Kyntark portada

«Kyntark» remata de forma única esta trilogía de fantasía

Ante todo, perdón a todos aquellos cuyos libros han estado durmiendo el sueño de los justos en mi mesa. Las circunstancias de la vida no son óbice para que haya tardado tanto en cumplir mi palabra. A partir de ahora espero redimirme. Así que, como dijo el gran poeta, decíamos ayer…

Como pasa la vida… ¡leches!

Aquí me encuentro, reseñando la última parte de la trilogía de fantasía “LA LEYENDA DE LEURELEY”, “Kintark” (Amazon, diciembre 2018), y parece que fue ayer cuando hice la reseña del primer título de la saga, “Gales” (Atlantis, 2010)… pero no, fue hace nueve años.

Ya digo, la leche.

He recordado al buen Roberto Redondo que se ocultaba tras los ropajes de Velkar, y a las jóvenes Elba de Cus y Elena Montes, y he sentido una nostalgia terrible. También fue entonces cuando yo empecé con las críticas en esta página con tantos buenos libros de fantasía. Es una pena que las dos jóvenes que empezaron con tanto entusiasmo la obra al final no hayan estado tan presentes pero nuestro Velkar ha llevado a buen puerto la historia. Cuando recuerdo lo que escribían en el blog… Jo, es que ya soy una abuelita.

La sinopsis de “Kyntark” nos habla de dragones salvadores, adolescentes poseídos por el mal, la persecución de un collar personificación del bien… Una guerra capaz de extinguir toda luz o representar la salvación de un reino, razas extrañas… Viejos amigos que se pierden para siempre, familias que se reencuentran, etc., etc. Dicho esto, para alguien que no haya seguido la saga del Leureley, será difícil encontrar un sentido a tal cúmulo de hechos y personajes. Bueno, como ésta es una buena historia de fantasía, empecemos por el principio.

“Tenía tanto por hacer ahora que había regresado… ¿Habría todavía espacio para ella […]? ¿Qué habría sido de su hijo Breithz? ¿Seguiría con vida su hermana Gales? ¿Y Nagaroth, su amado? Todos resultaban terribles enigmas…”

Kyntark portadaHe tenido que rebuscar en mis viejos “pen drives” para recordar que dije de “Gales” hace casi una década. Paciencia, que una ya ha pasado de los cuarenta y le empieza a fallar la neurona más de lo debido. No me ha sorprendido ver que ya entonces me entusiasmó y me agradó la historia de fantasía que planteaba la saga. Voy a plagiarme a mi misma y recordar que dije entonces. No es que sean palabras dignas de ser recordadas (que una es lo que es)  pero expresan la ilusión que me causó la obra. Ah, pero acortaré las frases que ahora se llevan más breves:

“Quiero dejar muy claro, por si luego lo estropeo tontamente, que el libro hoy analizado LA LEYENDA DE LEURELEY: GALES, […] es una buena novela de fantasía y aventuras, donde se crea todo un universo mítico de dioses y razas mortales. Veremos unicornios malvados, cortes silenciosas, islas malditas y un largo etcétera de lugares diversos  con personajes que oscilan entre lo pintoresco y lo majestuoso”, y sigo “Los personajes son una de las bazas fuertes de la novela estando muy bien dibujados y trazados los diversos caracteres. Destacan los Altos Magos, los kylions (raza inventada y crucial que recuerda poderosamente a los hobbits aunque con una carga mística que  aquellos no poseen) y la raza humana de los Héroes, centro de toda la trama. La juventud de los protagonistas centrales está muy bien reflejada, así como la senectud o la madurez de los consejeros que les rodean. Ese dibujo de caracteres se convierte en otro de los platos fuertes de la novela”.

En fin, da gusto ver que al menos tenía algo de intuición e idea. Como ya se demostraba en la primera novela, el dibujo de los personajes, sus recovecos, sus ideas, sus cambios de caracteres a lo largo de las novelas, han sido la gran base  de la saga. El progreso de la misma se ha basado tanto en la evolución de los protagonistas, como en el desarrollo temporal de la propia historia. Como debe ser.

Ha pasado tanto tiempo desde el primer libro que creo que debo poner un resumen del mismo para no olvidar como comenzó la historia. Y de nuevo me plagio a mi misma (esto es una gozada y un  descanso que no vean, de verdad):

“En la capital de la isla Phyrium, la ciudad de Gashyn, el lugarteniente del malvado Saurk, Dargok el maldito, secuestra a Kyntark, primogénita de Erion. Engañados por el Mal, los habitantes contemplan primero la caída de la estirpe de los Héroes, cuyo adalid era Erion, viéndose después obligados a tomar las armas para defenderse de las fuerzas oscuras. La hermana de Kyntark, Gales, parte en su busca, (junto al fiel Fleips) para evitar el fin de Phyrium. Y las fuerzas del bien y del mal toman posiciones para el que puede ser el último acto de la historia de este mundo”.

