Norma Editorial continúa con la publicación de “Horimiya 12”, de HERO y Daisuke Hagiwara. Un shonen sobre el romance y la amistad de un grupo de alumnos de bachillerato. Si no conoces la serie o no estás al día, puedes visitar la reseña del primer número, ya que este artículo puede contener spoilers de la trama de tomos anteriores.
“Horimiya 12” continúa en su línea de mostrarnos, a modo de sketches, breves escenas de las vidas de sus personajes sin que la historia principal (si es que existe alguna más allá de que hay una pareja protagonista) avance demasiado. Este nuevo tomo se centra más en algunos de los secundarios, concretamente en Yanagi, a quien el guionista sigue introduciendo poco a poco en el grupo de amigos, y en Kono. A raíz de un encuentro casual, estos dos descubren que comparten afición y empiezan a pasar más tiempo juntos, con todos los malentendidos y el humor a los que la obra nos tiene acostumbrados. Sus vínculos se estrechan poco a poco, y quizá entre ellos se entrevea nacer algo más.
Yanagi también tendrá sus momentos con los chicos, con quienes no termina de sentirse del todo integrado. Yoshikawa e Ishikawa siguen con su tonteo habitual, Sengoku se plantea qué pasaría si Ayasaki lo engañara, Miyamura vuelve a hacer un moño perfecto, y a Hori le preguntan qué es lo que más le gusta de su novio. Y este último es prácticamente el único momento tierno entre la pareja principal, pues este volumen se centra mucho más en los secundarios. Unos secundarios que van fortaleciendo sus relaciones tanto entre ellos como con el lector, que ya se siente casi tan cómodo con ellos como con Hori y Miyamura.
Da la sensación, casi, de que cada vez que cogemos un tomo entre las manos vayamos a echar un rato con los colegas. Dicha sensación se acentúa en “Horimiya 12”, pues al humor extravagante y casi absurdo de la serie se une la calidez del nacimiento de una nueva relación. Las interacciones entre Kono y Yanagi, ambos tan torpes e inseguros socialmente, me han hecho esbozar más de una sonrisa.
Diseño limpio y elegante
Daisuke Hagiwara continúa haciendo un gran trabajo a los pinceles con un dibujo elegante y limpio, sin grandes detalles ni fondos muy trabajados. Consigue así que el ojo se dirija únicamente a los personajes, su lenguaje corporal y sus expresiones, ganando así en expresividad.
La distribución y tamaño de las viñetas aportan fluidez y dinamismo a una obra basada en sketches tan cortos. La traducción es bastante natural, quitando alguna palabra puntual como mondongo (que viene siendo un moño). Corre a cargo de Maite Madinabeitia.
Collage de momentos
“Horimiya 12” ahonda en la relación entre algunos personajes secundarios, dando un respiro de la pareja principal con mucho acierto. Su fórmula de sketches sin objetivo se mantiene, al igual que su humor tontuno de colegueo.