Este otoño, Ediciones Pàmies, de la mano del afamado escritor Adrián Goldsworthy, nos traslada a las costas de Hibernia, la isla esmeralda. Estamos ante la segunda entrega de las aventuras de Flavio Ferox, las cuales comenzaron en Vindolanda y continuarán en Brigantia, novela que ya ha visto la luz allende nuestras fronteras.
La traducción ha corrido a cargo de Pedro Santamaría y tanto la ilustración como el diseño de la portada son obra de Calderón Studio. Volvemos a contar con un escueto mapa al principio que nos servirá perfectamente para ubicar la historia y darnos cuenta de lo cerca que está Hibernia (Irlanda), que si bien nunca formó parte del imperio romano, sí consta que hubo trato comercial con la isla. Al final de la novela, encontraréis una amplia Nota Histórica del autor donde explica en qué se inspiró para crear esta novela; así como un sinfín de detalles históricos a propósito de la época en la que transcurre la novela. Una manera de saber qué es real y qué ficción.
Adrian Goldsworthy
No le busquéis en las redes, no le gustan y se limita a su página web. Goldsworthy se doctoró en Historia en la Universidad de Oxford en 1994, convirtiéndose en un aclamado historiador de la antigua Roma. Es, además, uno de los mayores expertos en historia militar del mundo antiguo. Ha sido catedrático en varias universidades y ha trabajado como asesor en prestigiosos documentales de History Channel. Su obra se centra en el ensayo histórico, y con Vindolanda (Pámies, 2018) se adentró por primera vez en la novela histórica de la Roma imperial, abriendo la trilogía que se ha completado con Hibernia (Pàmies, 2019) y Brigantia. Sus obras han sido traducidas a una veintena de idiomas, incluido en español.
¿Es necesario haber leído Vindolanda para disfrutar de Hibernia? No. Al principio de este último libro, se mencionan referencias suficientes como para ubicar perfectamente la historia y los personajes. Aunque, eso no quita para que el haberlo hecho sí te dé un plus, independientemente de conocer en detalle el inicio de esta saga de títulos. Los libros son autoconclusivos, por lo que podréis afrontar sus lecturas sin quedar colgados.
Aventuras en el Far North
La novela arranca con un enterramiento a caballo entre la realidad y la ficción, entre la magia y lo pagano que ya anticipa la oscuridad que nos espera amenazante. De inmediato, el primer capítulo nos lleva a recorrer las pisadas de nuestro conocido protagonista, Flavio Ferox, centurión regionarius encargado de mantener la paz de Roma en la región cercana al fuerte de Vindolanda. No olvidéis que aunque ahora lucha en favor de Roma, Tito Flavio Ferox en su tiempo fue un siluro nieto del Señor de las colinas y luchó contra la Roma que ahora defiende.
En este primer pasaje le vemos que está siguiendo los pasos de unos forajidos del Norte que han secuestrado a la hija de unos granjeros. Durante su caminata podemos descubrir que no está muy lejos su viejo compañero de andanzas, Vindex el brigante. Tras la escaramuza que concluye con los saqueadores apresados, llegamos a Vindolanda y contemplamos en una estaca la cabeza de «El Caballo», recordándonos acontecimientos del primer libro.
Los malhechores no solo habúan secuestrado a Brigita, una pelirroja de nariz chata de 13 años, sino también a Marco Claudio Genialis, hijo de un hombre muy acaudalado y poderoso llamado Claudio Probo. Lo cierto es que Vindex no para de decirle a su amigo que se encargue de acabar con los que ha capturado, Gato Rojo y Segovax. Veremos cómo acaba esto.
La situación se complica
Trajano está en la campaña del Danubio y eso va a dejar exiguas las tropas en Britania, lo cual preocupa a Ferox. Estos pensamientos se entremezclan con pasajes de su pasado cuando compró al esclavo Filo, conoció a la que fue su mujer y cómo se enamoró de una noble romana casada con la que tuvo un hijo que apenas puedo ver.
