Las moléculas de ADN llamadas plásmidos, algunas de las cuales protegen a las bacterias de los antibióticos, pueden propagarse rápidamente a través de las comunidades bacterianas que se tratan con antibióticos, según muestra una nueva investigación. Los plásmidos se encuentran dentro de las células bacterianas, lo que a veces ralentiza la reproducción bacteriana, pero pueden portar genes que impiden que los antibióticos funcionen (lo que se denomina resistencia a los antimicrobianos).
El nuevo estudio de laboratorio, realizado por la Universidad de Exeter, encontró que un plásmido que beneficia a una o más especies se propaga no solo a través de esas especies sino también a otras en la comunidad. Las comunidades bacterianas existen tanto en el medio ambiente como en el «microbioma» de los organismos individuales, incluidos los humanos.
«Los plásmidos pueden saltar entre bacterias y, aunque la mayoría no causan resistencia a los antimicrobianos, los que sí lo hacen consiguen que el nuevo huésped sea resistente al instante«
«Muy a menudo, la resistencia a los antimicrobianos no está ligada a la bacteria en sí, está codificada en plásmidos que portan y pueden transmitirse«, comenta el autor principal Arthur Newbury, del Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad en el Campus Penryn de Exeter en Cornualles.
«Los plásmidos pueden saltar entre bacterias y, aunque la mayoría no causan resistencia a los antimicrobianos, los que sí lo hacen consiguen que el nuevo huésped sea resistente al instante. Estos plásmidos se vuelven beneficiosos cuando hay antibióticos, lo cual es una de las razones por las que la resistencia puede aparecer y propagarse muy rápidamente en los hospitales«, continúa Newbury.
Propagación de genes codificados por plásmidos
Con una o más especies bacterianas que se benefician de albergar un plásmido, el plásmido alcanza una «mayor densidad» en la población, lo que hace que sea más probable que se propague a otras especies. A su vez, esto hace que sea más probable que un plásmido se transmita a una especie patógena (causante de enfermedades) en la comunidad, incluso si esa especie aún no ha estado expuesta a un antibiótico.
«Nuestros resultados sugieren que la exposición de las comunidades microbianas, incluidos los microbiomas humanos, a los antibióticos podría facilitar la propagación de otros genes codificados por plásmidos, incluidos los genes de resistencia a los antimicrobianos«, asegura el Dr. Dirk Sanders, también del ESI.
Un enfoque basado en redes
El estudio utilizó un enfoque basado en redes, una forma muy eficaz de examinar situaciones complejas que van desde comunidades bacterianas hasta pandemias.
El equipo ya está ampliando esta investigación, realizando pruebas con más plásmidos y comunidades bacterianas más complejas (incluidas pruebas sobre cómo los plásmidos podrían propagarse en las aguas residuales).
«Existe un enorme potencial de que la resistencia a los antimicrobianos causada por plásmidos se propague en entornos ambientales«, explica el Dr. Sanders.
El artículo fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).