No pocas veces se escucha que tal especie es invasora o que en cierta zona se está experimentando una invasión por parte de determinado animal o planta. Los medios de comunicación (Alcaide, 2008) se hacen frecuentemente eco de este tipo de riesgos naturales, especialmente en verano donde se junta la «sequía» informativa y la exacerbada presencia en nuestras playas de unos molestos animales urticantes, las medusas, que, dada la sobrepesca que sufren sus depredadores por parte de un depredador mucho más agresivo y de dos patas, y dados también los cambios en la temperatura del agua producidos por un evento de cambio global del clima, se reproducen de forma casi descontrolada produciendo enormes poblaciones que la gente trata de plaga invasiva.
Es curioso que ese problema que tanto incomoda a los veraneantes playeros sea en realidad producto de nuestras acciones sobre el medio ambiente, lo que hemos dicho, la pesca de sus depredadores y el innegable cambio climático que, tenga o no causas naturales, nosotros estamos acelerando.
Pero es también curioso el hecho de que esa desproporcionada presencia de medusas no se trata de una invasión biológica propiamente dicha. Esto se debe a que las invasiones biológicas, por definición (Sánchez et al. 2011a), son los procesos por los cuales una especie exótica es introducida, se establece, se naturaliza y se expande en un área geográfica de la cual no es nativa ni se encontraba previamente. Y Aurelia aurita, la medusa que nos encontramos en nuestras costas, es autóctona, es decir, que es nativa de nuestros mares. Es de aquí.
Y es necesario tener en cuenta que no todas las especies que se introducen son necesariamente invasoras. Depende mucho de las características biológicas de la especie que se esté introduciendo y de las condiciones ambientales del nuevo ecosistema.
En el proceso de invasión hay varias fases. La primera fase es el transporte. Bien deliberadamente, o bien de forma accidental o por negligencias, los organismos son obtenidos de su medio natural y depositados en lo que se denomina un vector, que es el medio por el cual es transportado, y que puede ser desde una jaula con unas cotorras en la bodega de un avión hasta el agua de lastre lleno de larvas de algún crustáceo de un petrolero, y desde las suelas embarradas y llenas de semillas de unas botas en el interior de una maleta, hasta las hojas de una planta de oficina que escondan en su envés los huevos de algún insecto.
Ese vector libera, también de forma accidental, deliberada o negligente, al organismo o sus propágulos en el nuevo ecosistema. A esta fase se le denomina introducción, y las especies que se encuentran en este punto se consideran especies introducidas.
Hay especies que al introducirlas en un nuevo ecosistema, tan solo pueden sobrevivir si se las mantiene en unas condiciones creadas artificialmente, y que nunca podrán «escapar» al medio natural. Un animal que requiere unas condiciones de alimentación muy específicas, como el koala (Phascolarctos cinereus), que tan solo se alimenta de eucaliptos (Eucaliptus spp.), en un ecosistema en el que el eucalipto no existe, solo puede sobrevivir si se le mantiene.
Algunas especies pueden establecerse en el medio natural, pero sin ser capaces de reproducirse eficientemente, o reproduciéndose pero sin expandirse, manteniendo poblaciones restringidas y cercanas al foco de origen, y generalmente quedan asociadas intimamente a las actividades causa de la introducción. Estas especies se denominan subespontáneas o adventicias.
Hay algunas que dan el paso siguiente y llegan a naturalizarse. Esto significa que forman poblaciones estables ocupando un hueco que haya en el ecosistema o bien compartiendo ese hueco con otra especie autóctona. Un ejemplo de seres vivos que están ampliamente naturalizados en la Península Ibérica son los castaños (Castanea sativa), que fueron traídos por el Imperio Romano hace siglos y que hoy forman bosques, puros o mixtos.
Por otro lado, a todas las especies exóticas invasoras que ocasionan un impacto ambiental y/o económico importante (Vilà et al. 2008), tales como el desplazamiento de especies nativas, los cambios en los ciclos de nutrieres, la transmisión de enfermedades, o daños en infraestructuras, por ejemplo, se les denomina plagas o pestes.
Pero no todas las invasoras tienen por qué ser plaga. El criterio que se usa para discernir si una especie es o no invasora es en función de su capacidad de propagación, cause o no daños ambientales o económicos.
Algunas de las especies exóticas invasoras más habituales en territorio peninsular.
