Podéis leer la primera parte de este artículo aquí: La poesía Éddica y Tolkien: una mirada general (I)
LOS DRAGONES
“A los siete años, escribí mi primera historia, precisamente acerca de un dragón. No recuerdo nada de ella, excepto un detalle filológico. Mi madre no comentó nada del dragón, pero señaló que no se podía decir “un verde dragón grande”, sino “un gran dragón verde”. Me pregunté por qué, y aún me lo pregunto. El hecho de que recuerde esto tal vez sea significativo, pues no creo que intentara volver a escribir un cuento durante mucho tiempo, y me concentré luego en el estudio del lenguaje” (Eduardo Segura, El mago de las palabras, citando a Tolkien)
Tolkien siempre se sintió fascinado por los dragones. En su primera obra fantástica publicada, The Hobbit, retrotrajo su memoria para buscar señas draconianas que le sirvieran para prefigurar su dragón.
Los dragones en la ficción heroica que Tolkien estudiaba eran de número reducido. Estaba el dragón de Beowulf, pero no hablaba ni tenía un carácter marcado (pero sí que se inspiró en el robo de la copa). El Míðgarðsorm, o gusano de la Tierra Media, era el dragón que rodeaba el planeta en la ficción éddica; pero era demasiado grande. Otro dragón éddico era Níðhogg, la serpiente come-cadáveres del Hel; pero era demasiado tenebroso y tampoco mostraba un carácter prefigurado.
Definitivamente, el dragón en el que se reflejaría Smaug (el dragón de The Hobbit) sería Fáfnir. Dentro de la poesía heroica de las Eddas, Fáfnir surge como rival de Sígurd (cantos de origen franco y burgundio, que después se convertiría en El cantar de los Nibelungos alemán. Fáfnir está dotado de voz, tiene un carácter propio, y en su relación con Sígurd Tolkien basó ciertos aspectos de la relación Bilbo-Smaug.
Pero primero resaltemos la característica mítica que tienen en común los dragones de Tolkien y Fáfnir. Para matar a Fáfnir:
“Sígurd y Regin fueron a Gnitaheid, y allí vieron las huellas del camino de Fáfnir cuando reptaba al agua. Sígurd hizo un gran agujero en el camino y se metió en él. Cuando Fáfnir dejó su oro, resopló veneno, y este le cayó en la cabeza a Sigurd. Pero cuando Fáfnir pasó sobre el agujero, entonces Sígurd le clavó su espada hasta el corazón.
(…)
Fáfnir dijo:
Consejo tú diste, – mas yo en mi caballo
por el oro iré del brezal
¡Herido de muerte – oh, Fáfnir, quedas!
¡Que Hel consigo te lleve!”
(Edda Mayor, Fafnismál, “Los dichos de Fáfnir)
Así, el punto débil de Fáfnir es el blando estómago. Lo mismo ocurre con la historia de Túrin Turambar y el dragón Glaurung en El Silmarillion:
“Then Turambar summoned all his will and courage and climbed the cliff alone, and came beneath the dragon. Then he drew Gurthang, and with all the might of his arm, and of his hate, he thrust it into the soft belly of the Worm, even up to the hilts. But when Glaurung felt his death-pang, he screamed, and in his dreadful throe he heaved up his bulk and hurled himself across the chasm, and there lay lashing and coiling in his agony. And he set all in a blaze about him, and beat all to ruin, until at last his fires died, and he lay still.” (S,QS,XXI:109). Traducción en Nota XI.
Del mismo modo, Smaug, el dragón de “The Hobbit”, muere cuando Bardo le atraviesa el vientre con la Flecha Negra largamente guardada:
“The dragon swooped once more lower than ever, and as he turned and dived down his belly glittered white with sparkling fires of gems in the moon-but not in one place. The great bow twanged. The black arrow sped straight from the string, straight for the hollow by the left breast where the foreleg was flung wide. In it smote and vanished, barb, shaft and feather, so fierce was its flight. With a shriek that deafened men, felled trees and split stone, Smaug shot spouting into the air, turned over and crashed down from on high in ruin.” (H,XIV:23). Traducción en Nota XII.
