La obsesión del ser humano por la permanencia tiñe casi todas sus creaciones y pensamientos. Nuestra mortalidad sitúa claramente los límites de nuestras acciones, de lo lejos que nuestra influencia llegará en el universo. El poco tiempo que se nos concede como seres conscientes a menudo nos sitúa a la búsqueda de un legado, que puede manifestarse en distintas formas, pero que siempre busca la transcendencia más allá del final de nuestro tiempo. El pensamiento humano ha creado estructuras de pensamiento destinadas a aliviar esa necesidad de permanencia, ya sean complejas mitologías, religiones o incluso el estudio científico, que busca ante todo el conocimiento, pero también proporciona cierto consuelo sobre el mundo que nos rodea y su inevitable final.
La ciencia ha esbozado, gracias al método científico, varios posibles caminos hacia el futuro, que aunque lejanos en el tiempo, nos ofrecen cierta posibilidad de permanencia, aunque sea como especie. ¿Cómo encajan el ser humano y sus creaciones en esta vasta extensión de tiempo y espacio que es el universo que habitamos? ¿La posibilidad de transcender de algún modo nuestra mortalidad como especie es sólida? ¿Hasta cuándo? Estas y otras son las preguntas que aborda en “Hasta el final del tiempo” (editorial Crítica, 2020) el doctor Brian Greene, profesor de Física y Matemáticas en la Universidad de Columbia, con numerosos ensayos en su haber sobre Física teórica, que en Fantasymundo hemos reseñado anteriormente.
En este libro, Greene nos lleva de la mano en un viaje que comienza en el inicio de este universo, desgranando los principios físicos que dieron origen a estructuras dotadas de orden, de las estrellas y galaxias a la conciencia, dentro de un universo destinado a la decadencia. Asistiremos al despliegue de este universo a escalas abrumadoras de tiempo, a la posibilidad de que, al igual que los seres humanos, el fenómeno mismo de la vida y sus creaciones dispongan de un tiempo limitado y relativamente breve en la historia. En nuestro universo rigen leyes ajenas a cualquier noción de destino que nos afectan de lleno, pero no cejamos en la búsqueda de un propósito, de un significado para nuestra existencia.
El autor nos ofrece una perspectiva general de los intentos humanos por ofrecer explicaciones y extender los tentáculos de la razón en un universo indiferente y que nos arroja a la cara cada día nuestra propia transitoriedad fundamental. Este es un viaje impulsado sobre todo por la ciencia, pero con la presencia de otras estructuras mentales que el ser humano ha inventado a lo largo de su historia para intentar ofrecer explicaciones sobre lo desconocido. “Hasta el final del tiempo” es tal vez el libro menos especializado de Brian Greene, el menos complejo desde el punto de vista científico, el más trufado de filosofía de los que ha publicado hasta ahora, pero también es el más ambicioso y deslavazado, algo inevitable teniendo en cuenta la magnitud del desafío que se ha propuesto abordar en sus páginas.
El mérito del presente volumen radica sobre todo en su potente narrativa. Para un público no acostumbrado a la divulgación científica, Greene ofrece casi siempre accesibilidad y abundancia de metáforas simplificadoras, pero en “Hasta el final del tiempo” entreteje la habitual narrativa sobre Física teórica con otra también compleja pero más cercana a cualquier persona curiosa: la que trata de la propia historia de la vida, de nuestros procesos mentales, de nuestros intentos de conducir a nuestra especie a la eternidad, de sortear la guadaña de la inevitable muerte.
Greene nos ofrece un relato multidisciplinar cuyo origen es la Física teórica, pero que hace uso de todo el saber humano (y también su tendencia a la superstición y el pensamiento mágico) para entretejer la historia del universo y la vida, desde sus orígenes hasta sus posibles destinos, en particular el tal vez más probable, la muerte térmica del universo. La entropía, la evolución por medio de la selección natural, el origen del pensamiento y su relación con nuestros instintos primarios, el lenguaje y la tradición literaria y oral a las que dio origen, las tradiciones religiosas, la expresión creativa… son algunos de los pilares sobre los que se sustenta este libro.
Los planetas y estrellas, los sistemas solares e incluso los agujeros negros, son transitorios. El final de cada uno viene dado por su propia combinación particular de procesos físicos, de la mecánica cuántica a la relatividad general, pero en último término nos dejan una bruma de partículas a la deriva en un cosmos frío y quieto. ¿Qué le ocurrirá al pensamiento consciente en un universo que sufre tal transformación? ¿Hasta cuándo la vida y sus creaciones podrán sobrevivir al embate del Segundo Principio de la Termodinámica, al aumento de la entropía con el tiempo?
“Hasta el final del tiempo” ofrece un camino repleto de maravillas, y a cada paso Greene nos coge de la mano y nos acompaña iluminando cada recodo. Los lectores ya acostumbrados a la divulgación en Física teórica encontrarán en sus páginas una ciencia que ya conocen, pero completada por un marco general poco habitual, más humanista y filosófico, pero profundamente racional. Sin embargo, aquellos lectores que suelen acercarse con prevención a obras de calado científico hallarán en este libro algo diferente, más digerible y menos técnico, pero que les permitirá llegar a comprender las líneas básicas de cómo se formó nuestro universo, su estado actual y qué destinos podría depararle su evolución.
Este es un libro que inevitablemente te dejará insatisfecho si sólo buscas divulgación científica pura y dura, pero que hará las delicias de aquellas personas interesadas en una ciencia más interdisciplinar, más apegada al pensamiento humano, interesada no sólo en desgranar los secretos de nuestro universo, sino también en encontrar el acomodo a este conocimiento en la mente humana, en cómo digerir un saber que, si bien está firmemente asentado en nuestra capacidad para razonar, experimentar y sacar conclusiones, también nos deja desamparados en un universo que parece estar destinado al dominio total de la entropía, a la destrucción de todas las estructuras complejas que permiten la vida.
Tal vez sea “Hasta el final del tiempo” un buen libro para iniciarse en estos temas y encontrarle un sentido… el viaje os espera.
Brian Greene (Nueva York, 1963), doctor por la Universidad de Oxford, es en la actualidad profesor de Física y de Matemáticas en la Universidad de Columbia. Ampliamente reconocido por su serie de descubrimientos sobre la teoría de supercuerdas, ha colaborado como investigador en más de una veintena de países y ha editado, junto con el matemático chino Shing-Tung Yau, “Mirror Symetr II” (1996) y, con Costas Efthimiou, “Fields, Strings and Duality” (1997). También ha publicado en Crítica “El universo elegante. Supercuerdas, dimensiones ocultas y la búsqueda de una teoría final” (2001), “El tejido del Cosmos. Espacio, tiempo y la textura de la realidad” (2006) y “La realidad oculta: universos paralelos y las profundas leyes del Cosmos” (2011).
