No sé a vosotros, pero a mí me dan una pereza terrible aquellos dramas que, poseyendo ya de por sí una historia dura e inmisericorde, recurren para diferenciarse a otras formas de resultar innecesaria y exageradamente más dramáticos. ‘La asistenta’ (Netflix, 2021) es uno de estos dramas.
Tenían un material excelente en la novela original que inspira a la serie: ‘Maid: Hard Work, Low Pay, and a Mother’s Will to Survive’ de Stephanie Land (2019). Parcialmente basada en la vida de su autora, el libro destaca la vida dura de una madre sola sometida a la dictadura del ‘trabajo de mierda’ (uso el concepto del desaparecido antropólogo David Graeber). Pero, no contentos con esto, la producción recurre a una serie de trucos de guion y de realización para crear escenas innecesarias que, pensadas para exacerbar lo dramático respecto a su vida de pareja, acaban por sacarte de la historia añadiendo cuotas de irrealismo y fantasía innecesarias en una situación ya per se muy dura.
‘La asistenta’ es aburrida y estúpida como pocas series
Otro efecto secundario indeseado de estas escenas es que, al centrarse inicialmente tanto en su vida personal, acaba dulcificando en exceso lo que el libro precisamente resalta: las durísimas y humillantes condiciones de trabajo, embrutecidas además por un salario que es casi una limosna… aunque en la serie solo lo parezca durante cinco minutos. ¿Intento de la serie de independizarse del libro?, ¿exigencia de producción de pasar de retratar a los adinerados como unos miserables (el libro) a retratarlos como generosas oenegés con piernas (la serie)?, ¿un poco de todo?
Sea como sea, la serie es insoportablemente incoherente, estúpida, exagerada y sensiblera. Me costó un horror avanzar en cada episodio porque, en la primera parte, mantiene un discurso con un tono que, en la segunda, gira 180 grados para transformarse en otra cosa totalmente diferente.
La misma producción toma decisiones erráticas de todo tipo que acaban confundiendo al espectador sobre lo que está viendo. Al hacer así, los personajes se deforman, sus historias se vuelven imposibles de seguir, y el conjunto se deturpa hasta el punto de no saber qué estamos viendo en concreto.
Un casting que prometía
Y eso que el casting, la razón por la que elegí verla, prometía. No solo porque es una de las pocas oportunidades de ver a Andie MacDowell (Paula, la madre de la protagonista) en pantalla, sino porque lo hace por primera vez junto a su hija Margaret Qualley (Alex, la prota y madre sufridora). Además, sale Billy Burke (Hank, padre de Alex), el sufridor padre de Bella en Crepúsculo. Y otros actores secundarios que ayudan a dignificar un tanto una serie de cortarse las venas por lo aburrida y exasperantemente repetitiva que llega a ser, sobre todo a partir de su quinto capítulo dónde el drama hiperbólico y cansino que es hasta ese momento, da paso a algo incomprensiblemente idiota en lo que no quiero ni volver a pensar.
Conclusión: he visto series malas últimamente (sigo pensando y padeciendo con ‘Al borde’), pero ninguna tan aburrida y estúpida como ‘La asistenta’ (Netflix, 2021). No entiendo que han querido hacer, no comprendo cómo han podido completarla y publicala tal como está, y me parece tal timo al espectador que no puedo más que aconsejaros que no la toquéis ni con un palo. Llegados a su capítulo cuarto (son diez en total) habréis visto lo mejor que es capaz de dar, pasado este punto, cualquier segundo de más es un segundo perdido.
«sobre todo a partir de su quinto capítulo dónde el drama hiperbólico y cansino que es hasta ese momento, da paso a ALGO INCOMPRENSIBLEMENTE IDIOTA en lo que no quiero ni volver a pensar»
¿Puedes concretar más?