En el potentísimo arranque de “Sin miedo”, Batman sostiene a un amigo postrado en sus brazos mientras exhala un último aliento teñido de sangre. Entre la lluvia de balas, el caballero oscuro se pregunta si podría haber hecho más para salvar su amistad con Jeremy y, en consecuencia, su vida.
Tiempo atrás, Jeremy Samuels fue jefe de seguridad de Bruce Wayne y confidente de Batman. Por una de esas fatalidades con las que el destino nos pone a prueba, el amigo del hombre y del héroe –por separado- perdió la cabeza y cayó en una espiral autodestructiva que lo llevó directo al mundo de la delincuencia.
La tragedia, que dio a Bruce Wayne la fuerza y la determinación necesarias para luchar contra el crimen, ha convertido a Jeremy en todo lo contrario. Distintas formas de enfrentar la rabia y el miedo que hacen a Batman preguntarse en qué se habría convertido si hubiera perdido a sus padres siendo adulto en lugar de un niño. ¿Podría haberse convertido en uno de esos malhechores a los que tanto detesta? El miedo a uno mismo nunca acaba para algunos.
La muerte de Samuels ha tenido poco de casual y desencadena una investigación durante la cual desfilarán ante nosotros muchos viejos conocidos de una Gotham que duda acerca la existencia de su protector.
El pingüino es el primero en rendir cuentas ante Batman y ser interrogado sobre su relación con el misterioso sujeto que parece estar tras sus pasos. Cobblepot no suelta prenda, pero las sospechas del protector de Gotham se ciernen sobre él y poco a poco el cerco se estrechará sobre el asesino misterioso y sus colaboradores. Además de su papel en la trama central, el veterano miembro del hampa de la ciudad maldita tiene un capítulo hecho a su medida, “Los sueños del pingüino”, en el que verá cumplido su mayor deseo.
No es el único número de “Grandes Autores de Batman: Sin miedo” que aparca la trama principal para ahondar en algún aspecto concreto del universo Batman o traer al volumen a otros personajes legendarios. Así, en “El proyecto del caballero oscuro”, dos chavales recorrerán Gotham cámara en mano para averiguar si hay alguien detrás de la Batseñal.
Este episodio, el único cuyo dibujo no corre a cargo de Scott McDaniel, funciona estupendamente como inclusión bizarra para descansar de la trama detectivesca. El problema es que los alienígenas se quedan en “Grandes Autores de Batman: Sin miedo” durante un par de capítulos más, cebando una trama que no aporta nada a la principal y que en sí misma no tiene el interés suficiente para justificar la cantidad de páginas que ocupa.
La investigación avanza y Bruce tendrá volver la vista atrás, concretamente a su infancia, para descubrir las verdaderas intenciones del “antiguo” mafioso Lex Moxon, al que Batman encuentra siguiendo la pista a Deadshot, de regreso en Gotham para meter una bala en el ojo de Moxon.
Será en su primer encuentro con el otrora dignatario de la ciudad cuando los diferentes hilos narrativos comiencen a unificarse, ya que el encargado de velar por la seguridad de Moxon es el asesino misterioso al que el hombre murciélago lleva buscando tanto tiempo.
La relación de Bruce con la hija de Moxon, Mallory, infiltrará a Batman en el círculo íntimo del mafioso y tras hacer frente, con más pena que gloria, a la amenaza de Deadshot, descubrirá las razones por las que el capo quiere hacer daño a Wayne. Todo ello llevará irremediablemente a Batman a enfrentarse con Zeiss en una batalla un tanto decepcionante.
La cuestión respecto del poderoso enemigo que prometía “Grandes Autores de Batman: Sin miedo” es que casi no comparece. Si algunas de las viñetas que Brubaker gasta en traer a los distintos números a aliados como Cazadora o Robin, a enemigos como Dos Caras o a los ya mencionados extraterrestres; las hubiera utilizado en explicar, por ejemplo, la naturaleza de la relación entre Zeiss y Moxon, el resultado habría sido mucho más satisfactorio.
Con tanto misterio, quedaba la esperanza de que Philo fuera un tipo peligrosísimo que guarda varios conejos en su chistera. Pero tampoco. El combate definitivo dura un suspiro y se resuelve de manera poco estimulante, dejando al lector con ganas de más.
“Grandes Autores de Batman: Sin miedo” completa para ECC Ediciones la etapa inicial de Ed Brubaker en Batman junto con “GAB: La escena del crimen”, mostrándonos a un guionista con gran talento para construir historias de calado con múltiples aristas que convirtió en leyenda su contribución al personaje creado por Kane y Finger. Un volumen a incluir en toda colección batmaníaca a pesar de sus puntos débiles.