Ya está en nuestro país La brigada de luz, de la premiada Kameron Hurley. La encargada de publicarlo ha sido Runas, Alianza Editorial que aparca para esta edición su formato de tapa dura y gana en páginas. Natalia Cervera ha traducido The Light Brigade, la revisión de las pruebas las ha realizado Antonio Torrubia y el diseño de la cubierta es obra de Octavi Segarra. El tiempo estimado de lectura de estas 358 páginas distribuidas en 43 capítulos será de poco más de siete horas.
La madre de la criatura.
¿Aún no conoces a Kameron Hurley? Pues, ya estás tardando en conocer a la autora de Las estrellas son legión, también conocida como Lesbianas en el espacio, que obtuvo el Premio Ignotus a la mejor novela extranjera, y de dos trilogías: The God’s War y The Worldbreaker Saga. La ficción breve de la autora ha aparecido en las revistas Popular Science y Lightspeed, así como numerosas antologías, y es colaboradora habitual de la revista Locus. La colección de ensayos La revolución feminista geek obtuvo el Premio Locus y el British Fantasy Award a la mejor obra de no ficción. Su artículo Siempre hemos luchado fue el primer texto de no ficción en obtener el premio Hugo. Tenéis material, por tanto, para disfrutar con esta autora. Y, si os queda tiempo, echad un vistazo a su divertido Instagram, veréis cómo nos muestra sus fabulosos perros y acogedora casa.
La carga de la brigada ligera.
Por concluir este prólogo, permitidme que os haga una pequeña mención a lo que se conoce como la carga de la Brigada Ligera. Coincide que The Light Brigade es el título original de esta novela y es como también se conoce a la caballería del ejército británico que cargó de manera desafortunada durante la batalla de Crimea en el siglo XIX. Esa batalla ha pasado a los anales de la historia como un desafortunado incidente, ya que se perdieron muchas vidas contra la artillería rusa, antes de ser salvados por los franceses, por un error táctico. Quizá con esta información os haya picado la curiosidad y queráis informaros al respecto. Como el cine es un atajo para poder saber y disfrutar con la historia, os recomiendo las películas del año 1936 y del año 1968 a propósito de este incidente. Durante la novela se menciona este hecho histórico. Es gracioso este guiño, ya que los personajes declaran no conocerlo. Que no os pase a vosotros lo mismo.
Sudamérica. Desastre. Hay que alistarse.
Nuestra protagonista, Dietz, tras el Blink (un desastre de magnitudes colosales que ha arrasado Sao Paulo), se alista sin dudarlo en el ejército. Ha perdido a su familia y abandonado a su pareja. Hablamos del ejército corporativo Tene-Silvia, una de las 6 mega corporaciones que controlan el sistema solar. Dietz había obtenido la ciudadanía gracias a que su padre era un piloto de la ruta entre Marte y la Luna, de tal manera que cuando ocurre semejante desgracia no duda en apuntarse en el ejército guiado por todo lo que este promete. La pobre es ignorante en ese momento de todo lo que le esperaba y la sorpresa que esconde el final.
¿Cómo no ser un despojo?
Bienvenidos de nuevo al neofeudalismo corporativo que nos propone esta novela de ciencia ficción, del denominado subgénero space opera militar. ¿Por qué de nuevo? Os lo explicaré más tarde, o quizá lo vayáis deduciendo a lo largo de la reseña, pero si os parece bien sigamos con el resumen de lo que nos propone esta novela.
La historia transcurre en un futuro lejano en el cual se ha descubierto la manera de viajar de un lado al otro del universo como nunca se hubiese imaginado; transformando a los seres en luz. De esta manera, se pudo colonizar Marte, un planeta que vivió lo mismo que han vivido antes otras muchas zonas colonizadas: revueltas de sus colonos buscando obtener la independencia.
Tras un periodo de diez años sin dar señales de vida, los marcianos, más avanzados tecnológicamente que los terrestres, ofrecieron su ayuda para paliar el deterioro de nuestro planeta. Unos cuantos colonos marcianos fueron autorizados a trasladarse a la Tierra, pero un día había dos millones de personas en Sao Paulo y el día siguiente el Blink acabó con miles de vidas. ¿Se había enfadado el gobierno marciano?
