El Mar Negro se extiende desde el estrecho de los Dardanelos hasta el de Kerch, bañando Bulgaria, Georgia, Rumanía, Rusia, Turquía, Ucrania y Abjasia. Se comunica con el Mediterráneo por el Bósforo, aunque no fue hasta el comienzo del Holoceno, hace 10.000 años, cuando estos dos mares se juntaron, dejando de ser el primero un mar de agua dulce. A lo largo de sus costas se han establecido poblaciones desde épocas pretéritas, como los procesadores de oro de Varna (Bulgaria), el Urheimat del indo-europeo, la presencia de hititas, carios, tracios, griegos, persas, godos, ávaros, cruzados, genoveses, etc.
El Mar Negro, por debajo de 50 metros tiene agua anóxica, un proceso natural por el que el oxígeno disuelto se agota y el nuevo no puede llegar a los niveles profundos ya sea por la densidad del agua salina o por barreras externas. Las bacterias del agua consumen primero el oxígeno, después el nitrato y, por último, el sulfuro, reduciendo la tasa de descomposición de la materia orgánica en estas aguas y facilitando la fosilización de la misma, incluso de sus partes blandas.
Un equipo del Black Sea Maritime Archaeology Project comenzó en septiembre de 2015 a buscar restos arqueológicos en las costas de Bulgaria bañadas por el Mar Negro. Se trata de un equipo formado por investigadores del Centro de Arqueología Marina de la Universidad de Southampton, el Centro de Arqueología Submarina de Sozopol, el Instituto Nacional y Museo de Arqueología de Sofía, la Universidad de Södertörn y el Instituto de Oceanografía del Centro Helénico para la Investigación Marina griego.
En estos tres años han encontrado 60 naufragios increíblemente conservados que cuentan la historia de 2.500 años de navegación por las costas de este mar interior. Uno de ellos es un barco romano que ha aparecido a 2.000 metros de profundidad, que aún conserva su mástil en alto, así como sus timones, con sus cañas aún unidas, las cuerdas atadas y los astilleros puestos en cubierta según cayeron al fondo marino.
Además del barco romano, también se ha encontrado un buque mercante bizantino, datado aproximadamente en el siglo X, que yace a aproximadamente 93 metros de profundidad y que puede ser observado a simple vista por los submarinistas.
En este tercer año de investigación se buscará en una longitud de 130 kilómetros de largo, guardando muestras de al menos 100 metros de sedimentos. Estas investigaciones fueron concebidas por Hans R. Rausing a través de The Julia and Hans Rausing Trust, una organización de caridad interesada en mejorar el conocimiento sobre los orígenes de la humanidad y la civilización en la región del Mar Negro.
Fuente: Archaeology in Bulgaria.