Heavenly Sword, Ensalved, o el último Devil May Cry son algunos de los títulos con los que Ninja Theory, el estudio indie afincado en Cambridge, nos ha deleitado. Juegos que sin llegar al sobresaliente, son de una calidad remarcable y por ello están entre los favoritos de muchos jugadores. Ahora, se han lanzado a la piscina para crear lo que ellos denominan «un triple A indie» o, lo que es lo mismo, su propio videojuego creado con pocos recursos pero llegando prácticamente a los estándares de los triple A. ¿Lo han conseguido? Vayamos por partes.
Para empezar, hay que comentar que casi desde los inicios del desarrollo del juego, los chicos de NT han ido publicando diarios de desarrollo en los que mostraban todo el proceso de creación del juego. Esto es importante, ya que se puede observar el gran trabajo que les ha llevado todo, desde el uso de una actriz (Melina Juergens, que a su vez es la editora de video del estudio) para la interpretación de la protagonista, al innovador uso de grabación de sonido en 360 grados o la documentación con profesionales sobre enfermedades mentales como la psicosis. Esto deja claro que el desarrollo del juego ha sido muy laborioso y por supuesto lo enriquece enormemente.
La historia que nos cuenta Hellblade: Senua’s Sacrifice trata precisamente de Senua, una hábil guerrera en un mundo fantástico-medieval basado en la mitología nórdica, cuyo arriesgado objetivo es el de salvar el alma de su difunto amado. Para ello, debe llevar sus restos a Helheim, el infierno nórdico. La tarea no será fácil, no solo por los peligros y las pruebas que le deparan, sino que Senua lo tiene aún más crudo debido a la «oscuridad» que parece perseguirla, una especie de ente que le hace ver visiones y escuchar voces. Esta oscuridad buscará en lo más profundo de Senua para encontrar sus miedos más reales y ponérselos en frente, siendo en todo momento el verdadero némesis de la aventura.
Comenzaremos recorriendo un río que sirven como introducción al juego. Nada más pisar tierra nos llamará la atención algo: las voces. Senua está imbuida en la oscuridad, y esto puede ser considerado tanto una bendición como la peor de las maldiciones. La oscuridad le hace escuchar voces, las cuales oiremos desde todas direcciones, incluso a veces varias a la vez. Unas nos animarán y ayudarán (¡Concéntrate! ¡Cuidado, detrás de ti!), mientras que otras nos criticarán, intentarán amedrentarnos y se reirán de nuestros fallos (¡Ten miedo! ¡Vas a morir!). No solo eso, también nos contarán historias relativas al argumento del juego y a la mitología nórdica. Técnicamente, el efecto conseguido es simplemente espectacular, sobretodo si lo jugamos con unos buenos auriculares, algo que recomendamos encarecidamente.
Las voces también nos ayudarán a la hora de resolver puzles, los cuales están muy presentes a lo largo del juego. Por regla general, no son muy complejos y consisten en su mayoría en jugar con la perspectiva y elementos de los escenarios para buscar símbolos. Por ejemplo, buscar un símbolo en forma de T que encontraremos en la silueta que hacen dos troncos entrecruzados. Una vez más, la «oscuridad» jugará un papel muy importante, ya que en algunos puzles, tanto los sonidos como lo que vemos no será real y tendremos que jugar con estos elementos para superarlos. De esta manera, los puzles se funden de forma armoniosa con la narrativa del juego.
La exploración en Hellblade no es especialmente profunda, ya que la mayoría de escenarios son bastante lineales y «pasilleros», pero sí que esconden elementos ocultos en forma de runas nórdicas con historias sobre la mitología del juego.