Somos testigos de la típica milicia donde el ejército inculca en sus reclutas los principios que harán que sean suyos para siempre. Será durante esta época cuando nuestra protagonista conozca a Muñoz y a Jones. Tras varios pasajes que siguen los clichés del género y entrenamientos extenuantes, nos percatamos de que pertenecer al ejército de la Corporación es igual que cuando eres un civil y te conviertes en un despojo. La novela empieza a destilar lo que será denominador común de todo el texto: la crítica por la reducción de la persona frente a la gran maquinaria del sistema.
Hermanos de sangre.
Oiremos hablar de las guerras del Agua y la guerra de las Semillas. Se nos mencionarán a los comunistas que se implantaron en Marte y cómo ellos tuvieron sus revueltas. La Tierra, a cambio de recoger su tecnología, dio cobijo en hemisferio norte a los colonos marcianos. Sin embargo, estos se independizaron y aunque ayudaron a recuperar parte del suelo estéril de nuestro planeta y eliminar la radiación. se levantaron contra nosotros. Ahora, son calificados de extraterrestres que hay que eliminar.
Muchos se alistan para ser ciudadanos con la fe ciega de acabar con este enemigo. ¿Recordáis Brigadas del espacio de Robert A. Heinlein? Bueno, los paralelismos son claros hasta ahora.
Pero, he aquí el punto de inflexión que hace a La brigada de luz distinta: Dietz en un principio no parece apta para los saltos lumínicos, pero consigue que la incluyan con Muñoz. Se lleva a cabo un salto y Dietz no se acuerda de nada, a pesar de que todo el mundo le felicita. Parece un efecto secundario propio del salto, algo que requiere de una pequeña cuarentena y un seguimiento psiquiátrico. Pero, lo cierto es que esto mismo ocurre en varios saltos más. Parece que ella aterrice en lugares distintos. A veces, Marte; otras, la Tierra.
El ingrediente secreto.
La novela empieza a mostrarnos piezas de un puzle espacio-temporal donde muchos personajes entran, salen y se mezclan. El lector, tras el despiste inicial, empieza a intuir que algo pasa y os recomiendo que os dejéis seducir. Avanzad y llegad al punto en el que Kameron Hurley saca la artillería. Por el camino de desfases temporales os encontrareis con la transcripción de unas entrevistas y la mención a algo importante que ha ocurrido en San Petersburgo.
¿Cómo se sigue viviendo en el presente cuando ya se conoce el futuro? ¿Es posible cambiar el futuro que ya se ha experimentado, o solo asegurarse de que se va a vivir el futuro prometido? Es una p*** comida de coco, eso es lo que es. Se supone que cuando nos transformamos en luz no vemos nada. Lo sé. Lo digo cada vez, pero no sirve nada, porque no paro de ver cosas.
Guiños u homenajes a un género tan viejo como la propia ciencia ficción.
No podemos hablar de un retelling de Heinlein de manera estricta, pero sí que sigue una estructura muy similar, de ahí que el clásico esté usándose en el marketing del titulo que nos ocupa. También, sería fácil hablar de la antimilitarista La guerra interminable, de Joe Haldeman, por aquello de las consecuencias de los viajes subluz, que producen un tiempo real y un tiempo virtual. Pero, la lista de referencias podríamos ampliarla a títulos tales como Al filo de mañana, por aquello de la posibilidad de cambiar el futuro.
Ejes de la historia.
Eran estas referencias y otras más las que me hicieron pensar, al principio, que estaba ante un libro descafeinado, escrito por una escritora de moda. Cualquier título de W40K o las novelizaciones de Halo contienen más densidad militar futurista. En otro orden de cosas, las novelas de género fantástico del siglo XX denunciaban o criticaban el sistema en tiempos más convulsos en los que podían poner a su autor en una cruz. Por último, las paradojas temporales se han tratado con mayores rizos y tirabuzones que aquí. ¿Por qué matizo esto? Porque la contraportada, transcribiendo la opinión de terceros, llega a exaltar este libro como el mejor hasta la fecha de su autora y que este título está llamado a convertirse en un clásico de la ciencia ficción. Pues bien, al lector habitual de CiFi todo este panegírico se le va a quedar un tanto excesivo.
