Nintendo, además de ser una empresa relacionada con el ocio, es una fábrica con recursos inacabables de crear personajes muy queridos por toda la comunidad jugona. Entre ellos destacan unas simpáticas criaturas mitad extraterrestres mitad plantas conocidas como los Pikmin. Junto al Capitán Olimar cosecharon grandes puntuaciones en su primera incursión para la consola cúbica Gamecube. Poco tiempo después nuestro explorador espacial acompañaba a Louie en su segunda incursión en circuitería made in Nintendo en un esperado Pikmin 2, también para la consola de sobremesa con discos GOD.
Por desgracia y aún habiendo logrado ambos juegos una gran reputación entre las diferentes marcas de la Gran N, tuvimos que esperar nueve años para poder disfrutar de Pikmin 3 ya en Wii U. Wii no se quedó sin su ración de Pikmin, dado que pudimos rejugar de las dos primeras entregas con nuevos controles adaptados a los wiimote, pero no olimos novedad alguna referente a tan simpáticos protagonistas. Con el lanzamiento de Pikmin 3 no quedaba otra que pensar cuando se lanzaría el próximo videojuego de la franquicia y, para nuestro asombro, pisa por primera vez una portátil de Nintendo, la 3DS.
Hey! Pikmin es un buen juego pero que simplifica —quizás en exceso— la mecánica RTS que solía contener las obras originales ideadas por Shigeru Miyamoto. Aun así es un buen producto para todos aquellos fanáticos de las extrañas criaturas espaciales y un juego que se deja disfrutar si queremos completarlo al 100%. Os contamos qué nos ha parecido Hey! Pikmin para Nintendo 3DS.
Para empezar hay que agradecer a Nintendo que el orondo Capitán Olimar vuelva a la saga con su particular carisma, aunque quizás la historia podría haber sido algo mejor. Así es amigos, nuestro interplanetario viajero ve cómo su nave Dolphin II se estropea en mitad de uno de sus vuelos y va a parar a un extraño planeta —la Tierra, presumiblemente— y con la imposibilidad de volver a su Hocotate del alma. Su peculiar y tecnológico compañero pronostica que para reparar la nave espacial harán falta 30.000 unidades de lustronio, un material que en teoría debe de haber en el planeta, pero que es necesaria la exploración del mismo para saberlo a ciencia cierta. Dicho y hecho Olimar se equipa con su mochila propulsora capaz de superar obstáculos de gran altura para explorar ese misterioso planeta con el fin de reparar la Dolphin II y volver a casa.
Por el camino se irá encontrando con una especie bien conocida por él mismo, los Pikmin. En esta ocasión habrá de color rojo, azul, amarillo, pétreos y alados. Básicamente hacen la misma función que ya realizaban en anteriores ediciones, siendo el amarillo el ideal para situaciones electrizantes o el azul para entornos con agua. Hasta aquí Hey! Pikmin es todo lo conservador que uno puede esperar de la fábula pero poco más. ¿Por qué? Porque ahora la acción transcurre en 2.5D con scroll lateral y horizontal.
Ahora la acción transcurrirá como un juego clásico en 2D de scroll lateral, dejando a un lado la vista aérea isométrica que tanto caracterizó las tres primeras entregas. Esto supone varias cosas, la primera de ellas es que Hey! Pikmin no cuenta con función estereoscópica dado que la acción transcurre en las dos pantallas y sería imposible —y raro— mostrar solo una parte de ellas en tres dimensiones y la otra mostrando entornos planos. La segunda es que el sistema de juego ha cambiado un poco y ahora es más fácil sortear los puzles que el juego nos presenta durante la aventura. Durante el trayecto que debe realizar Olimar hasta su vuelta a casa, no habrá demasiados rompecabezas que nos hagan apagar la consola, al contrario, pero también es justo recalcar que muchos de ellos se adaptan perfectamente a la jugabilidad 2D que el cartucho expone, muchos de ellos impensables en una entrega tridimensional. Muchas de las zonas que visitaremos abrirán bifurcaciones a nuevos niveles si completamos ciertos requisitos, abrirán zonas bonus para conseguir más lustronio y con el paso del tiempo —poco— nuevas zonas para el jardín Pikmin, un lugar donde ordenar a nuestros vegetales compañeros para que busquen lustronio en él.