Por otro lado tenemos los combates, algo que aunque no es el elemento principal del juego (hay más exploración y puzles que combates) está bastante trabajado. Recuerda en cierta forma al estilo de combate de The Witcher 3, con movimientos más realistas y «pesados» que un hack ‘n slash. Tendremos dos botones de ataque, fuerte y lento o débil pero rápido, así como uno para evadir y otro para utilizar la «concentración». Esta concentración nos servirá para ralentizar el tiempo y poder hacer un daño devastador a los enemigos. Pero para poder utilizarlo, antes tendremos que cargar el talismán que porta Senua a la cintura hasta que comience a brillar.
Esto me recuerda a un dato curioso. Hellblade no tiene ningún tipo de HUD o interfaz durante el juego. El sistema de salud funciona similar a un Call of Duty, mediante autoregeneración por el tiempo, por lo que no hay barras de vida, energía ni nada por el estilo. Tampoco aparecen tutoriales en ningún momento, algo que a veces es de agradecer el hecho de que el juego te deje aprender por tu cuenta en vez de dártelo todo masticado.
Los enemigos, aunque no muy variados, cuentan con diferentes tipos de ataque, pero por norma general no son muy difíciles de despachar si estamos acostumbrados a los juegos de acción. Destacan por supuesto los logrados jefes, los cuales habrá que, como siempre, percatarnos de su punto débil para vencerlos. El juego viene configurado de forma predeterminada en dificultad automática, la cual se ajusta a nuestras habilidades, pero podemos cambiarla manualmente a fácil, normal o difícil.
Durante las primeras horas de partida, el juego nos avisa de algo: cada vez que fallemos (muramos) la oscuridad interna de Senua crecerá físicamente, desde su mano hacia la cabeza. Si fallamos demasiadas veces, la oscuridad afectará a la mente de Senua por completo y la aventura llegará a su fin. ¿Qué quiere decir con esto? Dejaremos que lo descubráis vosotros mismos, pero mejor andarse con mucho cuidado.
Como detalle, comentar que el juego cuenta con un Modo Foto bastante divertido. Nos permite mover la cámara por el escenario, zoom, encuadre y un montón de efectos para inmortalizar a Senua y su entorno.
Se nota que los de Ninja Theory querían destacar en el apartado técnico y eso lo notaremos por todos lados. Primero por las fantásticas animaciones de Senua, ya sea en combate o en cinemáticas. Además, los modelados y texturas de los escenarios mantienen muy bien el tipo, acercándose, efectivamente, a los triple A de hoy en día sin apenas diferencias perceptibles. El diseño de escenarios es también muy destacable, dejándonos en más de una ocasión unos paisajes memorables. Por otro lado, se ha conseguido un efecto muy logrado cuando nos sumergimos en la oscuridad, cambiando enormemente el escenario respecto a cuando lo vemos en su versión «real».
El trabajo con las voces no se queda atrás, que como ya he comentado, logra conseguir un efecto espectacular. El resto de efectos sonoros son simplemente perfectos en cada momento. Hellblade nos llega con voces en inglés y subtítulos en castellano. En esto cuenta con un pequeño problema, y es que debido a la cantidad de voces que escuchamos, no llegan a mostrarse subtituladas todas las frases que escuchamos. Es un error poco frecuente, pero molesto si no dominamos el inglés.
Finalmente, la duración de la aventura de Senua es de unas ocho horas aproximadamente, dependiendo como siempre de lo rápido que solucionemos puzles o lo buenos que seamos con la espada.
Cuando conocí los primeros datos de Hellblade, pensaba que sería un título de acción al estilo DmC o Heavenly Sword, y no podía estar más equivocado. Puede que sea una aventura de acción, pero el periplo de Senua es más pausado y menos frenético de lo que se nos tiene acostumbrados en la industria. Este es sin duda un viaje introspectivo, diferente y con personalidad. La combinación de combates y puzles siempre funciona bien, y aunque pierde algunos puntos, ya sea por la poca variedad de puzles o porque los enemigos son muy similares entre ellos, los gana en su tremendo apartado técnico e interesantísima trama. En definitiva, un título de calidad que nos hará pasar unas buenas horas delante del mando.
