Nada nos aterra tanto como los furiosos embates con los que en ocasiones nos sacude la vida. Pese a que muchas obras de ficción inciden en posesiones infernales, fantasmas elusivos que habitan en las sombras de antiguas moradas, vampiros arcanos y astutos que acechan en la noche… lo que realmente nos quita el sueño cada día es una enfermedad sobrevenida, la pérdida de un ser querido o un trabajo, un accidente de coche, los plazos de la hipoteca… y a veces el asalto por sorpresa del pasado, que vuelve para torturarnos.
Este terror psicológico cotidiano y su influencia en el ánimo y el destino de los personajes son las armas que maneja Darío Vilas Couselo (Vigo, 1979) en “La leyenda del babujal” (2019, Triskel Ediciones), una novela narrada en tres épocas distintas, cada una de ellas con su propia atmósfera, terrores y peligros, pero todas unidas en una única trama urdida con una mano diestra, capaz de navegar con soltura por el costumbrismo, el género histórico -siempre a pie de calle, centrado en las pequeñas miserias- y la fantasía más terrenal.
A la hora de reseñar un título, lo habitual es desvelar dos o tres pinceladas argumentales que permitan al potencial lector hacerse una idea de lo que se va a encontrar. Raras veces suelo recomendar tener fe a quien pueda acercarse a mis reseñas, guiarse por mi mera opinión más o menos fundada, pero este es uno de esos casos en los que conviene acercarse a una novela con apenas un esbozo de lo que uno se va a encontrar. La ocasión lo merece.
«La Leyenda del Babujal» es una montaña rusa emocional
Darío Vilas nos seduce con una historia que navega por la Guerra Civil Española, la posguerra y la Transición, se asienta firmemente en las coordenadas sociales e históricas de estos períodos y consigue transmitir claramente nuestra evolución como país en diferentes entornos, de una forma fluida, íntima y personal. El autor utiliza resortes sencillos pero poderosos para despertar en nosotros sensaciones primarias, inquietudes, deseos y temores desatados: sombras, luces, una campanilla, ruidos furtivos, el mismo silencio, los ecos ominosos del pasado, la alegría, la tristeza, el sonido del teléfono, un hueco rasposo y seco en una pared medio derruida…
La entidad cubana del Babujal, que da título a la novela, planea sobre el lector constantemente, en una muestra clara de la habilidad narrativa de Vilas, capaz de jugar con nosotros y mantener el interés sobre esta presencia sobrenatural desde la primera hasta la última página, como si fuéramos otro personaje salido de su pluma, también amenazado, influenciado y quizá sentenciado. En un momento dado capta toda nuestra atención, nos deja medio horrorizados, para después soltar la rienda de repente, mantenernos en vilo hasta que decide otra vez atraparnos con otro registro que nos sorprende y vuelve a someternos al influjo del Babujal.
La novela de Darío Vilas es una montaña rusa emocional, pero también de superación. De la historia de una mujer siempre en pugna con su pasado y la educación recibida en un país sombrío y atrasado, atado a una tradición que obliga a los individuos a enfrentarse con sus anhelos y perder cada batalla, o verse condenados al ostracismo social. “La leyenda del Babujal” tiene parte de retrato social que aún hoy nos afecta en parte, transmitido con astucia y profundidad, con matices que más que tomar parte por un bando u otro, logran dibujar una imagen precisa de los conflictos personales de las épocas en las que transcurre la trama general.
Una lectura de veras muy recomendable, y un autor al que seguir a corta distancia. Puedes comenzar a leer esta novela aquí.
«Aunque la propia Hada murió entre delirios, reconociendo por primera vez su existencia, está prohibido hablar del Babujal en la casa de los Martínez.»