Lo primero es lo primero. Para los que lo temiesen, no, no parece que nos enfrentemos a un borrón y cuenta nueva. Sencillamente, en un intento por atraer a nuevos públicos, se plantearán de nuevo las bases de la serie, para que todo aquel desconocedor de los Lanterns pueda ponerse al día y disfrutar de los periplos espaciales de Hal, John, Guy y Simon. O eso deja a entender este final.
Vale, ahora que ya estamos más tranquilos con respecto al futuro de la serie, hablemos de estos números en concreto, y dejemos los futuros para el futuro.
Tras su enfrentamiento con Parallax, Hal se ha convertido en un ser de energía pura, una manifestación física de la fuerza de voluntad, un posible efecto secundario del Guantelete de Krona. Estando las cosas más tranquilas en la Tierra (parece que Sonar ha decidido tomarse las cosas con calma), Hal viaja al espacio de nuevo, por un lado, para alejar a Parallax de la Tierra y de sus seres queridos, y por otro, para asegurarse de que sus compañeros fugitivos están bien.
Pero por desgracia, no es el caso. Virgo, Darlene y Trapper caen en manos de los Agentes Grises. Si, esos tipos con pinta de chungos que llevan un tiempo persiguiendo a Hal por el espacio con, suponemos, siniestras intenciones.
Un grupo de lo más variopinto estos Agentes Grises. Bastante efectivo como equipo, y, si quisieran trabajar en ello, una panda con los ingredientes suficientes como para protagonizar alguna saga corta. Con fines maléficos, pero con métodos (más o menos) legales, los Agentes Grises planean ser los nuevos Corps del espacio, para hacerlo suyo (¿Nadie les ha dicho que los Sinestro Corps, los más terroríficos guardianes de cada sector espacial, tienen el mismo plan? Porque daría para pensárselo un par de veces).
El Mariscal Rankk, líder de los Agentes Grises, se enfrentará a Hal Jordan por la custodia del universo. Un delincuente disfrazado de agente de la ley, contra un agente de la ley que finge ser un delincuente. Poética manera de cerrar, ¿no creéis?
Mientras Hal lucha contra todo un escuadrón de villanos, los Corps se enfrentan, por su parte, a un universo en sus últimas horas de vida.
Marniel, a quien trataban de enfrentar en el último número, ha logrado hacerse con los anillos de varios de los Corps. Pero no tardaremos mucho en descubrir por qué, semejante ser es capaz de utilizar los anillos de poder, y de hasta qué punto brilla su voluntad con luz propia, pues, aun sin anillos, los Corps tienen varias capacidades, siendo una de las más interesantes la morfoempatía.
Ahora, con una certeza absoluta de quién es su enemigo, los Corps entrarán en una guerra que implicará la muerte y el sacrificio de casi todos ellos, luchando (por desgracia, no desde el principio) codo con codo por los fines más nobles posibles: Salvar toda vida posible de un Universo que ya está condenado.
El próximo mes seguiremos encontrando las aventuras de Green Lantern y sus Corps, pero no bajo el título de “Edge of Oblivion” o Al Borde del Olvido, la cual si termina definitivamente.
En su lugar, DC nos promete que podremos volver a leer sobre nuestros amigos de anillos (y Guanteletes) verdes en un próximo número llamado “Hal Jordan y los Green Lantern Corps: Renacimiento”.
Estad atentos, pues volveremos muy pronto y hablaremos sobre el formato y las aventuras que nos esperen allí. Así que más os vale estar preparados para el Renacimiento.