Neratio Marcelo es el gobernador de Britania, tío de Crispino, a quién ha hecho responsable de las conversaciones con dos reyes de Hibernia; uno de los Rhobogdioi y otro de los Darinoi. El segundo tercio del libro versa, pues, sobre la visita de los hibernios y la exposición de poder que los romanos pretenden hacerles a modo de anfitrión que pretende demostrar que el águila de Roma con el rayo entre sus patas brilla más que nunca; digamos que un mensaje de advertencia del emperador Trajano.
Veremos como los hibernios son alojados en una de las granjas del protagonista cuyo hijo ha sido liberado por Ferox y se les ofrece hasta unos juegos con animales y gladiadores. Sea como fuere, el caso es que empieza a haber rumores de magia y ritos, así como sacrificios de hombres y mujeres de nuevas razas que están viniendo del norte. Un incidente en el que se verá implicada la muy noble Sulpicia Lepidina dará un giró a la historia.
Neratio Marcelo, en sustitución de Claudio Súper, nombra a Ferox regionarius al mando. Y por lo tanto tendrá que investigar los ataques que están sufriendo los romanos, que por otro lado son especialmente salvajes. La acción se trasladará a la vecina isla de Hibernia.
Conclusiones
Estamos, de nuevo, ante una telaraña de intrigas y engaños, si bien en esta ocasión la acción se focaliza más en el Norte y no mira tanto a Roma; múltiples referencia a parte, como es lógico. Si por algo destaca esta novela es por sus continuas escaramuzas y ataques. Los personajes desfilan ante nosotros, unos mejor dibujados o más perfilados que otros. Destaca el romano de alcurnia Crispino. El poeta filósofo Ovidio dará su toque de sorna en algún pasaje. La nómina se extiende con figuras tales como la de Probo, el comerciante, y Falx, el gigantesco gladiador; dejadme que enumere a Longino, Duco y Cniva; a la reina Brigita, el Gato Rojo y Segovax. Ferox se empeña en mantener vivos a estos dos cautivos del principio del libro. Insisto, Vindex le recomienda una y otra vez que los mate.
El eje de la trama se entroncará con acontecimientos de la época de Agrícola como líder de las legiones en la lejana Caledonia unas pocas décadas atrás, a finales del s. I d.C. Descubriréis, por tanto, a los oscuros guerreros germanos harii. Entre las páginas de Hibernia acecharán piratas navegando por los espumosos mares del norte entre delfines y ballenas. Pero, sobre todo, temed a los caníbales usipos.
-Estamos en el fin del mundo -dijo Sulpicia-. ¿Quién va a juzgarnos aquí?
Ferox la besó de nuevo, y no dijeron más.
Novela plagada de especial virulencia y salvajismo en los ataques. Capítulos donde destaca la importancia de las mujeres en las culturas bárbaras, de tal manera que son elevadas al rango de reinas. Algo impensable en la sociedad machista romana. Pero, el autor nos reserva espacio para el romanticismo clásico, ese de caballeros que van al rescate de sus amadas. La historia esconde secretos de familia, nos plantea cuantiosas escenas de guerra con gran despliegue de medios en ocasiones, o a cuchillo limpio en otras.
Una novela, en definitiva, de frontera; todo un arquetipo de western trasladado a la frontera del Imperio Romano en el norte: ataques de tribus, fuertes de madera donde la población se refugia, expediciones de rescate, camaradería entre los soldados, misiones imposibles, decisiones difíciles, situaciones comprometidas, traiciones, ambiciones… ¿Queréis más? Pues habrá batalla final y más de una sorpresa donde descubriremos que no todo era como parecía ser. Mucha acción plagada de referencias eruditas en un texto sencillo, pero adictivo. Ahí lo dejo. Yo os espero en la tercera entrega.
No os perdais la emisión de La Nave de esta semana donde os daré pistas y algún que otro detalle adicional a lo antes escrito. Si queréis, podéis empezar a leer Hibernia aquí.