Caulerpa taxifolia, le llaman el alga asesina. Es originaria del mar Caribe, y fue introducida en Europa en 1984 para su uso ornamental en el acuario de Mónaco (4). Este alga tiene la capacidad de formarse a partir de un pequeño trozo, por lo que se estima que algunos fragmentos pequeños de alga salieron al mar por el sistema de renovación de aguas del acuario y se reprodujeron con éxito (Lowe et al, 2000).
(Enlace divulgativo).
Corbicula fluminea, la almeja asiática. Fue introducida accidentalmente en el agua de lastre de las embarcaciones; la primera referencia que encontramos de presencia de este molusco es en 1981, aunque hoy está en prácticamente todas las cuencas hidrográficas de la península (Sanchez et al, 2011b).
(Enlace divulgativo).
Aunque solo he señalado unas pocas, existen muchas más especies invasoras en nuestro territorio que vale la pena conocer y tener en cuenta. La introducción de especies exóticas no solo puede afectar negativamente al ecosistema sino también repercutir sobre nosotros mismos, tanto en nuestra economía como en nuestra salud.
Yo solo invito a reflexionar.
Ldo. en Biología Álvaro Bayón Medrano.
Bibliografía
Alcaide, J.L. (2008) «Tratamiento informativo de las invasiones biológicas» (In) Vilà, M., Valladares, F., Traveset, A., Santamaría, L. & Castro, P. «Invasiones biológicas» — Colección Divulgación, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (p. 143-6).
Andreu, J. & Vilá, M. (2007). «Análisis de la gestión de las plantas exóticas en lo espacios naturales españoles» — Ecosistemas, 16:109-124.
Ballesteros, E. (2008) «La rápida expansión de algas del género Caulerpa por el litoral mediterráneo» (In) Vilà, M., Valladares, F., Traveset, A., Santamaría, L. & Castro, P. «Invasiones biológicas» — Colección Divulgación, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (p. 155-8).
Bayón, Á. & Llamas, F. (2011) «Ailanthus altissima (mill.) Swingle (Simarubaceae) como potencial invasora» — AmbioCiencias: Revista de divulgación, 7:27-39.
Chebabi Abrades, G. (2012) «Effectiveness of an Integrated Vector Management control strategy for the tiger mosquito (Aedes albopictus): a case study in Sant Cugat del Vallès (Barcelona)» — Tesis doctoral, Universitat Autònoma de Barcelona.
Clavero, M. & Villero, D. (2014) «Historical ecology and invasion biology: long-term distribution changes of introduced freshwater species» — BioScience, 64:145-53.
Delibes, M. (2008) «Una cuestión de piel: el caso del visón americano» (In) Vilà, M., Valladares, F., Traveset, A., Santamaría, L. & Castro, P. «Invasiones biológicas» — Colección Divulgación, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (p. 155-8).
Gutiérrez-Yurrita, P. J., Martínez, J. M., Ilhéu, M., Bravo-Utrera, M. Á., Bernardo, J. M. & Montes, C. (1999) «The status of crayfish populations in Spain and Portugal» (In) Gherardi, F., Holdich, D. (eds.). «Crayfish in Europe as Alien Species: How to Make de Best of a Bad Situation? Crustacean Issues», 11:161-92.
Lowe S., Browne M., Boudjelas S. & De Poorter M. (2000) «100 of the World’s Worst Invasive Alien Species. A selection from the Global Invasive Species Database.» — Invasive Species Specialist Group of the Species Survival Commission of the World Conservation Union.
Sanchez Elena, N., Alonso Villar, P. & García Asenjo, C. (2011a) «Qué es una especie exótica y una especie exótica invasora» (In) «Manual de las especies exóticas invasoras de los ríos y riberas de la Cuenca Hidrográfica del Duero» — Confederación Hidrográfica del Duero. (p.14-6).
Sanchez Elena, N., Alonso Villar, P. & García Asenjo, C. (2011b) «Corbicula fluminea (almeja asiática)» (In) «Manual de las especies exóticas invasoras de los ríos y riberas de la Cuenca Hidrográfica del Duero» — Confederación Hidrográfica del Duero. (p.114-7).
Vilà, M., Castro, P. & García-Berthou, E. (2008) «¿Qué son las invasiones biológicas?» (In) Vilà, M., Valladares, F., Traveset, A., Santamaría, L. & Castro, P. «Invasiones biológicas» — Colección Divulgación, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (p. 21-5).