Crazy Monkey Studios se sacó de la manga hace ya tres años un título de acción 2D basado en la Norteamérica de los años veinte, en pleno apogeo de la ley seca. Su título era bastante descriptivo: Guns, gore and cannoli. Aún con algunos defectos, sobre todo su corta duración, fue muy divertido de jugar y la sobresaliente ambientación y estilo gráfico consiguió encandilar a un número bastante alto de jugadores. Siguiendo esa misma estela, tenemos con nosotros la secuela, que no cambia mucho las bases en las que se sustenta sino que se centra en mejorar la experiencia de juego.

Vinnie Cannoli ha vuelto. Casi década y media después de su incidente en Thugtown vuelve a la palestra, ya que un tal Dark Don quiere matarle por motivos desconocidos relacionados con este mismo suceso. Además, ya estamos en los años cuarenta y eso significa que por Europa las cosas están harto complicadas debido a la Segunda Guerra Mundial.

Por supuesto, el estudio no va a dejar pasar la oportunidad de incorporar al ejército nazi al plantel de enemigos, compuestos por hordas de zombis y matones de la mafia a partes iguales. El resultado es bastante curioso: Es evidente que en este tipo de producciones el argumento no es lo más importante, pero se ha intentado por todos los medios posibles disimular el cambio de época (sobre todo en la segunda parte del juego, ambientado en Europa) para que siga cuadrando el estilo gráfico y ambientación de la primera parte. El resultado no está mal, ya que esta evolución es progresiva y al final casi no nos damos cuenta que todo ha cambiado y que esos gángsters y localizaciones que tanto nos gustaron en la primera parte han dado paso a bases secretas, ciudades en ruinas y bosques.

Esta cambio progresivo tiene otro efecto secundario, no sabemos si considerado de forma consciente por el estudio. Metal Slug es una de las referencias más directas a la hora de analizar la primera parte, aun con sus diferencias en la jugabilidad. Ahora, esa referencia es mucho más evidente; tanto, que varios de los enemigos finales y situaciones son casi calcadas de la clásica serie que tantas monedas nos hizo gastar en los noventa. No vamos a dar más detalles para no hacer spoilers, pero a los fans de la popular serie les va a salir más de una carcajada en alguna ocasión.

Dicho esto, el argumento es aún más loco que la vez anterior. No es que tenga mucho sentido o profundidad precisamente, pero sirve como excusa para ir pegando tiros y cambiando de escenario de vez en cuando. Porque de eso va Guns, gore and cannoli 2: De eliminar a cuantas criaturas se nos pongan a tiro, con bastante frenetismo y litros de sangre de por medio en una acción 2D que no da muchos tiempos de respiro.

Pasando a aspectos más jugables, la principal novedad en el sistema de juego es la posibilidad, ahora sí, de apuntar en cualquier dirección, lo que nos permite eliminar enemigos en cualquier posición. A cambio, el control requiere algo más de práctica. Con teclado y ratón, tenemos que controlar a Vinnie y el sistema de apuntado por separado. Al principio es algo más complicado deshacernos de los enemigos, sobre todo cuando vienen de diferentes direcciones. Según avanzamos, este sistema se vuelve ideal y más natural.

El resto de mejoras están pensadas para aumentar las posibilidades de movimiento de Vinnie: doble salto, rodar por el suelo y otras pequeñas capacidades. Aumentando también el número de armas disponibles, la jugabilidad se antoja una evolución natural de la primera parte y, a poco que se le de un poco de tiempo para acostumbrarse al sistema de apuntado, muy satisfactorio.

No está exento de elementos a mejorar, de todas formas: Precisamente por haber aumentado el inventario de armas y aún teniendo la posibilidad de mostrar una rueda al estilo de Doom para seleccionar más rápido, sigue siendo una experiencia lenta que corta demasiado la acción. En la versión PC tenemos un número para cada una de ellas, lo que soluciona este problema, pero no así en las versiones de consola. Por otro lado, el sistema de recarga ha cambiado y creemos que para peor. Al acabar el cargador, se recarga de forma automática, pero no podemos hacerlo a mano si, por ejemplo, nos queda una sola bala. Nos toca disparar al aire para forzar la recarga o aguantarnos. Además, algunas de estas armas tardan más de lo debido en cargar pensando en el estilo de juego que se nos presenta. Más de la mitad de las veces que morimos en el juego tuvieron como causa la recarga del arma.

