«Guerrera Akata» es la secuela de «Bruja Akata», primera entrega que Nocturna publicó en noviembre de 2019. Lo que para nosotros ha sido una espera de poco más de un año es, en realidad, un trabajo con seis años de diferencia. Esta segunda parte de las aventuras de Sunny Nwazue y su aquelarre en la sociedad Leopardo de Nigeria cumple sobradamente con lo que se puede esperar de una continuación y multiplica los aspectos positivos de la anterior entrega, incluidos los aspectos sociales que tan bien incluye Nnedi Okorafor en su obra.
Juju del bueno y, en esta ocasión, multiplicado por dos.
El argumento.
Sunny Nwazue es parte de la sociedad leopardo, personas con habilidades mágicas que pueden tratar con seres invisibles a ojos de los demás (los borregos), tales como mascaradas y saltamontes fantasma.
Aunque Sunny dedica toda su atención a estudiar con su mentora, Lechezúcar, y a amoldarse a su refugio (rodeado por un caudaloso río donde habita un monstruo acuático), un día sucede algo que tambaleará los cimientos de todo lo que daba por sentado.
Para solucionarlo deberá viajar con sus amigos hasta una ciudad hecha de humo a la que sólo se puede llegar atravesando dos mundos: el visible y el invisible.
Apenas han pasado unos meses desde que Sunny ingresó en la sociedad leopardo. En ese tiempo ha descubierto su aspecto espiritual y se ha enfrentado, junto con su aquelarre, a la amenaza del asesino ritual Sombrero Negro y a la primera llegada de Ekwensu. Sunny sigue intentando compaginar su vida leopardo y su vida borrega (podríamos decir que mágica y no mágica), a pesar que las exigencias van creciendo. Las exigencias y las terribles pesadillas, sobre una cuidad envuelta en humo y que no presagia nada bueno.
La novela es continuista y ese detalle es importante. A pesar del tiempo transcurrido entre «Bruja» y «Guerrera», ésta última se percibe como una continuación directa, lo que no significa que no haya evolución. Sin grandes saltos, sin estridencias: recogemos la historia casi como la dejamos. Han pasado unos meses en el tiempo de la novela, 6 años en la vida de la escritora y un salto en la vida de Sunny. Camino de la vida adulta, consciente de las sombras de la vida y volcándose en la mejora de su faceta Leopardo.
Si «Bruja Akata» era una novela de iniciación, «Guerrera Akata» es una obra madura, sin perder un ápice de su dirección como novela dentro del espectro young adult.
«Guerrera Akata» mantiene las mismas bases que hacían tan recomendable su anterior entrega. No ha perdido frescura ni interés. El mundo fantástico que Okorafor construye alrededor de Sunny y su aquelarre sigue vivo y sorprendiendo al lector. La escritora consigue, sobre una base tradicional del fantástico como es una escuela para gente especial , crear un entorno que llama la atención a cada momento. Folklore africano, extrañas deidades, constantes amenazas de peligro, estrictas normas y castigos. Cada nueva pincelada al conjunto añadida por Nnedi Okorafor aporta información, contexto y más capas de interés. Ese aporte continuo de elementos hace que el interés no decaiga nunca y añade más combustible a la fantasía.
«Guerrera Akata» supone un paso adelante en casi todas sus facetas. Un libro de aprendizajes, de paso a la vida adulta en aspectos físicos y espirituales pero nunca deja de lado su capacidad de asombrar y entretener.
La parte fantástica brilla pero Okorafor añade muchos elementos sociales en sus novelas. Ambientar una novela en países como Nigeria, con realidades que pueden resultar ajenas al lector de otras partes del mundo, es hoy en día una necesidad y más aún si las voces elegidas son tan profundas como Okorafor y Sunny, su avatar en la ficción. Si parte de la narración fantástica de la novela se centra en evitar que un extraño ser acabe con la realidad, la parte más terrenal de «Guerrera Akata» presenta una Nigeria donde el clasismo social, la discriminación y la contante presencia de la muerte acaba generando situaciones igual de extrañas. Hay dos partes de la lectura en las que la parte social genera situaciones casi tan fantásticas como la sociedad Leopardo. Fantásticas y terrorificas, claro. El poder de las ocultas sociedades elitistas en la vida social y cultural del país y, sobre todo, cómo convertir un viaje en autopista en una terrible y peligrosa aventura. Lo vemos desde nuestro prisma europeo y parece ficción. Pero no, es su realidad y viene muy bien que nos la presenten así, a la cara.
«Guerrera Akata» vuelve a poner el foco en la importancia de la amistad, la unión de los individuos para hacer fuerza frente a cualquier dios/amenaza/situación , el rechazo a la discriminación de cualquier índole y la importancia de la libertad. Okorafor tiene un estilo directo, sencillo en apariencia pero que maneja muy bien cualquier tipo de situación. Te lleva de la mano y cuando menos te lo esperas, aparece una idea genial, una firme protesta o una araña gigante. Quién sabe. La traducción al castellano de Carla Bataller Estruch es igual de buena que en la primera entrega, manejando terminología propia de Nigeria con un lenguaje cercano y juvenil.
No todo puede (ni debe) ser perfecto. Hay algunos detalles de «Guerrera Akata» que no terminan de funcionar bien. Hay partes de la lectura que se centran demasiado en un aspecto social o fantástico de la novela, dejando de lado a la otra parte, haciendo complicada la convivencia entre ambos elementos. Tampoco juega a su favor determinadas relaciones amorosas entre algunos personajes: no deja de ser una novela juvenil-adulta, centrada en un grupo de adolescentes que están llegando a vislumbrar el mundo adulto y esas relaciones son necesarias, pero pueden llegar a ser repetitivas. El peor aspecto del libro es casi el mismo de la anterior entrega: una especie de frenesí final, algo acelerado pero que, en esta ocasión, resulta un remate mejor a la lectura que en «Bruja Akata».
En definitiva.
«Guerrera Akata» es la segunda (y todo parece indicar que no va a ser la última…) entrega de la saga y supone un paso adelante en casi todos los aspectos. El mundo fantástico de la sociedad Leopardo explota frente a tus ojos, llenos de amenazas, extrañas formas de lectura y escritura y deidades caprichosas y juguetonas. Los aspectos sociales siguen siendo otro pilar importante, criticando la jerarquía de la sociedad nigeriana, los peligros que acechan a los ciudadanos, la intolerancia, la eterna presencia de la muerte…. Enriquecedora en ambos planos: el fantástico y el realista.
Okorafor comulga con la creencia arácnida de que «todo gran poder conlleva una gran responsabilidad» y Sunny sufrirá esa frase hasta sus últimas consecuencias. «Guerrera Akata» es un libro de aprendizajes, de paso a la vida adulta en aspectos físicos y espirituales pero nunca deja de lado su capacidad de asombrar y entretener.