A través de la historia del doctor en Psicología Timothy Leary y sus lisérgicos psiconautas, «Una libertad luminosa», de T.C. Boyle, que Impedimenta publica hoy 6 de septiembre con traducción de Jon Bilbao, supone el testimonio de una época convulsa, la de los años sesenta, y la aparición de una droga que cambiaría el mundo para siempre, el LSD. Tan afilada como hilarante, esta inteligentísima novela nos lleva a los márgenes de la conciencia y la identidad.
«Boyle nos ofrece [en «Una libertad luminosa»] una visión sincera sobre su investigación en torno a las drogas y su relación con la naturaleza humana» (LitHub)
Primero es Basilea, en los años cuarenta. El doctor Albert Hofmann está llevando a cabo ensayos clínicos con su última creación, el ácido lisérgico, un revolucionario compuesto químico destinado a poner patas arriba el mundo de la cultura. Después es Harvard, a comienzos de los sesenta. Fitzhugh Loney, estudiante de psicología, y su mujer Joanie van a la fiesta que ofrece Timothy Leary, renombrado psicólogo y abanderado de las drogas psicodélicas. Aquella noche cambiará sus vidas. Allí tendrán su primer contacto con el LSD y se embarcarán en un viaje alucinante que los sumergirá en el corazón de la era lisérgica en América, en la que las puertas de la percepción se abrieron a una generación ávida de emociones auténticas y los hippies se entregaron a la fiebre psicodélica.
Así, lo que en un principio parecía una simple dinámica de grupo acabará convirtiéndose en el inicio de una vida comunal con los devotos de Leary, que nos conducirá hasta México y terminará recalando en una mansión en el estado de Nueva York, donde tendrá lugar para ellos una última experiencia tan terrible como definitiva.
Thomas Coraghessan Boyle (Peekskill, Nueva York, 1948), conocido como T. C. Boyle y T. Coraghessan Boyle, es un novelista y escritor de cuentos estadounidense. Desde mediados de la década de los setenta, ha publicado dieciséis novelas y más de 100 cuentos. Ganó el PEN/Faulkner Award en 1988, por su tercera novela, «El fin del mundo», en la que rememora trescientos años de la historia del Estado de Nueva York.