Fuera de detalles, la acción es satisfactoria y divertida para todos los fans del género durante las seis horas que nos puede durar en modo normal. Es más largo que la primera parte pero le faltan un par de horas para ser más razonable, siempre y cuando continúen con un sistema de checkpoints cercanos entre ellos. La dificultad no es muy alta (en modo normal) y aparte de un par de puntos concretos, no tendremos demasiados problemas para avanzar.

Como ya hemos comentado, la ambientación y la calidad gráfica es el punto fuerte de Guns, gore and cannoli y en esta segunda parte ha mejorado respecto a la primera, sin grandes novedades. El cambio de localización a mitad de juego aporta una variedad más que adecuada de escenarios y de enemigos, que van pasando desde diversos matones de la mafia, una selección muy curiosa de zombis y varios tipos de soldados nazis que, sin duda y quizá por su propia naturaleza, son los menos interesantes y no pasan de ser simples soldados con varios tipos de arma. Además, la presencia de varios varios jefes finales bastante entretenidos de superar termina de redondear el diseño de enemigos, aunque hubiera estado mejor haber tenido un par de ellos más.

Si dejamos de lado las dudas respecto al cambio gradual de ambientación, teniendo en cuanta además que esta entrega tiene lugar en 1944, el nivel de detalle de los escenarios es remarcable. Los personajes ahora son algo más pequeños, ampliando nuestro campo de visión y aumentando el nivel de detalle, todo esto sin bajadas de rendimiento en ningún momento. Bien es cierto que nunca llega a aparecer un número amplio de enemigos en pantalla y que estamos ante un 2D sin excesiva complejidad en su estilo gráfico. Algunos de los elementos del escenario son destructibles, a veces de forma obligatoria para avanzar y otros para ayudarnos a eliminar enemigos, como lámparas y barriles colgados que caerán sobre ellos.

El diseño y animaciones de los personajes y enemigos tiene también un gran nivel, pero sin ser nada de otro mundo en este caso. El gore hace acto de presencia continuamente en forma de desmembramientos y cabezas volando en el momento de la muerte de cada enemigo, pero no resulta demasiado impactante, ha bajado un par de niveles respecto a la entrega anterior, más bestia en este sentido. Podemos cambiar la apariencia de nuestro protagonista, pero no tiene efecto alguno en la jugabilidad. Sobre todo sirve para diferenciarnos cuando estemos en los modos multijugador.

Podemos elegir entre jugar con hasta otros tres amigos de forma local o mediante alguna sala en el modo online. No hemos podido testearlo demasiado porque sólo una vez nos encontramos con suficientes jugadores para poder participar, pero la vez que lo hicimos funcionó de forma correcta, sin lag detectable. No hay grandes opciones para estos modos multijugador más allá de acompañarnos en nuestro periplo de muerte y destrucción. Ha desaparecido el competitivo y ahora sólo nos queda el cooperativo, muy divertido, eso sí.

La ambientación no es solo un aspecto cuidado desde el punto de vista de los gráficos: también la música y el audio está bien tratado, sobre todo con las melodías que nos acompañan durante el juego. Destacan las que se escuchan por las radios de diferentes áreas del juego, al estilo de los años cuarenta. Las voces de Vinnie y el resto de protagonistas también dan un toque de autenticidad, pero tampoco os esperéis nada especial. Los textos vienen traducidos al castellano, así como los subtítulos para las voces.

En conclusión, esta segunda parte de la serie mejora en prácticamente todos los aspectos, aunque de forma bastante conservadora. Aún así, es un juego a disfrutar por todos los fans del género, ya que la acción y ambientación de este título hacen que sobresalga de la mayoría de su competencia.

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