Al jugarse la aventura de la forma en que lo hace Hey! Pikmin, el panel táctil de Nintendo 3DS se vuelve esencial a la hora de llegar hasta el final de la misma. Es indispensable para poder lanzar a los Pikmin al lugar dónde decidamos con una suave pincelada de nuestro lápiz en la pantalla. Gracias a ellos los Pikmin recogerán el lustronio que a simple vista no podemos alcanzar con Olimar y arrastrar los tesoros ocultos, necesarios para obtener más cantidad de mineral de lo habitual. Sin embargo las simpáticas criaturas no nos acompañaran a cada zona que visitemos, sino que descansan y esperan nuestras órdenes en el Jardín Pikmin previamente mencionado. Es por ello que la investigación a fondo del entorno será necesaria junto al uso del famoso silbato de Capitán Olimar para reclutar a nuevos soldados Pikmin a nuestras filas y así poder superar la fase en la que nos encontramos. Una vez completada, las criaturas se reunirán con sus compañeros para realizar las órdenes que les demos.
Serán 40 las pantallas que debemos superar si queremos ver los créditos de Hey! Pikmin y aunque parece una cifra nada desdeñable, el videojuego no nos ocupará mucho más de ocho horas de nuestro tiempo, una cantidad entre escasa y decente pero bastante típica en la franquicia. Siempre, claro está, si vamos a jugar sin la intención de completar el juego al 100%, puesto que si esa es en primera instancia nuestra intención, la duración se alargará mucho más. Además, conforme avanzamos en la historia, nuestra nave Dolphin II recibirá mejoras gracias al lustronio que permitirán a Olimar dotarla de nuevas habilidades de exploración, como la mejora del jetpack que le permite volar durante más tiempo y más alto. Esto quiere decir que la sensación de progreso se mantiene durante todo el juego y engancha al jugador a seguir explorando más y más.
Gráficamente Hey! Pikmin es un juego bastante justito que explota, a medias, la capacidad de Nintendo 3DS. Sabemos que introducir el efecto estereoscópico en un videojuego que muestra en las dos pantallas el escenario que recorremos no tiene sentido, pero no beneficiarse de ello para mejorar el apartado gráfico nos parece casi un insulto. Ojo, no hablamos de que el cartucho sea malo en este sentido, sino que con unos personajes modelados en 3D y la mayor parte del escenario en 2D, la cosa podía haber pintado mucho mejor en este spin off tan esperado. Otro de estos evidentes insultos es que tan solo podemos controlar a 20 Pikmins, algo poco entendible viendo el software que debe mover la consola portátil con un acabado tan justito. La paleta de colores usada en esta versión para 3DS sigue los estándares de la franquicia, así como la música, de sobra conocida por sus seguidores. Desde luego estos dos básicos principios en un videojuego no pasarán a los anales de la historia, pero por lo menos cumplen, que no es poco.
Conclusiones
Hey! Pikmin es un correcto spin off que nos trae de vuelta al Capitán Olimar y sus amigos los vegetoextraterrestres a una consola portátil de Nintendo —por fin—. No reinventa la rueda ni nada por el estilo, pero al menos se deja jugar si nos apasiona la fábula que rodea a la franquicia, pero sobre todo es un producto destinado más al público infantil. Esto se debe a su escasa duración y su irrisoria facilidad para completar —incluso al 100%— el videojuego. Esto no se lo podemos achacar al hecho de que el videojuego sea en dos dimensiones —que también— pero está claro que en la concepción de este título han pensado para la consola donde se ejecutará y el rango de edades que más la utiliza. Por lo demás, cumple sobradamente en todo y seguro que será una opción aconsejable para los fans de la franquicia.