Antes de continuar con la reseña un aviso: como sabéis existe una serie de televisión basada en la saga de estos libros, «The Expanse», producida por SyFy y que en España puede verse en Netflix. Bien pues hay que señalar que los libros no coinciden exactamente con la serie. Me explico: la primera temporada no termina en el final del primer libro, si no que la historia que cuenta la novela se alarga hasta bien entrada la segunda temporada. De la misma manera, del segundo libro apenas se cuenta un poco más de la mitad en la versión televisiva. Para que lo tengáis claro por si sois de esas personas sensibles con lo que va a suceder y no queréis que os arruinen la serie.
La historia se desencadena en Ganímedes cuando Bobbie Draper, una soldado de Marte, asiste impotente a la completa destrucción de su pelotón de marines por una especie de supersoldado monstruoso. Debido a esto las tensiones entre La Tierra y Marte alcanzarán su punto más alto, amenazando la débil paz entre las superpotencias.
«La Guerra de Calibán» comienza justo después de la conclusión de «El despertar del Leviatán» y la tripulación del Rocinante: el terrícola Jim Holden, los cinturianos Amos, Naomi y el marciano Alex, están a sueldo de Fred Johnson, el jefe de la estación Tycho y patrocinador de la organización conocida como Alianza de Planetas Exteriores. Por otro lado, tenemos a las potencias de Marte y La Tierra que libran una tensa guerra fría y cualquier acontecimiento puede desencadenar un conflicto interplanetario de consecuencias brutales.
Los personajes que ya conocemos continúan lidiando con las consecuencias de los descubrimientos que realizaron sobre la protomolécula alienígena, que provocó lo que han dado en denominar el incidente de Eros. Y en ese momento está sucediendo algo extraño en Ganímedes y también en Venus, que puede tener consecuencias fatales para el resto del Sistema Solar.
«La Guerra de Calibán» desarrolla los diferentes aspectos relacionados con la protomolécula, sus peligros para las diferentes civilizaciones del universo conocido. Y sobre todo, ¿a qué intereses sirve?, ¿es un arma? o ¿quién la controla?, si es que esto último es posible. En especial, porque la protomolécula puede resultar el arma de destrucción definitiva si cae en manos de Marte o de La Tierra para aniquilar al otro. Durante toda la historia se va a jugar a romper el frágil equilibrio de fuerzas entre las dos potencias que podría desencadenar una guerra nuclear entre ellos.
Por ese motivo, los personajes van moviéndose buscando respuestas y conociendo los acontecimientos al mismo tiempo que los va descubriendo el lector. En este sentido no hay mucho lugar para la paz, porque uno de los aciertos de estos libros es que la acción no descansa mucho y está presente a cada momento. Por lo tanto, las tramas resultan muy ágiles y la lectura bastante adictiva, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de un libro de más de 600 páginas.
Otro punto a favor de esta segunda entrega son, aparte de los personajes que ya son familiares como Jim Holden y su tripulación, los nuevos como la sargento Bobbie Draper, una marine marciana; Praxidike Meng, un científico que desarrolla su trabajo en Ganímedes; y la vicesecretaria de las Naciones Unidas, Chrisjen Avasarala. Por cierto, esta última me pareció mucho más interesante en la versión de la novela que en la televisiva. Cada uno de ellos, junto a Holden, va a contar con un punto de vista propio, a través del cual se va a ir desgranando la historia.
Porque uno de los puntos fuertes de esta saga son los personajes. Aunque ya sepamos sobre Holden, Naomi, Amos y Alex, iremos descubriendo parte de ellos que no conocíamos, o debido a sus acciones veremos que se equivocan y meten la pata o que se contradicen con lo que tenían previsto. En definitiva, personajes falibles, complejos y bastante realistas que cambian de lealtad en función de qué resulte lo mejor para ellos. Ninguno es un héroe, ni pretende serlo, solo quieren vivir un día más para pasarlo con quienes quieren.
En la «La Guerra de Calibán» también pueden encontrarse que algunas tramas van perdiendo peso a medida que avanzan las páginas y se aproxima el final, pero hay que tener en cuenta que hablamos de una saga monumental que lleva ya seis libros publicados en los Estados Unidos, por lo que habrá espacio para recuperar esas historias que se quedan un poco aparcadas en este.
Una space opera repleta de acción, dinámica, ágil con personajes atractivos y entretenida de leer. Si todavía no le habéis dado una oportunidad a Jim Holden y a la tripulación del Rocinante, aún estáis a tiempo de hacerlo.
¿Conseguirán que la protomolécula no se extienda como en Eros? ¿Lograrán evitar la guerra entre Marte y La Tierra? Pues tendréis que leerlo para saberlo. Por lo pronto sabemos que Syfy ha renovado la serie para una tercera temporada que se estrenará en 2018 y que en España veremos a través de Netflix.
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