Pero, el marketing es el marketing; y, además, el libro tiene más de una bondad y le hacen sacar pecho. Vayamos con ellas. Antes os hablaba de la artillería de la que hace gala la autora en el último tercio del libro. Prueba de ello es que la página 247 tiene un párrafo que resume la crítica social alma del libro. También, la transcripción de la Entrevista n° 4 en la página 260 brilla de manera excelente. Claro, no tenéis ni idea de a qué me refiero, pero os aseguro que llegaréis a estos puntos y lo entenderéis. Ahí es donde estalla la luz del libro.
Ajedrez tridimensional.
Tendréis aventura, interrelaciones de todo tipo entre soldados que se enfrentan a la muerte o a la posibilidad de ser descompuestos en cada viaje, no deseando tener a nadie gafe cerca; hay mucho personaje femenino en roles típicamente masculinos de antaño, disfrutaréis con sorprendentes trucos como el del cabecero de la cama (no digo más) y seremos testigos de lo que es la tortura real y la virtual (me ha parecido interesante lo que se menciona a propósito de la segunda).
Encontraréis referencias al Conde de Montecristo y a La guerra de los mundos, donde los oyentes se creyeron la ficción radiofónica. Hay, también, espacio para las catástrofes medioambientales y la manipulación informativa. En definitiva, múltiples referencias a aspectos actuales o libros escondidas entre las páginas que la autora propone encontrar a los aficionados con más callo.
En conclusión:
Como digo, el libro no es ninguna piedra filosofal para el aficionado habitual, pero esta historia de fragmentos entrelazados en una interesante trama sí satisfará al lector. Dicho esto, el matiz temporal da el verdadero aliciente a la historia o eso ha ocurrido por lo menos conmigo, un puzle de recuerdos en la protagonista que todos iremos encajando.
Estamos ante una space opera militar que sigue a rajatabla el manual. La Tierra ya no es como la conocemos actualmente; hay que entrar en el ejército si quieres escapar de ser un despojo en una vida miserable, con el peaje de tener que abatir a un enemigo que parece todopoderoso. La entrada en el ejército supone pasar por una milicia previa de extrema dureza, en la cual tan solo quedan los recuerdos pasados, muchas veces de la familia. Tus compañeros se convertirán en hermanos de sangre. Pero, ¿qué ocurre cuando miras a tu enemigo cara a cara?
El libro, por cómo se resolverá, os llevará por una deriva que eclosiona en el último tercio, momento donde la autora dispara la artillería. Viajar transformado en luz derivará en una original trasgresión de las leyes conocidas espacio temporales, punto fuerte indiscutible de la novela y difícil de conseguir habida cuenta de otros títulos similares.
Alistaos a La brigada de la luz.
Una ficción narrada en primera persona que se revela cual cisne en un canto a la esperanza, una crítica actualizada al siglo XXI , que ya es mayor de edad, y exige que recapacitemos a propósito de la posibilidad de romper los grilletes del control de la sociedad, la verdad que se nos impone como única, como objetiva. Resumirlo en Capitalismo versus Comunismo podría sonar arcaico, pero quizá esté más presente que nunca. ¿Ricos contra pobres? La ciencia ficción lleva décadas girando en torno a este conflicto. El reto resultará doloroso y exigirá sacrificios, pero no debemos caer en el bucle que se repite generación tras generación. Dejaos seducir por esta aventura que ambiciona otro final, otra realidad, la felicidad a la que todos tenemos derecho. Queridos títeres, cortemos los hilos. Hasta entonces, coged este libro, disfrutad y pensad. El futuro lo elige uno mismo, que no os convenzan de lo contrario.
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