Los coches de juguete vuelven a coger velocidad en Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged
Carreras de juguete a toda velocidad
Cuando escuchamos el nombre de Milestone, es inevitable pensar en su enorme trayectoria trabajando en juegos y franquicias como MotoGP, RIDE o Monster Energy Supercross. Ali tras año han ido refinando sus mecánicas e incorporando características a sus juegos que añaden realismo, complejidad, y sobre todo, diversión a todos sus juegos de conducción. Es por eso que, en 2021, no pudimos hacer otra cosa que aplaudir el lanzamiento de Hot Wheels Unleashed y ahora, solo dos años después, recibimos una secuela que busca mejorar en todo lo visto en el original.
Como decimos, la transición de Hot Wheels de juguete a videojuego ha sido excepcional. Desde su lanzamiento hace dos años, más de medio millón de jugadores han creado y compartido sus propios circuitos en una comunidad online que no para de crecer y han convertido la franquicia en un lugar de reunión para los entusiastas de los Hot Wheels.
El juego consigue recrear la magia de construir pistas y circuitos cuando éramos niños, donde la única limitación era la imaginación. Por suerte, esta sensación de creatividad combina a la perfección con los sistemas de conducción de Milestone que mezclan con acierto mecánicas arcade y de simulación.
Sin embargo, todo esto ya lo contamos hace dos años en el análisis del juego original y, como Hot Wheels Unleashed 2:Turbocharged toma como base el original, para este análisis nos centraremos en hablar de todas sus novedades.
Las novedades de Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged
El primer punto que debemos destacar es el número y variedad en el catálogo de vehículos del juego y, es que, Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged parte de base en su lanzamiento con más de 130 modelos diferentes. Aunque el número de vehículos es muy superior a lo visto en el lanzamiento de la primera entrega, lo cierto es que los continuos parches y actualizaciones elevaron esa cifra muy por encima de los 130, por lo que se echa en falta un número algo mayor de vehículos para no depender de futuros packs de contenido de pago.
Catálogo de coches de juguete
Por suerte, estos 130 vehículos llegan a acompañados de una novedad interesante: ahora hay coches, motos y ATVs para dar mucha más variedad a las carreras y a los estilos de conducción. Como es lógico, cada tipo de vehículo cambia por completo el sistema de conducción con sus ventajas e inconvenientes, por lo que tendremos que aprender a controlar cada uno de ellos de cara a aprovecharlos dependiendo del circuito y la situación.
Otra de las novedades tiene que ver con la forma de conseguir nuevos vehículos. La primera entrega hacía uso de un sistema gacha que no nos gustó demasiado por todas las implicaciones que lleva asociadas y, por eso, creemos que esta secuela soluciona en gran parte ese problema. Ahora, tendremos una parrilla de vehículos que podemos comprar con la moneda del juego y, cada cierto tiempo, la parrilla se renueva por completo para ofrecernos otra selección de vehículos que podremos desbloquear. Sí, seguimos limitados por el azar a la hora de gestionar la parrilla, pero al menos sabremos en todo momento qué vehículo estamos comprando.
Hay que tener en cuenta que todos los vehículos pueden mejorar sus características base, entre las que encontramos elementos como su peso, su habilidad ante el derrape, su agilidad, etc. Lo mejor de todo es que todos los vehículos cuentan con cierto equilibrio, por lo que podremos utilizar y mejorar los que más nos gusten sin miedo a escoger un modelo de categoría inferior.
Escasa variedad de pistas
En lo que respecta a la variedad de escenarios y recorridos, esta secuela cuenta con cinco zonas nuevas divididas en el patio trasero de una casa, un campo de minigolf con aire del Viejo Oeste, una estación de servicio y un restaurante, un museo de dinosaurios y un salón arcade, sin olvidar un espacio en blanco diseñado para creaciones propias que después se pueden compartir con la comunidad. Comparados con los de la primera entrega, tenemos la sensación de que estos escenarios están mejor pensados y, además, están repletos de detalles. No obstante, a pesar de su encanto, uno no puede evitar desear más variedad, ya que la cantidad aún se percibe algo limitada teniendo en cuenta el enorme lienzo en blanco que tiene la franquicia en este sentido.
Modos de juego para todos
Milestone también le ha dado una vuelta a los distintos modos de juego disponibles. Para empezar, el modo campaña ha dejado de ser un listado de pruebas a superar para añadir una pequeña historia que servirá de nexo de unión entre las distintas pruebas y desafíos que debemos superar moviéndonos a través de un pequeño mapa que servirá para albergar todos los puntos clave en los que tenemos que correr.
Sin ser una revolución, si creemos que la inclusión de una historia con cinemáticas y diálogos y la mayor variedad de pruebas convierten a este modo campaña en un modo interesante en el que los más pequeños o los más nuevos al género podrán practicar durante unas cuantas horas antes de pasar a los modos de juego multijugador offline y online.
En ese sentido, el juego incorpora varias modalidades multijugador como la clásica competición estándar en la que recibimos más o menos puntos en función de nuestra posición al finalizar la carrera, pero también otros modos más originales como uno en el que cada cierto tiempo se eliminará al corredor que vaya en última posición u otro en el que tendremos que conducir a base de derrapes. Durante estas primeras semanas hemos podido disfrutar de todos los modos de juego y lo cierto es que hay una comunidad bastante grande detrás, por lo que los tiempos de espera entre partida y partida han sido mínimos en todo momento.
Dejando a un lado la cantidad y variedad de modos de juego y modelos de vehículos, la conducción de Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged nos ha parecido divertidísima. Desde Milestone han sabido ajustar con mucho acierto las mecánicas de derrape, salto y turbo para crear situaciones en las que los reflejos juegan un papel clave casi desde el primer momento.
Sin cambios en lo técnico
En lo que respecta a su apartado gráfico y sonoro, Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged mantiene el nivel visto en la primera parte. El modelado y diseño de los vehículos está muy logrado, especialmente en el caso de los coches que, quizás por ser los que tienen más presencia en el juego, también son los mejor recreados y con un diseño más pulido. Los escenarios, como decíamos, son variados y están repletos de detalles, pero echamos en falta más variedad de biomas que aumenten la sensación de correr en todas partes.
La banda sonora sí se ha renovado por completo, y lo cierto es que se han incluido temas interesantísimos que encajan a la perfección con la temática del juego. Realmente se ha dado un paso en la dirección correcta en este sentido. Eso sí, los efectos de sonido como los ruidos de motor, choques o derrapes están extraídos directamente de la primera entrega, por lo que no veremos ningún cambio por esa parte.
Conclusiones del análisis de Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged
Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged es una secuela interesante que amplía y mejora en todo al original. Aunque su contenido actual puede no contentar a los jugadores que llevan cientos de horas jugando a la primera parte, creemos que la variedad de vehículos y modos de juego así como su conducción bien pulida crean un conjunto divertidísimo que gustará a los fans de la conducción arcade.