1. Smaug y Fáfnir – no soy nadie
Una de las tres coincidencias que encontramos entre la historia de Bilbo (The Hobbit) y la de Sígurd (en el Fáfnismál) es el curioso método que ambos héroes utilizan al encontrarse cara a cara con el dragón. Sígurd, atravesando el vientre de Fáfnir, es interpelado por el dragón de esta manera:
Fáfnismál
Fáfnir dijo:
“Muchacho, muchacho, – ¿de qué muchacho naciste?
¿Hijo de quién eres tú?
Tu espada brillante – teñiste en Fáfnir
¡Corazón a través me pasó!”
Sígurd dijo:
“Noble criatura – errante me llamo;
hijo sin madre soy;
padre no tengo – como otros hombres;
camino yo siempre solo”
Sígurd no sólo no revela su verdadero nombre, sino que enumera una lista de apodos para nombrarse. ¿La razón? En aquellos tiempos, se creía que si un moribundo te maldecía por tu nombre propio, su maldición sería irrompible e increíblemente potente. Algo más tarde, Sígurd termina revelando su nombre (porque, además de liberar el tesoro del dragón, a Sígurd le mueve la venganza, empujado por su compañero Regin).
En The Hobbit encontramos una situación muy similar. Cuando Bilbo entra en la cueva del dragón (con el anillo de invisibilidad puesto, a oscuras y en silencio), el dragón le huele. Smaug reconoce a sus presas por el olor, y jamás había olido un Hobbit, así que se encuentra desconcertado y aturdido:
“You seem familiar with my name, but I don’t seem to remember smelling you before. Who are you and where do you come from, may I ask?”
“You may indeed! I come from under the hill, and under hills and over the hills my paths led. And through the air, I am he that walks unseen.”
“So I can well believe,” said Smaug, “but that is hardly our usual name.”
“I am the clue-finder, the web-cutter, the stinging fly. I as chosen for the lucky number.”
“Lovely titles!” sneered the dragon. “But lucky numbers don’t always come off.”
“I am he that buries his friends alive and drowns them and draws them alive again from the water. I came from the end of a bag, but no bag went over me.”
“These don’t sound so creditable,” scoffed Smaug.
“I am the friend of bears and the guest of eagles. I am Ringwinner and Luckwearer; and I am Barrel-rider,” went on Bilbo beginning to be pleased with his riddling.
(…)This of course is the way to talk to dragons, if you don’t want to reveal your proper name (which is wise), and don’t want to infuriate them by a flat refusal (which is also very wise). No dragon can resist the fascination of riddling talk and of wasting time trying to understand it. (H,XII:49 – 58). Traducción en Nota XIII.
Aquí podemos ver cómo Tolkien incluye las charlas en enigmas como algo que encanta a los dragones, introduciendo este gusto en el carácter draconiano folklórico.
2. Smaug y Fáfnir – La traición
Cuando Sígurd penetra en la cueva del dragón, impelido por un irrefrenable deseo de venganza (y también por un pellizco de codicia), ignora que su fiel compañero Regin le tiene preparada la muerte una vez mate al dragón. Fáfnir lo sabe, pues él también ha sido traicionado a su vez por Regin, y antes de morir se lo transmite a Sígurd. Pero no por nobleza, sino buscando que éste vacile y cometa algún fallo fatal:
Fáfnir dijo:
“Consejo, Sígurd – ahora te doy: / monta y regresa a tu casa.
¡Mi oro sonante – y rojo tesoro / mis anillas, serán tu muerte!
(…)
Traición me hizo Regin – traición él te hará / por él los dos moriremos.
Ahora de Fáfnir – la vida acaba. / ¡Mayor en poder tú fuiste!”
Lo que provoca este consejo es que Sígurd, tras matar a Fáfnir, mate a Regin cuando éste estaba asando el corazón del dragón.
En la historia de Bilbo, Smaug siembra una semilla de cicuta en Bilbo cuando le dice lo siguiente:
“I suppose you got a fair price for that cup last night?” he went on. “Come now, did you? Nothing at all! Well, that’s just like them. And I suppose they are skulking outside, and your job is to do all the dangerous work and get what you can when I’m not looking-for them? And you will get a fair share? Don’t you believe it! If you get off alive, you will be lucky.”
(…)”Now a nasty suspicion began to grow in his mind-had the dwarves forgotten this important point too, or were they laughing in their sleeves at him all the time? That is the effect that dragon-talk has on the inexperienced.(H,XII:63, H,XII:69).” Traducción en Nota XIV.
