Samhaim o el halloween asturiano de Grao (Asturias)

En estas fechas se impone publicar algo relacionado con estas festividades, pero… ¿Qué podríamos decir de ellas? Lo más sencillo es explicar brevemente la Historia de cada una, de manera que conozcamos sus orígenes e idiosincrasia.

Comenzaremos hablando de Halloween, esa festividad procedente del otro lado del océano en la que niños y no tan niños se dedican a hacer el congrio disfrazados de espantajo. Como todas las festividades, tiene una base histórica tremendamente tradicional… Originariamente céltica, pero incorporando elementos romanos. Veremos en qué sentido:

Comenzaremos con lo céltico, que parece que mola más: en los pueblos celtas prerromanos se celebraba una fiesta denominada Samhain (significa “fin del verano” en gaélico), y consistía simplemente en una serie de rituales y supersticiones que preparaban a la gente ante la llegada del frío invierno.

Básicamente, al finalizar la temporada de cosechas, a finales de octubre, se ritualizaba esta circunstancia. Las creencias druídicas creían que en esas fechas (más o menos coincidentes con el 31 de octubre) se diluía la frontera entre el mundo material y el mundo espiritual, dando como resultado que los muertos atravesaban esa frontera para molestar a los vivos y, eventualmente, llevárselos. Así los druidas encendían hogueras y realizaban rituales con objeto de auyentar a los malos espíritus, y la gente dejaba en sus puertas –esa noche no salía de sus casas- viandas a disposición de los espíritus a modo de ofrenda para que los dejaran en paz. De ahí vino lo de dar caramelos a esos pequeños monstruitos que tocan nuestra puerta para recibirlas… El “truco o trato” que todos conocemos.

Pero… ¿Qué tiene que ver con el dichoso Halloween? Pues a eso vamos: al implantarse el cristianismo como religión mayoritaria en estos pueblos célticos, el Samhain no desaparece, sino que se transforma. Se convierte en una celebración de tipo popular que pasa a denominarse “víspera de Todos los Santos” o, en inglés, “All-hallows Eve”, de cuya contracción y uso se deviene el término “Halloween” que todos conocemos.

Día de todos los santosMas al principio comenté que tenía también resonancias romanas… Menos, pero las hay: en las mismas fechas, los romanos celebraban dos festividades. La primera de ellas, la Feralia, consistía en hacer ofrendas a los muertos para conseguir su descanso y su paz; y la segunda era las ofrendas a la diosa Pomona, a la que se representaba con una manzana, con objeto de garantizarse buenas cosechas para el año siguiente. Esta aparentemente inconexa costumbre es el origen del juego denominado “bobbing for apples”, conocido por nosotros como “morder la manzana”.

Con las emigraciones irlandesas del siglo XVIII a los Estados unidos huyendo de la escasez provocada por la explotación de los terratenientes ingleses en su isla, esta tradición llega al continente americano, donde se ha terminado convirtiendo en una festividad popular que se ha mezclado con tradiciones indias y coloniales que han dado lugar a esta jornada de cuentos y películas de terror, sustos, bromas, celebraciones y disfraces totalmente desentendida de la tradición cristiana.

Pero no debemos dejar aparte nuestro tradicional día de Todos los Santos, mucho más cercano a nuestra cultura. ¿Cómo surge? Pues viene de las persecuciones del Emperador Diocleciano. La enorme cantidad de mártires que surgieron de ella entre el 284 y el 305 planteó la engorrosa situación de no encontrar días en el año para tanto santo… De tal manera que en el siglo IV se estableció un día de culto general para todos esos santos que no había manera de colocar en el santoral normal: el 21 de febrero.

Pero llegó el siglo VII, y el Papa Bonifacio IV decide cambiar la fecha para hacerla coincidir con la festividad pagana en la que se rendía culto a todo el panteón romano, así que en el 610 de nuestra era se pasa la festividad al 13 de mayo.

Mas sabemos que esa no fue su designación definitiva: precisamente como respuesta a la fiesta pagana del Samhain antes referida, Gregorio III decide hacer coincidir esta fiesta de Todos los Santos con el 1 de Noviembre en el siglo VIII. Y ahí se ha quedado.

Y es en Todos los Santos cuando tenemos la tradición de visitar a nuestros deudos en los cementerios, pero… Incorrecto. El día en el que esa actividad venía a ser tradicional es el 2 de noviembre, día de los Fieles Difuntos (aunque se ha popularizado el de Todos los Santos al ser festivo). ¿En qué consiste?

Altar de muertos en MéxicoResulta que antes se realizaba un tipo de oración, los “Psalmi familiares”, que eran preces que se elevaban por encargo para velar por el descanso del difunto de la familia que lo había encargado. Obviamente, como eran oraciones realizadas previo pago, sólo se beneficiaban de ello los poderosos. Pero he aquí que a San Odilo, quinto abad del monasterio de Cluny a finales del siglo X, se le ocurrió un 2 de noviembre del 998 el rezar por el descanso de todos los difuntos al darse cuenta de tantos como había procedentes de familias que no podían permitirse el pagar la oración correspondiente.

Este proceso democratizador de la oración por los muertos se institucionaliza en la Iglesia durante el siglo XIV ante el empuje que adquiere en toda Europa.

Espero que este pequeño artículo os valga para comprender los fundamentos de estas fiestas. ¡Disfrutadlas, sea la que sea!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.