Adéntrate en una historia de ciencia ficción con tintes young adult con Green Class 1: Pandemia.
Una de las muchas modas que han llegado al mundo del entretenimiento durante la última década ha sido la de las infecciones, virus y apocalipsis. Las historias de zombies e infectados han paseado con fuerza por las salas de cine de medio mundo mientras las estanterías de las librerías se llenaban de historias de virus que escapan de laboratorios y los videojuegos recuperaban al zombie como enemigo principal en muchos juegos de terror.
Con un panorama en el que The Walking Dead ha sido el máximo exponente del género durante años, parece especialmente complicado dar forma a una historia que consiga sorprender a los lectores tras la avalancha de obras que han intentado sacar su propia versión de este fenómeno. Sin embargo, si algo nos ha enseñado nuestros más de 20 años reseñando y analizando obras, es que siempre hay espacio para la sorpresa en el mundo de la cultura y el entretenimiento y, por suerte, Green Class (LetraBlanka Editorial) lo consigue sin problemas.
Un estilo diferente
Para sorprender dentro de un género sobrexplotado, creemos que hace falta saber imprimir un estilo propio y muy particular a tu obra para que el lector encuentre ahí el punto diferenciador que le anime a formar parte de la historia. En el caso de Green Class, queda patente que el trabajo realizado por Jérôme Hamon al guion y David Tako al dibujo ha sido excelente y, desde el primer momento han buscado un tono propio sobre el que trabajar.
A diferencia de otras obras similares en la que los protagonistas son hombres y mujeres devastados por la tragedia, aquí conoceremos a un grupo de chavales de instituto bastante carismáticos que irán viviendo diferentes aventuras y conflictos con el telón de fondo de un virus que ha acabado con la mayor parte de la población mundial.
El tono young adult de la obra aporta frescura gracias a tramas más amables en los que la amistad, la lealtad y el amor juegan un papel fundamental.
Nos vamos de excursión al bosque (sale mal)
La trama de Green Class 1: Pandemia, el primer volumen de una saga sobre la que se continúa trabajando, nos presenta al grupo de protagonistas canadiense que, tras volver de una excursión de dos semanas a un bosque de Estados Unidos, descubre que la civilización se está desintegrando.
Según parece, un virus se ha extendido por todo el mundo convirtiendo a los humanos en seres vegetales y los médicos no han encontrado una vacuna realmente efectiva contra esta amenaza, lo que ha provocado el colapso del mundo.
Lo realmente interesante de este virus es que las personas que se transforman en estas criaturas pierden la capacidad de comunicarse y, en parte, se vuelven violentas, pero aun así siguen teniendo algo de control sobre sus propios actos, lo que nos aleja por completo del clásico zombie o monstruo carente de humanidad.
En lugar de ver a los monstruos como seres sin vida, aquí nos encontramos ante la tesitura de que algunos humanos no quieren separarse de sus seres queridos pese a que la infección los haya transformado por completo. Sin embargo, hay otras facciones que buscan exterminar a las criaturas para controlar el virus y, por supuesto, algunas de las criaturas han decidido defenderse. No es complicado hacer paralelismos con nuestra sociedad actual, y la historia sabe introducir de forma velada críticas muy duras a la xenofobia y el racismo imperante en Estados Unidos.
Personajes con carisma
Una de las cosas que más nos han gustado de esta historia es lo diferentes que son cada uno de los personajes de la historia. Desde el primer momento queda claro que Green Class se ha construido con la intención de los personajes crezcan y se desarrollen con la historia, dotando a cada uno de ellos de sus propios problemas, sentimientos y habilidades sociales que encajan a la perfección en una historia de este tono.
Los personajes secundarios también juegan muy bien su papel y, desde muy pronto queda claro que la historia tiene la suficiente fuerza como para ir añadiendo tramas secundarias en las que el desarrollo de las distintas facciones cobre mayor protagonismo.
Un dibujo joven
Desde el primer momento queda claro que David Tako ha hecho un trabajo excelente para dotar de esa personalidad única de la que hablábamos a base de un dibujo repleto de detalles en el que cada uno lleva un estilo de ropa distinto, peinados muy característicos e, incluso, se mueven y gesticulan de maneras completamente distintas.
El uso del color es otro de los puntos fuertes de Tako. Cada escena mide muy bien qué color usar para resaltar los elementos que tienen una mayor carga argumental, y qué tonos usar dependiendo del estado de ánimo de los protagonistas.
Conclusiones de Green Class 1: Pandemia
Green Class empieza con muy buen pie y se convierte en una de las series que tendremos que tener muy en cuenta para seguirle la pista. Si los autores consiguen mantener el nivel ofreciendo un buen desarrollo de personajes y una trama atractiva, podríamos tener una serie larga muy interesante.