La hipótesis de Saint-Germain, de Manuel Moyano: Intriga constante en un libro genialmente resuelto

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Una historia de intriga y curiosidad que atrapa al lector de principio a fin, y no deja indiferentes.

Manuel Moyano es un conocido en esta casa por su maravilloso “El imperio de Yegorov”, que conquistó la ciencia ficción española y se alzó con el Premio Celsius de la Semana Negra de Gijón en 2014. Además, este escritor cordobés residente en Murcia, es autor de “El amigo de Kafka” (Premio Tigre Juan), “La coartada del diablo” (Premio Tristana de Novela Fantástica), “La agenda negra” y “El abismo verde”. Además, ha sido crítico literario, gestor cultural y articulista, perteneciendo a la Orden del Meteorito de Segura y al Institutum Pathaphysicum Granatensis.

 

Para entender esta obra, “La hipótesis de Saint-Germain” es necesario conocer algunos detalles de la vida del famoso conde del siglo XVIII. No se conoce su nombre verdadero ni su nacionalidad, pero fascinó a todas las cortes europeas de la época. Era un atractivo erudito a quienes los reyes invitaban a sus palacios y a sus fiestas y por el que suspiraban las mujeres y los hombres. El conde de Saint-Germain pudo deber su nombre a Sanctus Germanus (Santo Hermano). Sanó a Belle Isle de una herida de guerra y la corte francesa le construyó un laboratorio en París cuando ya andaba por la cuarentena y fue en este momento donde se cree que empezó su fama. De su laboratorio salían cremas y ungüentos que vendía por Europa en las más selectas cortes y que además, gracias a su diplomacia, nadie discutía de su efectividad más de la cuenta.

Cuenta la leyenda que su aspecto físico era perfecto incluso con el paso del tiempo, por lo que mucha gente empezó a considerarlo un ser inmortal que se hacía cambiar de nombre en las cortes para no ser descubierto. Pero es que además, Adam Weishaupt se inspiró en su figura para crear a los Illuminati de Baviera y al propio conde se le relaciona con la francmasonería. El propio conde de Saint-Germaine escribió un único libro en toda su vida: “La santísima Trinosofía”, de la que aún beben movimientos como la metafísica y el ocultismo.

Manuel Moyano nos vuelve la vista atrás hacia esta leyenda comenzando con un capítulo en el que un joven Newton es visitado por un personaje extraño pero fascinante que le ayuda a activar la mente y que será trascendental en el futuro del joven Isaac. Pero damos saltos en el tiempo y estamos en el presente donde un aburrido Daniel Bagao dirige una revista de ocultismo que a él mismo le da la risa. A la redacción se presenta Ismael Koblin con la exclusiva de que el famosísimo conde de Saint-Germain está vivo y él sabe bajo qué identidad existe en el presente. Aunque la relación entre Daniel e Ismael no es del todo cordial, las puesta en marcha de la investigación y, sobre todo, lo fascinante del supuesto Saint-Germain, convencen a Daniel de que tiene una noticia interesante. No cree en Saint-Germain, pero el personaje señalado le interesa.

A oídos de Joseph Curran, el señalado como conde, llega la noticia de que alguien le investiga y se lo toma todo lo peor que puede, intentando boicotear la investigación y convencer a Bagao y Koblin de que la historia de Saint-Germain no son más que paparruchas ocultistas y que le dejen vivir su vida en paz. Pero claro, el lunático Koblin no dará su brazo a torcer tan fácilmente, por lo que la situación se complica para los dos investigadores.

Manuel Moyano es un maestro. No sólo por coger una historia ocultista y trasladarla al presente con unos tintes actuales para todo tipo de público sino que además domina el suspense y la intriga de cabo a rabo. Es imposible comenzar a leer el libro y no hacerlo de una sentada porque Moyano mete al lector en la cabeza de Bagao y el ansia y la curiosidad producen un crescendo catastrófico para cualquier mente. Maneja la trama a su antojo, jugando con la información de una manera magistral que ya vimos en el celebrado “El imperio de Yegorov”, pero es que además las situaciones absurdas, bien pensadas cuando no se está leyendo la novela, se convierten en verídicas y transforman la mente para creer lo que Moyano nos diga, sin plantearnos nada más.

Es una historia que embebe, tanto si el conde de Saint-Germain es o no es el conde de Saint-Germain al final del libro, Moyano nos hace pasar por un proceso mental que va desde la angustia, al miedo y la curiosidad más básica.

No puedo más que recomendar su lectura porque, aparte de accesible para todo tipo de público, deja huella y al llegar al la última página, lo único que desea el lector es compartirla con otras personas para poder charlar sobre ella animadamente. Un crack.

 

Foto cortesía de Pelicanus7 para Wikipedia.

Natalia Calvo Torel
Escribo, transcribo y traduzco cuando no estoy aspirando pelos de mis gatos, aunque de verdad soy arqueóloga medievalista. Trabajo en la organización de la Semana Negra de Gijón y os cuento mis historias en Fantasymundo desde 2005. A veces logro que la pila de libros pendientes baje un poco, aunque necesitaré una casa nueva en breve. ¡Aúpa ahí!

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