Hace seis años, en un momento en el que hablar de videojuegos independientes era hablar de dos o tres propuestas curiosas, Microsoft y PlayDead apostaron por llevar a Xbox 360 un plataformas en 2D con un estética minimalista en blanco y negro que hacía gala de unos puzles muy bien planteados y una dificultad endiablada en algunos tramos. La apuesta de ambos estudios terminó provocando que LIMBO se convirtiera en uno de los principales representantes del panorama indie a nivel mundial y, desde entonces, han sido miles de jugadores los que han disfrutado de la aventura de ese niño solitario.
Tras el éxito de LIMBO, PlayDead anunció en el E3 de 2014 que ya estaban trabajando en un título similar que vería la luz en PC y Xbox One en cuanto el estudio estuviera satisfecho con el nivel de calidad que buscaban conseguir en esta nueva obra. Ahora, dos años después de su anuncio Inside ha aterrizado en ambas plataformas para demostrar que PlayDead no tuvo un golpe de suerte con LIMBO, si no que saben transmitir un torrente de
emociones con cada una de sus obras.
Manteniendo su esencia minimalista, controlar al niño que protagoniza Inside solo requiere que hagamos uso del stick izquierdo del mando y utilicemos dos botones para saltar e interactuar con los múltiples objetos que se cruzarán en nuestro intento de escapar de una corporación que parece que busca experimentar con una gran cantidad de humanos por motivos que no desvelaremos. Solo diremos que, al igual que en LIMBO, es indispensable estar atentos a todos los detalles para terminar de interpretar una historia magistral que se cuenta mediante imágenes, detalles y sensaciones.
En la práctica, Inside es un juego de plataformas en 2,5 D, aunque, a diferencia de LIMBO, en esta ocasión el mundo es tridimensional y eso supone que gran parte de las mecánicas y situaciones del juego cambien por completo. Por ejemplo, al poco de empezar a jugar, seremos perseguidos por un grupo de hombres armados que intentarán dispararnos desde una de los planos del fondo del escenario y nosotros tendremos que correr en primer plano escondiéndonos detrás de los objetos que van apareciendo en las distintas capas para evitar sus disparos. Esta mecánica se repite a menudo, y nos obligará a estar muy atentos no solo a las trampas que se encuentran en nuestro camino si no al escenario que iremos viendo al fondo, ya que puede tener la clave para resolver un puzle o a un enemigo que puede vernos y empezar a perseguirnos en cualquier momento.
Junto a las fases de huida de enemigos, Inside vuelve a hacer uso de decenas de puzles en los que tendremos que hacer uso de la lógica para superarlos, aunque lo cierto es que todo aquel que ya haya jugado a LIMBO verá que Inside ha rebajado bastante el nivel de dificultad en casi todos los puzles y que estos son bastante similares a los del otro título, ya que la mayor parte de las veces tendremos que utilizar palancas, mover cajas o contenedores o desactivar una trampa. También se han incluido puzles nuevos muy interesados en los que controlaremos la mente de otros humanos para resolver puzles en distintos planos de profundidad de forma simultánea.
El hecho de que los puzles sean similares a los de LIMBO o que el nivel de dificultad haya descendido no significa que estemos ante un producto inferior, más bien todo lo contrario. Parece que el estudio ha centrado sus esfuerzos en medir al milímetro la posición de cada plataforma dentro del juego. De hecho, no hay ni un solo elemento puesto al azar dentro de Inside lo que permite que el jugador, de forma inconsciente, sepa en todo momento si un salto de una plataforma a otra acabar con nuestro protagonista muerto en el fondo de un abismo o si será capaz de llegar al otro lado. Este mimo por el cuidado en la distancias y en las posiciones de todos los elementos del escenario permite que el usuario juegue de forma más fluida, sin tener que pararse ante cada salto para comprobar si será capaz de llegar al otro lado porque la otra plataforma este colocada un centímetro más lejos que en el salto anterior. Aquí, si hay un obstáculo o un problema no se soluciona midiendo mejor un salto, si no con lógica y revisando el escenario que nos rodea.
En lo que respecta al apartado técnico, Inside nos muestra un mundo sórdido, ambientado con colores apagados y desgastados que reflejan un mundo donde la libertad de pensamiento parece haber llegado a su fin. Todo lo que muestra el juego lo hace de forma cruda, sin efectos ni aditivos que edulcoren el hecho de que estamos controlando a un niño que podría morir en cualquier momento en su intento de huir de alguien que busca matarlo o experimentar con él.
PlayDead ha conseguido sacarle el máximo partido al motor Unity y ha conseguido solucionar todos los problemas gráficos que han acompañado a los últimos lanzamientos de mayor o menor presupuesto que han hecho uso de este motor. De hecho, efectos como la luz de las linternas de nuestros perseguidores o el movimiento del protagonista en cada una de sus acciones, demuestra que el estudio ha puesto mucho cuidado en ofrecer un producto que transmita mimo por todos sus poros.
A nivel sonoro, Inside prescinde casi por completo de banda sonora. Los pocos momentos en los que escucharemos alguna melodía de fondo será cuando estemos ante algún momento relevante de la aventura pero la mayor parte del tiempo estaremos casi en silencio, lo que acentua la atmosfera de agobio, crudeza y desesperación que envuelve toda esta aventura.
Los efectos de sonido son los verdaderos protagonistas en Inside. Pisadas, gemidos, el sonido de los huesos rotos al morir, el goteo de la sangre… la falta de música que acompañe la acción provoca que cada efecto de sonido sea relevante y que la impresión al escuchar el ladrido de un perro que intenta darnos caza sea desgarradora.
Conclusión
Inside es la evolución lógica y natural de LIMBO. El título que disfrutamos hace ya seis años era excelente en su momento e incluso a día de hoy sigue siendo altamente disfrutable. Sin embargo, PlayDead ha demostrado que LIMBO solo era la punta del iceberg de lo que podrían llegar a hacer en el género de las plataformas en 2D e Inside es la prueba de ello. Todo aquel que busque disfrutar de una experiencia diferente debería darle una oportunidad, eso sí, siempre que su escasa duración no suponga un problema.
