Hillbilly, una elegía rural, de J. D. Vance: la américa profunda desde la intimidadLos Estados Unidos de América son un país lleno de contrastes de todo tipo y bien conocidos por el resto del mundo. La globalización nos ha acercado, mediante todo tipo de medios de comunicación, las vivencias y formas de existir de los ciudadanos americanos, desde su reciente fundación como país, las luchas de los esclavos, hasta los barrios ricos de la costa Este o la marginalidad de las comunidades negras e inmigrantes más recientemente. Pero hay una región, la de los Apalaches, que sigue siendo una total desconocida para el público extraamericano y, sin embargo, han tenido una grandísima importancia en la victoria de Donald Trump en las últimas elecciones presidenciales del país. Se trata de los hillbillies, una comunidad de trabajadores blancos, conocida habitualmente como “basura blanca”, que sobreviven aferrados a la familia y a unas costumbres tan americanas como las películas de indios y vaqueros.

J. D. Vance es un hillbilly, pero también un escritor de los Apalaches nacido en Middletown, Ohio, en 1984. Su familia procede de Kentucky y es una firme transmisora de los valores hillbilly a través de las generaciones. El libro fue best-seller del New York Times en 2016 y 2017 y cobró muchísima importancia con la victoria de Trump en las elecciones del año pasado. Vance, a pesar de la desventaja social, consiguió graduarse en Derecho en Yale después de pasar por la Ohio State University y actualmente trabaja en Mithril Capital Management.

¿Por qué es tan importante un libro como “Hillbilly, una elegía rural” (Deusto)? Desde el principio, Vance nos ofrece la historia de su familia que, aunque él haya conseguido salir del pozo en el que se encuentran tantos hillbillies (habitantes blancos y trabajadores de los Apalaches y el Cinturón del Óxido), ha sido una excepción que no parece que vaya a reproducirse en la cantidad esperada.

Los hillbillies son una comunidad unida en la pobreza. Las crisis laborales desde finales del siglo XX que implicaron una pérdida de puestos de trabajo y/o la degradación de las condiciones de vida de los trabajadores blancos del Cinturón del Óxido, provocaron una cerrazón en banda de estas comunidades que persiste hasta ahora. En el pasado, los hillbillies aspiraban a trabajar en las grandes fábricas de los alrededores, pero eso cambió y ahora sobreviven de las ayudas sociales, los vales de comida y los alquileres pagados.

Hillbilly, una elegía rural, de J. D. Vance: la américa profunda desde la intimidadUn estudio antropológico intenso, para remover conciencias, pero también un alegato en defensa de su comunidad.Hillbilly, una elegía rural, de J. D. Vance: la américa profunda desde la intimidad

Vance nos cuenta la historia de su familia, que es extensible a toda la comunidad, desde sus bisabuelos, que emigraron desde Kentucky hasta Ohio en busca de un ascenso social que más tarde consiguieron gracias a un buen empleo en una fábrica de vehículos. Sin embargo, en Ohio, los hillbillies nunca han llegado a ser aceptados del todo, puesto que sus costumbres rurales pasan como “paletadas” para la “clase media” de la zona.

Con un abuelo borracho empedernido (papaw) y una abuela, mamaw, disciplinada y recta, la madre de Vance vive el momento entre drogas, alcohol e infinidad de maridos que provocan cambios de casa, discusiones violentas, entrada y salida de centros de rehabilitación y mudanzas de casa de mamaw a la del padre de turno, etc. Esta es una constante, al parecer, en la vida de todos los hillbillies. La falta de educación de calidad y unas costumbres que los unen, provoca que las expectativas vitales no vayan más allá de reproducirse y sobrevivir como se pueda.

Pero Vance, gracias a la presencia de su abuela y la obsesión de esta porque tuviera una vida mejor, consigue que prospere a pesar de los enfrentamientos de éste y su rebelión al integrarse en los Marines para pagar sus estudios.

Sin embargo, como digo, la historia del autor es un caso aislado. La mayoría de los hillbillies americanos pasan sus vidas con más pena que gloria, acogiéndose a las ayudas sociales y a un sentimiento unitario de clase que los mantiene en la mera supervivencia. Lo cual no les impide convertirse en racistas que no soportan la presencia de inmigrantes que pueden poner en peligro sus ayudas sociales y haber virado desde apoyar sin quejas a los Demócratas a ser fanáticos número uno de Trump. El propio Vance, a pesar de sus estudios y su prosperidad social actual, se declara republicano.

Hillbilly, una elegía rural, de J. D. Vance: la américa profunda desde la intimidad

Aunque no es una novela, nos transmite una saga familiar con un detalle increíble que ayuda a comprender la realidad de los habitantes del Cinturón del Óxido. ¿Cómo es posible que un personaje nefasto como Trump sea el presidente del país más poderoso del mundo? En parte, debido a los hillbillies y a una excelente campaña para conseguir que esta gente, hastiada del sistema electoral, acudiese en masa a las urnas para elegirlo como presidente.

¿Por qué es importante este libro? Sin duda se trata de una obra fundamental para entender el mundo en el que nos movemos y la ascensión de fanatismos perjudiciales para el desarrollo de las sociedades democráticas. No sólo es entretenido de leer, sino que lleva a pensar qué estamos haciendo mal para que un grupo social tan amplio se encuentre marginado y se vea incapaz de prosperar si no es tirando por el camino fácil de la tiranía.

J. D. Vance ha creado un estudio antropológico intenso, para remover conciencias, pero también un alegato en defensa de su comunidad, explicando con claridad cuáles son los retos y las barreras a las que se enfrenta una comunidad de cientos de miles de personas, con sus sueños y sus cuitas, sus intereses y su trabajo. Una comunidad vilipendiada por el resto del mundo que no intenta comprenderla, sólo insultarla.

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Natalia Calvo Torel
Escribo, transcribo y traduzco cuando no estoy aspirando pelos de mis gatos, aunque de verdad soy arqueóloga medievalista. Trabajo en la organización de la Semana Negra de Gijón y os cuento mis historias en Fantasymundo desde 2005. A veces logro que la pila de libros pendientes baje un poco, aunque necesitaré una casa nueva en breve. ¡Aúpa ahí!

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