«La feria de las tinieblas», de Ray Bradbury. Reinvención del Mefistófeles de Goethe

Fantasía y terror visitan un pueblo del Medio Oeste en este clásico de uno de los maestros de la Edad de Oro del género fantástico en el s. XX.

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Ediciones Minotauro nos lleva a una feria muy especial; su Biblioteca Ray Bradbury incluye Something Wicked This Way Comes, 1962, que fue revisado en 1990. La edición que hoy usamos indica que la traducción ha corrido a cargo de Joaquín Valdivieso, aunque la ficha del libro en la web muestra a Rubén Masera como traductor.

Un maestro de la Edad de Oro

Ray Bradbury (1920-2012)

Ray Bradbury nació en Waukegan, Illinois, en 1920, y vivió en Los Ángeles desde 1934, ciudad en la que falleció el 05 de junio de 2012. Bradbury fue un ávido lector en su juventud, además de escritor aficionado. No pudo asistir a la universidad por razones económicas, de ahí que empezó a vender periódicos para subsistir. Se formaría como escritor de manera autodidacta a través de sus lecturas, comenzando a escribir cuentos con una máquina de escribir. Sus primeros trabajos los vendió a revistas a comienzos de los años 40. Entre novelas, colecciones de cuentos, poemas y obras de teatro, ha publicado más de una treintena de libros. Ha desarrollado una amplia actividad en el mundo del cine, el teatro y la televisión. En 1989 fue nombrado Gran Maestro de la SFWA (Asociación de autores de ciencia ficción norteamericanos) y en 1999 recibió el SF Hall of Fame por toda su carrera.

Bradbury es el autor de clásicos como Fahrenheit 451, Crónicas Marcianas, El hombre ilustrado, El vino del estío y El árbol de las brujas, así como de cientos de relatos cortos que han sido traducidos a más de 30 idiomas. Escribió para teatro cine y televisión, incluyendo el guión para Moby Dick, de John Huston, y el telefilm ganador de un Emmy El árbol de la Noche de Brujas, así como 65 historias para de Ray Bradbury Theater. Recibió la Medalla de la National Book Foundation por su distinguida contribución a las letras en Estados Unidos, una citación en 2007 para el premio Pulitzer.

Bienvenidos a La Feria

Will Halloway, de pelo rubio casi blanco, había nacido el 30 de octubre, un minuto antes de medianoche. Por su parte, Jim Nightshade, de pelo castaño, había nacido justo un minuto después de medianoche, el 31 de octubre, víspera de Todos los Santos. Ambos estaban a punto de cumplir 14 años.

Es otoño y estamos en la ficticia Ciudad Verde del Medio Oeste donde un hombre misterioso les recomienda que pongan un pararrayos, ya que se acerca una gran tormenta y esto les prevendrá de ella. Los niños tienen un día a día propio de su edad. Conoceremos a su familia, su pueblo y la biblioteca. Una noche, a las 3 de la madrugada, la hora mágica de la noche y el alma humana, el tren de la feria se acerca. Todos sabemos lo que significa la llegada de la feria a un pueblo pequeño, donde la vida corre a otra velocidad y más en otoño. El estilo de Ray Bradbury se va filtrando por entre las páginas con esa especie de onirismo y poesía que se expresa en forma de prosa. Una maravilla, un deleite. Fantasía auténtica que va tornándose en escalofriante terror que secuestrará el alma de los habitantes de esta localidad.

Un carrusel que gira en ambos sentidos

Estad preparados para todo un desfile de freaks encabezados por el Hombre Ilustrado/Tatuado conocido como el Sr. Dark. La lista es inmensa: el Hombre Serpiente, el hombre que se fríe con electricidad (inspirado quizá en el Hombre Eléctrico que se cruzó en una feria real con un Ray Bradbury muy joven y que sirvió para idear este libro), la Momia,… En definitiva, una circunstancia hará que se cuestione a los niños frente a los policías y los enfermeros que han conseguido que lleguen a esta feria macabra. Lo cual demuestra que el libro juega mucho con la fantasía desatada de los niños. ¿A quién debemos creer, entonces?

Los muchachos descubren que el tiovivo si da marcha atrás, el tiempo va en sentido inverso, y que si el carrusel va hacia delante, el tiempo avanza para que descubran cosas increíbles. Las cosas empezarán a ir en contra de toda lógica. Por ejemplo, cuando vayan al pueblo y vean a Srta. Foley con su sobrino verán que los tentáculos del Sr. Dark se enredan por todo el pueblo. Lo mismo ocurrirá cuando una persona parezca que se derrite ante ellos como un muñeco de cera avanzando año tras año en este tiovivo infernal. Solo un poder, que descubriréis en la historia, podrá derrotar a estos demonios.

Fantasía y terror clásicos que no defraudan

Os vais a quedar alucinados con el sobrino de la profesora y cómo esta se queda ciega, así como un sinfín de circunstancias más. Me quedo con el padre de Will, un bibliotecario que tiene la cabeza más allá que acá, viviendo sueños escritos por otros y que en ocasiones me ha recordado la locura de Don Quijote. Siempre con su pipa o sus cigarros, sus libros, el amor a su familia y el anhelo de poder ser más joven. Será el contrapeso a la ola de irracionalidad que subyuga a los ciudadanos.

El señor Dark, el hombre de tatuajes imposibles y oscuro pescador de almas, el Señor Eléctrico, el señor Cooger, el Globo, el Esqueleto, la Verruga, el Enano, Monsieur Guillotine, el Triturador, el Bebedor de Lava, el Ahorcado, la Bruja del Polvo, todos ellos son ingredientes de este pandemónium que confundirá mentes y voluntades. Quizá la moraleja de este relato, inspirado en el mito de Mefistófeles, es que los humanos podemos perdernos en el Laberinto de los Espejos más fácilmente de lo que creemos.

Un texto delicioso repleto de sueños, persecuciones imposibles, una biblioteca que sirve de refugio (magnífica analogía de lo que para muchos esta idea de templo significa) y una feria que visita desde hace años el pueblo de manera recurrente y que se alimenta de los malos pensamientos y oscuridad del ser humano.

Un fantástico relato que juega con uno de los iconos más representativos en la vida de cada ser humano: la fantasía desbordante de un muchacho o un adulto que a través de la luz y sonidos hipnóticos de una feria puede desatar acontecimientos insospechados más allá de la realidad. No os perdáis la emisión de La Nave que os hemos preparado donde os llevaremos al corazón de esta tenebrosa historia.

Antes de despedirme…

Permitidme que os recomiende la película El Carnaval de las tinieblas (Something Wicked this Way Comes, 1983) con un elenco de personajes de la época encabezados por Jason Robards (Charles Halloway) y Jonathan Pryce (Mr. Dark). Es una sencilla, pero digna adaptación de la novela que esta reseña nos ha ocupado y que contó con el guión del propio Ray Bradbury. Fue producida por Walt Disney Productions, a quien no le detuvo su carácter de género de terror, quizá porque había niños por medio y eso valía para hacer caja. Será una manera de atisbar los efectos especiales de la época y una estética gótica que bebía aún de la década anterior. En 2014 se hablaba de una nueva versión en la que podría estar trabajando Disney. ¿Nos subimos al carrusel de las tinieblas de nuevo?

Podéis leer un fragmento del libro aquí.

Jaime Santamaría
Economista con alma de escritor. Amante de los viajes, tanto de los que requieren maletas como imaginación. Siempre con ganas de aprender.

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