su lectura. No es mero entretenimiento, es un reflejo de la realidad. Y procesar esto lleva cierto trabajo por parte del lector. No obstante, si te gustan las intrigas políticas, los misterios, y un toque de ciencia ficción, este es sin duda tu cómic.