La historia acababa con Kyntark desaparecida y muerta después de que Gales salvase al hijo recién nacido de su hermana. No doy más explicaciones porque si no destripo toda la lectura.

«¡Derrama, oh Terrible Yashda, tu oscuro poder sobre esta espada […]! ¡De esta manera, podré seguir dedicando mis días a dar caza a tu Enemiga…!»

 

Breithz portadaEse niño, Breithz, es el centro del segundo libro de la saga de fantasía (Kelonia, 2012), al que da título también. Sobre el libro en sí me remito a las  palabras que le dedicó su crítico (en realidad, crítica) en esta misma página:

“… el nuevo libro no me ha decepcionado en absoluto. Al contrario, ha demostrado una gran evolución en forma y estilo sobre su predecesora. Con una temática que sigue girando alrededor de la lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, vuelve a ser tan interesante y plena como el volumen anterior”. Y sigo, perdón, sigue la crítica más tarde:

“La historia del segundo libro comienza […] 12 años después de estos acontecimientos, con unos personajes más maduros, sobre todo en los casos de Fleips y Gales. La trama girará, sin embargo,  en torno a Breithz, el díscolo y rebelde hijo de Kyntark, y Fleips, cuyo elevado destino es al fin revelado… en gran parte. Como en el libro anterior la buena combinación de tramas sigue siendo la gran baza del libro […]. Breithz, el gran protagonista, aparece como un muchacho de buen fondo pero bastante consentido y, sobre todo, bastante insatisfecho del rol que desempeña. A este respecto destacaría la escena en que Breithz, después de escaparse de la tutela de Gales, se enfrenta a su padre Saurk. Es una  escena en la que los sentimientos, esperanzas y frustraciones de los dos antagonistas son puestos magníficamente de relieve”.

Y, por fin: “Y es que, mientras Breithz elige, Fleips […] marcha a evitar que una extraña construcción permita al mal invocar a la desaparecida raza de los dragones. En ese empeño recuperará la ayuda de Nagaroth y un buen amigo se sacrificará para que todo llegue a buen fin”.

En resumen,  Phyrium sufre bajo el tirano, Gales, Fleips, los magos y otros aliados luchan pero pierden al niño en quien cifraban tantas esperanzas. Todo acaba en una gran escena de destrucción que nos deja marcados e impacientes ante el futuro desenlace.

«¡Breithz! ¡Querido mío! ¡Observa! ¡Esto lo hago por ti, para que te redimas! Elegiste un camino erróneo, pero yo te sacaré de él»

 

El desenlace, “Kyntark”, ha tardado seis años en ver la luz, ay, pero al fin hemos averiguado el fin de la historia. Y ha superado con creces lo que prometía desde un principio. Hago una sinopsis:

“Tras la pérdida del mejor de los amigos, Fleips, invoca a los dragones desaparecidos en la Isla de los Deseos. Esta llamada ha supuesto la pérdida de memoria de Fleips y, en principio, no parece que haya sido exitosa. Aún así los defensores del bien deberán seguir adelante pues toda Phyrium parece abocada a la destrucción. Con Breithz convertido en el Portador de la maléfica joya Larigni, que el mal consiga el Leureley y lo transforme en cenizas parece cada día más factible. La guerra parece ser la única alternativa viable. Y, además, la aparición de Kyntark, la legitima heredera de la Joya Benigna, solo viene a complicar aún más las cosas”.

Diré que me sorprendió la aparición en Amazon de la obra pero supongo que es lógico, que Kindle vende mucho…  aunque se agradece que el libro también se venda en formato papel para los nostálgicos como yo del olor de las páginas nuevas. También he visto que Velkar ha puesto a la venta en Amazon las versiones corregidas de los dos libros anteriores. Es todo un detalle por parte de un autor. Permite que todos aquellos que en su momento no leyeron el comienzo de la trilogía se pongan al corriente de la misma antes de enfrentarse al final de la saga de fantasía.

La novela se abre con los resúmenes de los dos primeros libros, que siete años son muchos desde la última novela. El relato en si comienza en el mismo punto en que termina el segundo libro. Las esperanzas de los seguidores de la joya benéfica, el Leureley, están hundidas (y nunca mejor dicho) en un pozo de desesperación. Los aliados han perdido al dirigente de los altos magos y Breithz es ahora el nuevo dirigente de las fuerzas del mal. En las dos primeras partes del relato el mal y el bien se reorganizan de cara a el enfrentamiento final, una batalla épica donde todos los contendientes se encontrarán. Y no digo el desenlace porque ya sería excederme del todo.

La gran baza de la historia, como ya dije hace nueve años (y voy a dejar de citarme que a lo mejor alguien me acaba denunciando por robarme mis derechos), han sido los personajes. Si ya en el primer libro destacaba el dibujo de los mismos, todos ellos han ido creciendo en complejidad a lo largo de la trama, creando caracteres tan atormentados como la maga Erilien, cuyo amor por Breithz la hace caer en el mal, o Nagaroth el elfo, cuyo amor por Kyntark le hizo seguir la senda del bien… a su manera.

