Con la primera parte me quedé con un sabor de boca agridulce. Por un lado, la historia me gustaba, los personajes también, me enganchó por completo ya que el ritmo de acción era constante. Pero, por el otro lado, me pareció que la escritora pasaba cosas que importaban por alto, que le dio un toque anticuado y machista que sobraba y que podíamos decir que era una historia más, que no destacaba sobre el resto de sus obras. Pero leyendo esta segunda parte debo cambiar algunas impresiones que sí que se justifican más conforme la historia ha ido avanzando.
Recordemos que está ambientada en un mundo en el que el cielo y el infierno existen. La escritora sigue sin profundizar en la historia de cada personaje, de la cual podría extenderse hasta un libro entero, pero ha optado más por ir directa al grano. Que una vez ya metida en la historia, se agradece el ritmo rápido de los acontecimientos. Recordemos también que los guardianes son una realidad ante la humanidad y que buscan el equilibrio entre el bien y el mal, poniendo a raya a todo demonio que no cumpla las normas de la tierra. Pero, ¿todos los demonios son malos y todos los guardianes son buenos? La respuesta está clara, no.
Layla es mitad demonio y mitad guardiana y el que tenga un alma completamente pura no importa ante los ojos de Abbot, el jefe de los guardianes y su padre adoptivo. Layla sigue siendo peligrosa y ahora más desde que empezó a juntarse con Roth, un demonio de nivel superior bastante peligroso que la entendía, que le enseñaba a aceptar su parte demoniaca, y la hacía sentir una más a su lado. Esto hizo que Layla descubriera que los guardianes también guardan secretos y que los demonios no son tan malos como ellos le han hecho pensar toda la vida, haciendo que se odiara así misma por tener una parte demoniaca. Pero por fin empieza a abrir los ojos y más después de que Roth se sacrificara condenándose al infierno para salvarlos a todos de un desastre absoluto. Esto no le conviene nada a Abbot, el jefe de los guardianes y empieza a apartar más aún a Layla sin explicaciones, ni razón aparente.
Pero el que Roth haya desaparecido, no mejora las cosas. Layla está hecha polvo ya que sentía algo por él. Layla cree que no lo volverá a verle jamás y es cuando se echa en los brazos de Zyane, su único apoyo entre los guardianes, su mejor amigo. Con él puede hablar de cualquier cosa y con él, es con el único con el que se permite ser ella misma. Esto es toda una ventaja para Zyane porque está enamorado de Layla y dispuesto a hacer lo que sea para que olvide a Roth y confíe en que su relación pueda ser real entre ellos. Porque, recordemos, que Layla puede absorber almas con un simple beso, esto es algo terrible para cualquier guardián o humano y sobre todo para mantener una relación.
Layla no sabrá que hacer ya que es algo que siempre ha querido, pero no puede evitar el miedo de hacerle daño y es que no es lo único que le está pasando. También ha estado experimentado algunos cambios en sus poderes. Ya no puede ver las almas de los demás y es extrañamente más fuerte y violenta. Su rebeldía aumenta y se siente más poderosa, creando un impedimento más para que no pueda estar junto a Zyane. Este asunto incide también en el aspecto machista que destaqué en su primera parte y que no me gustó nada, el machismo en los guardianes. Ahora las mujeres del clan empiezan a rebelarse, a valorarse y reclamar ser libres. Por lo que ahora es más entendible el hincapié de la escritora en la primera parte sobre este tema.
Y cuando creíamos que a Layla no podía pasarle nada más… pues Roth vuelve del infierno con la peor noticia posible. Un Lilin ha nacido y tienen muy poco tiempo para atraparlo, toda la humanidad está en peligro. El Lilin es un ser nacido a través de una ceremonia satánica que no traerá nada bueno, pero no os contaré mucho más sobre el tema si no queréis que os arruine la historia.
Así que sí, tenemos claro un Intenso triángulo amoroso en el que no sabrás con cual quedarte, porque te gustarán los dos, no tendrás una clara diferencia entre los ambos candidatos. Los dos tienen cosas que te gustarán y te será imposible decidir. Mucha acción y misterio en la trama de esta segunda entrega, que me ha hecho permanecer totalmente enganchada a la narración, que no te deja respirar y con aspectos sorprendentes que dan la vuelta a la historia y que no sé cómo se resolverán en la tercera y última parte. La verdad es que estoy muy contenta de haber seguido leyendo esta historia. Ahora solo queda esperar que no se haga muy pesado el tiempo hasta que salga la tercera parte.
Jennifer L. Armentrout nació en 1980 y vive con su marido y sus perros en Martinsburg, Virginia Occidental. Armentrout, empezó a escribir en sus clases de álgebra y fue entonces cuando decidió que quería ser escritora. Y aunque su tiempo libre es para ver películas de zombies, su pasión es escribir y leer. Tiene tres sagas: La saga Lux, la saga Covenant y la última, de la que sacó su primera entrega el pasado mayo, la saga La cazadora de hadas. También tiene otras obras sueltas entre las que destaca "Cuidado. No mires atrás" y novelas adultas que escribe bajo el pseudónimo de J. Lynn.
Lee el primer capítulo.
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