En un artículo publicado el pasado miércoles en la revista The Astrophysical Journal, investigadores de University of California, Riverside y University of Southern Queensland, han identificado más de 100 planetas gigantes con lunas potencialmente habitables, capaces de albergar vida. Su trabajo guiará el diseño de futuros telescopios que puedan detectar estas lunas potencialmente habitables y buscar señales de vida -bioseñales, en sus atmósferas.
Desde el lanzamiento en 2009 del telescopio Kepler, los científicos han identificado miles de planetas fuera de nuestro sistema solar, los llamados exoplanetas. Uno de los principales objetivos de este telescopio fue identificar planetas que estuvieran en las zonas habitables de sus estrellas, es decir, que el agua pudiera encontrarse allí en estado líquido y la vida fuera, al menos teóricamente, posible.
Los planetas terrestres, gracias a su composición rocosa, son los principales objetivos de esta búsqueda de la vida fuera de nuestro planeta, ya que pueden ser geológica y atmosféricamente similares a la Tierra. Otros lugares interesantes en esta búsqueda son los gigantes gaseosos identificados por la misión Kepler, no por ser susceptibles de sostener vida por sí mismos, sino por sus lunas rocosas, que sí podrían.
«Actualmente hay 175 lunas conocidas que orbitan los ocho planetas de nuestro sistema solar. Mientras que la mayoría orbitan Saturno y Júpiter, fuera de la zona habitable que corresponde a nuestro Sol, este no es el caso de otros sistemas solares”, comenta Stephen Kane, profesor asociado de astrofísica planetaria y miembro del UCR’s Alternative Earths Astrobiology Center. «Si incluimos a las exolunas rocosas en nuestra búsqueda de la vida fuera de la Tierra, habremos expandido enormemente los logares en los que podemos mirar”.
Los investigadores identificaron 121 planetas gigantes que tienen órbitas dentro de las zonas habitables de sus estrellas. Con más de tres veces el radio terrestre, estos planetas gaseosos son menos comunes que los rocosos, pero cada uno de los primeros puede albergar numerosas y grandes lunas.
Los científicos han especulado con la posibilidad de que las exolunas puedan facilitar un entorno más favorable para la vida incluso que nuestro planeta, ya que reciben energía no sólo de su estrella, sino también de la radiación que reflejan sus planetas anfitriones.
«Ahora que hemos creado una base de datos de los plantes gigantes conocidos situados en la zona habitable de sus estrellas, se harán observaciones de los mejores candidatos a albergar potenciales exolunas, para ayudar a refinar las propiedades esperables de una exoluna que pueda albergar vida. De esta forma, los futuros telescopios podrán detectarlas, estudiar sus propiedades y buscar signos de vida”, afirma Michelle Hill, estudiante de pregrado en University of Southern Queensland, quien trabaja junto a Kane y se unirá al programa de graduados de UCR en otoño.
Fuente: The Astrophysical Journal.