Este cuidado en los personajes ha hecho que los malos de la historia de fantasía acabasen teniendo un pasado comprensible de celos, envidias y deseos de poder que justificaban sus acciones más allá de la crueldad o el sometimiento al mal. También ha hecho que la bondad sin fisuras de “los buenos” se vea empañada por deseos de venganza, odio, envidia, etc. Es decir, que pese a toda la fantasía, los personajes han abandonado cualquier rigidez que les acercaba al mito y se han hecho decisivamente humanos incluso perteneciendo a razas que no lo eran. Aún así las razas que el autor ha manejado no han perdido sus características básicas como puedan ser el optimismo de los kylions o el distanciamiento de los elfos del bosque aunque esas características sean puestas a prueba a lo largo de toda la aventura.

El desarrollo de los malvados más allá de la execrabilidad, la maldad, el simple deseo de deñar o la ambición de poder, es también algo que ha ido creciendo a lo largo de las tres lecturas  pues si en el primer libro la aparición de “los malos” estaba siempre acompañada de epítetos abundantes y sonoros, con el tiempo los caracteres de los personajes malignos se han explicado mediante sus actos, sentimientos y pensamientos más que con adjetivos grandilocuentes. En ese aspecto “Kyntark” es la clara culminación de la trilogía de fantasía con un lenguaje muy cuidado, que huye del abuso de los adjetivos, y que, sin renunciar a la arcaicidad primitiva que encontrábamos en el primer libro, sobre todo en las expresiones de los protagonistas, si que dota al texto de una mayor modernidad en lo que se refiere a los pasajes narrativos. Así, se favorece la compresión y cercanía de un texto que resulta en todo momento ameno y entretenido.

Roberto Redondo de Paz
Roberto Redondo de Paz

“Kyntark” también es una culminación en otra de las bazas fuertes del autor, la imbricación y cruce de las diversas tramas que finalizan en la gran última escena, en donde se resuelve la historia. Como desde el principio de la trilogía, las tramas de fantasía están bien desarrolladas (la aparición de los dragones, lo sucedido en la Magna Hechicería, la historia de Kyntark, la de Erilien, etc.), recogiendo el surgimiento de nuevos personajes, siguiendo la evolución natural de otros y su reunión en la escena final; así el desarrollo de la trama resulta fluido, natural.

Esa gran escena, que ocupa la tercera parte casi en su integridad, es sin duda la parte más lograda del libro… aunque, a mi parecer, le sobren esas indicaciones constantes de lugar y tiempo al comienzo de cada cambio de escenario y personajes. Algún capítulo transcurre integramente en Gashyn, la capital, y en el mismo día, sin embargo, cada vez que tenemos unos personajes distintos se nos repite de nuevo donde estamos y en que día estamos. Ahí hay una cierta redundancia…

Por lo demás la lucha final cobra intensidad y dramatismo, con dosis de dolor y de tragedia, hasta que los personajes principales se enfrentan de forma decisiva. La resolución es perfecta y todo llega a su resolución de forma comprensible y adecuada no como muchos libros que prometen y prometen y luego al final «bluffffff». Incluso tiene un epílogo, muy emotivo, que deja las cosas en su sitio de forma definitiva. Justo lo justo.

«En fin, de todos aquellos que sé que vivirán mi partida con dolor, diles que siempre estaré presente en sus pensamientos […]. En una palabra, que no les abandonaré del todo. Que siempre estaré presente en el más preciado rincón que me reserves en tu corazón, hermana»

Para mi resulta una pena que la historia concluya pues supone el adiós a una serie de personajes (Nagaroth, Gales, Fleips…) a los que tenía mucho cariño pero comprendo que Roberto quiera progresar y seguir con otras historias no necesariamente de fantasía. El mismo reconoce en una entrevista que esta es una historia épica y fantástica de buenos y malos, una pura lucha del bien contra el mal, y si bien los personajes y la trama la hacen original e interesante, el quiere explorar otras sendas… creo que hay algo de hombres lobos y futuras experiencias en la novela negra. Le deseo lo mejor en esa nueva etapa y espero poder seguir haciendo críticas de su trabajo desde esta página.

Suerte mi buen Velkar. En el camino nos encontraremos.

Y los libros los tenéis aquí, aquí y aquí .

Eidian
Recuerdo que escribí mi primera poesía recién operada de apendicitis con nueve deditos contados. Desde entonces odio los hospitales y adoro la escritura. Hasta hoy han pasado dos carreras (historia del arte y náutica, ahí es nada) y resulta que he acabado como marino/na (para gustos los colores). He regresado hace poco a esta página donde comencé a escribir críticas literarias porque hay cosas que nunca se olvidan. Experiencias malas, buenas y superiores. La vida misma.

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