El comienzo de ‘La ciudad es nuestra’ es potentísimo. Sin duda, la fuerza del sargento Wayne Jenkins (Jon Bernthal) ayuda a que sea así: su discurso en la comisaria delante de policías jóvenes, su actitud en las calles de Baltimore, su habilidad con la porra de madera, su valor en los registros de casas y calles que podrían ser mortales callejones sin salida… Posiblemente, los mejores primeros minutos que he visto en mucho tiempo.
A partir de este personaje rujo, duro y sin complejos es que se desarrolla este primer episodio. O bien porque se comparte su filosofía, como el agente Daniel Hersl (Josh Charles), o bien porque se sitúa en el lado diametralmente opuesto del de los derechos civiles y las libertades públicas, como la jefa de la oficina pública que los defiende, Nicole Steele (Wunmi Mosaku).
‘La ciudad es nuestra’ es una de las mejores series estrenadas este 2022 y una de las pocas alegrías que llevamos en un año, hasta el momento, escasísimo en series de calidad
Este episodio plantea así, con suma inteligencia, los dos extremos del polo por el que se va a mover la serie en los capítulos que están por venir. Y en el centro de todo, como un recordatorio persistente y verdadero motor filosófico y narrativo de la trama que tenemos aquí, el “caso de Freddie Gray Jr.”; un civil negro muerto y por el que seis agentes de la policía de Baltimore estuvieron -realmente- en el disparadero en 2015.
David Simon conoce perfectamente el espacio físico y sociológico por el que se mueve; nos lo dejó clarísimo en ‘The wire’. Y George Pelecanos es un guionista hábil y eficacísimo, especialmente brillante en el diálogo y la construcción de personajes. Ambos se conocen bien y colaboran mejor. Y ahora, en ‘La ciudad es nuestra’, nos vuelve a quedar claro de lo que son capaces.
Una actualización de la perspectiva de la corrupción policial
Muchos espectadores, al conocer la existencia de la noticia de esta serie, reaccionaron con la duda de si estarían ante una copia de ‘The wire’. En absoluto. Se trata de una actualización de la perspectiva, puesta al día desde un punto de vista actual a la vista de los últimos acontecimientos y con nuevas claves en el centro: la brutalidad policial, por supuesto; el perjurio de los agentes en el estado a la hora de impartir justicia (escalofriantes las cifras); la influencia de los nuevos medios de comunicación (las redes sociales y lo digital) en la acción policial; o el nuevo rol de los jefes de policía, más preocupados de la imagen que de los resultados.
No es “lo mismo” aunque sí es “sobre lo mismo” porque la violencia y el crimen parecen ser una parte inherente e inseparable del ser humano. Además, la perspectiva parece ser más integral y sintética, ya no hay una división espacial que podamos hacer por temporadas (especialmente a partir de la segunda), como sí se planteaba en ‘The wire’. Ahora observamos en global el cuadro entero: la influencia mutua de la policía, los medios de comunicación, la política y, por supuesto, el crimen, como los cuatro polos de acción en esta historia.
Una de las mejores series de 2022 hasta el momento
A partir del segundo episodio, anotándose ya en el final del primero, el guion comienza a pintar las múltiples capas y las escalas de grises de la serie. Los personajes comienzan a mostrar honduras nuevas, posibilidades que el primero ni apuntaba y, quizás, desarrollos novedosos que nos lleven de los extremos a las zonas oscuras, dónde el bueno y el malo se vuelven generalmente indistinguibles, y que tanto es del agrado del dúo Simon-Pelecanos.
‘La ciudad es nuestra’ (HBO Max) muestra una pinta tremenda gracias a sus buenas interpretaciones, excelente guion y un manejo de la narrativa que es capaz, aun utilizando tiempos distintos, de mostrarnos con claridad su mensaje y sus implicaciones tanto en el pasado como el presente. Simon y Pelecanos nos denuncian una corrupción estructural que, más allá del crimen, tienen implicaciones decisivas para las personas.
Una de las mejores series estrenadas este 2022 y una de las pocas alegrías que llevamos en un año, hasta el momento, escasísimo en series de calidad. La reina de esta lista ya ha llegado… y parece difícil que alguien la desbanque.