Portada de "La noche más brillante" de Jennifer L. Armentrout, publicada por Titania. | Fuente: Amazon.
Portada de «La noche más brillante» de Jennifer L. Armentrout, publicada por Titania. | Fuente: Amazon.

Todo lo que Evie conocía empezó a desmoronarse desde que se encontró con Luc en Presagio. Frente a ella, solo queda un angustioso viaje lleno de memorias tapiadas y secretos indescifrables. ¿Podrá llegar a su destino y seguir siendo la misma? La noche más brillante es la secuela de La sombra más ardiente y tercer título de la saga Origin de Jennifer L. Armentrout. La novela llega a manos de Titania.

Al principio, el componente militar de la saga Origin era más un recuerdo del pasado, concretamente de los acontecimientos de la trilogía Luxen, un trauma que aún estaba demasiado fresco en la conciencia de la sociedad. La estrella más oscura, primer libro de la saga, trata acerca de la forzosa e incómoda vuelta a la normalidad tras el fin de la guerra y con las secuelas presentes.

No obstante, la narrativa bélica va ganando peso según la protagonista y el propio lector van descubriendo los secretos que esconden una paz y armonía más falsas que un billete de tres euros.

El golpe de gracia llega cuando sale a relucir que los tres títulos de la saga corresponden a nombres en clave de proyectos militares. Luc es el resultado de la investigación La estrella más oscura y Evie de La sombra más ardiente. La gran incógnita ahora es, ¿qué planes tiene el ejército para la operación La noche más brillante?

Una podría pensar que Armentrout le dio un rizo extremadamente poético a los militares de su historia, para lo que, en resumen, supuso una campaña de experimentación y tortura humana y alienígena. Luego recuerdo que la Guerra del Golfo se llevó adelante con la clave Tormenta del desierto y, en fin, quizás Armentrout no iba tan desencaminada.

Por regla general, el desconocimiento es uno de los grandes temores de la humanidad. Causante de plagas, hecatombes de sociedades enteras y la pérdida de aquello que más nos importa.

Solo hay una cosa aún peor. Que, mientras tú permaneces en la ignorancia, tu enemigo tenga las respuestas. ¿Le estás sacando ventaja o estás cayendo en su juego? ¿Estás actuando bajo tus propias normas o según las manipulaciones que otros han puesto en marcha?

Evie se encuentra en la tesitura de aprender a manejar las habilidades ligadas a su cuerpo a toda velocidad y sin manual de instrucciones. Lo que es un enorme dolor de cabeza, la sume en un miedo constante y la enreda en un plan de escala intergaláctica que parece sacado de un Final Fantasy.

Armentrout siente cierta predilección por dejar asuntos de alto impacto desperdigados como arena en el viento y, ¡a ver dónde aterrizan! A veces le sale bien, sumerge al lector en una vorágine de acontecimientos y consigue que te olvides de que ha comentado algo de vital importancia. Y te lo regresa con un poderoso guantazo.

Otras, la mención de determinado dato se hace demasiado forzado en su contexto, de forma que no solo pierde el encanto de la sorpresa, también el de la naturalidad.

Como se suele decir, el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones y, en este caso, el desastre proviene de las entrañas de aquellos con mayor humanidad. Integrarse en el instituto es difícil. Hacerlo en una sociedad que raya lo post-apocalíptico es casi imposible. Más aún si eres casi una bomba con patas.

Evie lo logra gracias a los méritos que ha ido ganando desde el principio de la saga. Sin tener en cuenta sus descontrolados y desconocidos poderes, se ha ido convirtiendo lentamente en un personaje interesante. Sus planes, pensamientos y sentimientos se desarrollan con cada vez más calado y profundidad.

En el caso de Luc, es fácil encontrar interesante al chaval todopoderoso de ojos amatista y corazón de dios de la purpurina. Pero sus acciones solo importan cuando se es consciente de su lado más compasivo, atormentado e involucrado.

Deja atrás los ecos y sensaciones de La estrella más oscura, hasta el punto en que parece que no estamos tratando con los mismos personajes y, desde luego, con los mismos problemas.

Carolina de León
Periodista, camarógrafa y escritora. Con muchas historias que ver, relatos que escribir y memorias que vivir.

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