Si te gustan las películas y las series de espías, por favor, no pierdas de vista ‘Harry Palmer: el expediente Ipcrees’ (Movistar +).
El legendario personaje, que hiciera popular un jovencísimo Michael Caine en 1965, vuelve, aunque esta vez a la pequeña pantalla, en una serie que es, sobre todo, un homenaje logradísimo tanto al género como al estilo de aquellas series y aquellos personajes. Todo aquí, desde el primer minuto, destila ese aroma añejo al quehacer de entonces: las ambientaciones, los vestuarios, la música, los enfoques de cámara y algún recurso de producción…
‘Harry Palmer: el expediente Ipcrees’, homenaje y obra actual, merece un visionado y seguirla con la curiosidad de quién echa de menos una buena serie de espías entre tanto género criminal
Nada parece haberse dejado al azar, y eso ya es mensaje de una serie cuidada y medida al detalle, trabajada con cariño y que cuenta con recursos suficientes como para hacerla brillar.
A este esfuerzo tenemos que sumar el reparto, bastante sólido y de trabajo prometedor a tenor de lo visto en el primer capítulo estrenado el pasado lunes (2 de mayo). Mismo día en que irán llegando las demás entregas hasta un total de seis episodios que esperaremos con ansia cada semana.
La historia es la misma que la que vimos ya en el cine, basada a su vez en la novela de homónimo título obra de Len Deighton. En ella, Harry Palmer (interpretado aquí por Joe Cole) es un joven cabo del ejército británico destinado en el Berlín oriental que, además de su actividad castrense, se dedicaba al trapicheo y al contrabando. Por pasarse de listo, algunos de su red de contactos lo traicionan, lo que acaba llevándolo de vuelta a Inglaterra… aunque recluido en una prisión militar. En su destino se cruza un enigmático agente británico, el mayor Dalby (Tom Hollander), al servicio directo del ministro y sin estar dentro ni del Mi5 ni del Mi6. Dalby será quién le ofrezca a Palmer un trato que no podrá rechazar: su libertad a cambio de trabajar para él y el gobierno de Su Majestad.
La primera misión de Palmer
La primera misión de Palmer es peligrosa: deberá volver a Berlín e intentar recuperar a un brillante científico nuclear británico secuestrado hace poco. Ese científico es un activo vital para Inglaterra: el proyecto en el que estaba trabajando, con bastante éxito, es una bomba de una potencia varias veces mayor a la de Hiroshima; su conocimiento en manos de otros podría ser letal. Para esta misión Palmer contará con la ayuda de la atractiva y misteriosa joven Jean Courtney (Lucy Boynton).
Con este trío protagonista y esta premisa arranca el capítulo y la serie: ¿conseguirá Palmer su objetivo?, es más, ¿acabará siendo Palmer un activo británico en el que poder confiar, o su dudosa ética podría llevarlo otra vez a las andadas? ¿Quién es, en verdad, la señorita Courtney; es tan inocente como parece o tiene un lado desconocido para Palmer y para nosotros? ¿Qué peligros se encontrarán en la búsqueda de ese científico en la Alemania comunista?
Un inicio sólido técnica y creativamente hablando
La serie cuenta con un capítulo inicial de factura sólida tanto en el aspecto técnico como en el creativo. Nos ha impresionado la habilidad de su director, James Watkins, para recrear con precisión y desde los primeros minutos el estilo visual de las series de los sesentas y setentas. Apabulla también su habilidad para recrear los espacios, los ambientes y los estilismos. Y los trabajos actorales no desmerecen para nada a todo lo demás, con un Joe Cole esforzándose con bastante verosimilitud en emular al personaje interpretado por Caine.
Homenaje y obra actual, merece un visionado y seguirla con la curiosidad de quién echa de menos una buena serie de espías entre tanto género criminal. Y más si tiene tan buena pinta y un referente original tan bueno como el de 1965. Esperemos que los cinco capítulos que faltan sigan la estela de este primero, con que esto pasase ya tendríamos garantizada una serie de gran calidad.