Kaku: Ancient Seal — Análisis

Kaku: Ancient Seal es un juego que podemos englobar dentro del género de acción y RPG con una mezcla de combates, puzles y plataformas. De primeras nos puede sonar un poco raro al mezclar tantos géneros diferentes, pero sin duda se amoldan y compaginan de una manera interesante, aunque desgraciadamente no se encuentra lo suficientemente pulido como para ser un movimiento acertado.

Exploraremos bajo la piel de Kaku

Nuestro protagonista es Kaku, un chico de corta edad que tiene como cometido explorar la tierra que le rodea. Este entorno está dividido en cuatro zonas fácilmente diferenciables, ya que cada una de las zonas se asocia a uno de los diferentes elementos. La finalidad de nuestra aventura es conocer más sobre el pasado y cómo nuestro mundo fue azotado por las fuerzas hostiles.

En nuestra aventura no estaremos solos, pues Kaku: Ancient Seal posee apoyo de otros personajes, ya sea más o menos directo. Podemos contar con la ayuda de un anciano para aprender a construir y cocinar, aprender de la sabiduría de un gólem con conocimientos ancestrales, y también está Piggy. Este último es un cerdito volador que nos acompañará durante nuestro viaje, el cual nos brindará la posibilidad de disfrutar de ciertos poderes.

Cambios y rediseño a lo largo del tiempo

Es cierto que Kaku: Ancient Seal nos llega ahora como versión final, pero el juego ha pasado por ciertos estados a lo largo del tiempo. Desde mayo de 2023 se encuentra en estado de acceso anticipado, y han sido muchos los cambios que se han llevado a cabo. Desde un rediseño de Kaku hasta las habilidades que nos brinda Piggy para facilitarnos las cosas. Sí que es verdad que son cambios importantes si hemos seguido el recorrido del videojuego, pero no interferirán en nuestra experiencia si el primer contacto que tenemos con él es el de su versión final de lanzamiento.

Sin embargo, sí que hay veces que parece que estamos jugando con piezas sueltas de varios videojuegos, enganchados entre sí con calzador y pegamento. Los combates están bien, nuestros enemigos se cansan y la idea es evitar el contacto mientras les hacemos daño hasta poder darles el golpe de gracia. No es que sea un ejemplo de combate perfecto, pero cumple.

El plataformeo es interesante, aunque podría mejorar en la profundidad de saltos (supongo que es debido a que se ha incluido sin pensarlo demasiado, ya que no estamos ante un juego puramente de plataformas). Otro de los aspectos a tener en cuenta son los puzles, que aunque no sean muy allá, ofrecen un toque interesante con la limitación de movimientos para su resolución.

Y para mejorar a Kaku, un árbol de habilidades

Si queremos mejorar a nuestro personaje, tenemos a nuestra disposición un, cada vez más extendido, árbol de habilidades. Según el camino que queramos elegir tendremos a nuestra disposición mejoras por desbloquear. Los combates tienen un peso importante en el transcurso de la historia, por lo que adaptar el árbol de habilidades a nuestra manera de jugar los hará más llevaderos.

Hablando de los combates, el sistema de colisiones no es todo lo bueno que podríamos esperar de un juego que centre gran parte del viaje en ellos. Los enemigos normales intentarán emboscarnos, y no será demasiado problemático hasta que se junte un gran grupo de ellos. Los combos que Kaku puede intercalar harán que no sea demasiado complejo terminar con ellos. Sin embargo, de poco o nada nos servirán estos encuentros cuando lleguemos a los jefes, con un enfoque totalmente diferente al resto de combates.

El apartado gráfico es su fuerte

Nadie puede negar que Kaku: Ancient Seal es bonito a simple vista, llamativo, y sin duda diferenciado del resto de entregas contemporáneas. El diseño de los personajes es atrayente, rompiendo con lo que estamos tan acostumbrados a ver últimamente. El entorno es abrumador, con un buen uso de los colores y mostrando un campo de visión realmente extenso; la mayoría de veces estamos en páramos ampliamente abiertos, y nos preguntamos qué habrá un poco más allá.

La diferenciación de zonas es otro de sus puntos fuertes, ya que como mencionamos arriba cada una de las zonas se centra en un elemento en concreto. Podremos distinguir las zonas perfectamente, y no se ha escatimado en el uso de iluminación para cada una de estas. Sin embargo, una vez que deseamos explorar y ver qué se encuentra allí, nos damos cuenta de que, sencillamente, no hay nada. Por muy bonito que sea el mundo que Kaku: Ancient Seal nos ofrece, está vacío y lo que hay es lo que ves.

Un poco de todo que despunta pero con sabor agridulce

Tras las más que inevitables comparaciones con Immortals Fenyx Rising o Kena: Bridge of Spirits, Kaku: Ancient Seal tendría mucho que decir sobre las «inspiraciones» tomadas de otros juegos. Tanto en los planteamientos jugables como en los jefazos que nos persiguen, el juego se siente demasiado virado hacia títulos de ese calibre.

Si tenemos que sacarle punta a algunos aspectos del juego además de los ya mencionados, su traducción a veces es bastante pobre. Ya que las voces se encuentran en un idioma inventado, hubiera sido estupendo cuidar las traducciones de los diálogos, en lugar de insertar traducciones genéricas o automatizadas sin ningún tipo de revisión.

Otro de los aspectos que necesitaría pulir es la inclusión en el entorno de nuestro personaje, ya que a veces parece que flota sobre las superficies. Los controles a veces son algo ortopédicos, sobre todo cuando tenemos que hacer frente a zonas plataformeras, algo descuidadas y con dificultad para saber en qué zona aterrizará Kaku.

Conclusión

Kaku: Ancient Seal es un juego muy bonito de ver, con buenas intenciones y con un desarrollo algo caótico que le viene algo grande. Su intención de aunar diferentes géneros dentro de un mismo juego hace que falle en algunas de las partes vitales de cada uno de estos. Visualmente es precioso, aunque un entorno bello pero vacío acaba por aburrirnos al poco tiempo. No estamos para nada ante un juego deficiente, simplemente parece que quiere abarcar demasiado y acaba por tener fugas en varias direcciones.