Así que Bilbo comienza a sospechar, no en vano siempre se ha sentido disminuido y menospreciado por los expertos viajeros enanos.
3. Smaug y Fáfnir – La voz de las aves
Además del consejo del dragón, Sígurd (descendiente de reyes) escucha una voz que le advierte de la traición de Regin. Y todo ocurre una vez muerto el dragón: Sígurd le saca el corazón y lo pone a asar. Para comprobar si está bien hecho, lo toca con un dedo, pero se quema. Se lleva el dedo a la boca, sin advertir que está manchado de sangre fresca del dragón. Así nos lo cuenta el Fáfnismál:
“Sígurd tomó el corazón de Fáfnir y lo puso a asar pinchado en una rama. Cuando ya le pareció que estaba bien asado y la sangre salía del corazón, entonces lo tocó con el dedo para ver si estaba tierno. Se quemó entonces y se metió el dedo en la boca. Pero así que la sangre del corazón de Fáfnir le tocó la lengua, aprendió el lenguaje de los pájaros. Oyó unos pardillos que piaban en unas ramas. (…)“
El segundo dijo:
“Allá está Regin – maldades tramando,
va a traicionar – al que en él confía;
enreda con rabia – perversas palabras,
proyecta el maligno – vengar a su hermano”
En The Hobbit, en la ciudad de Esgaroth, el dragón ataca con toda su fiereza. La ciudad parece perdida. Pero Bardo (descendiente de reyes) se mantiene firme, mandando sus flechas hacia el dragón. Y de repente…
“Suddenly out of the dark something fluttered to his shoulder. He started-but it was only an old thrush. Unafraid it perched by his ear and it brought him news. Marvelling he found he could understand its tongue, for he was of the race of Dale. “Wait! Wait!” it said to him. “The moon is rising. Look for the hollow of the left breast as he flies and turns above you!” And while Bard paused in wonder it told him of tidings up in the Mountain and of all that it had heard.” (H,XIV:19 – 20). Traducción en Nota XV.
Así que de repente descubre que puede comprender la lengua de las aves. Y aquel zorzal es el que le cuenta cuál es el punto débil de Smaug. Y en la narrativa de The Hobbit también existen águilas gigantes que hablan, y cuervos parlantes…
• Los Yelmos del Espanto (Ægishjálmr)
En la conversación de Fáfnir con Sígurd, el dragón de jacta de poder atraer sobre sí un Ægishjálmr o “Yelmo de espanto”, con el que subyuga y somete a todos los hombres que osan enfrentársele.
En la versión puramente en verso de la Edda Mayor desconocemos si este “Yelmo de Espanto” es algo físico o psicológico. En la versión con anotaciones en prosa, se nos cuenta que en el tesoro que Sígurd se lleva está el yelmo. Algo un poco inconsecuente con lo que nos cuenta el poema:
Fáfnismál – el ægishjálmr
“Fáfnir dijo:
Con Yelmo de espanto – me estuve ante todos / cuando yo sobre el oro yacía
pensábame yo – yo solo más bravo / por muchos que enfrente tuviera.
Sígurd dijo:
Yelmo de Espanto – a nadie lo salva / cuando se lucha con furia;
pronto descubre – quien da con muchos / que nadie les puede a todos.
Fáfnir dijo:
Vomité yo veneno – en las joyas tendido / la herencia que fue de mi padre.
Sígurd dijo:
¡Oh, bravo dragón! – Vomitabas tú mucho, / bufabas con ánimo fiero:
mayor en los hombres – se hace la ira / cuando se lleva ese yelmo”
Porque Sígurd demuestra su pureza de corazón y su nobleza de espíritu al rechazar aquel instrumento de la maldad a través del poder fácil.
Algo que no ocurre en Tolkien, en el caso de Túrin Turambar (The Silmarillion):
“For Túrin put on again the Helm of Hador; and far and wide in Beleriand the whisper went, under wood and over stream and through the passes of the hills, saying that the Helm and Bow that had fallen in Dimbar had arisen again beyond hope. (…) And Túrin named himself anew, Gorthol, the Dread Helm, and his heart was high again. In Menegroth, and in the deep halls of Nargothrond, and even in the hidden realm of Gondolin, the fame of the deeds of the Two Captains was heard; and in Angband also they were known. Then Morgoth laughed, for now by the Dragon-helm was Húrin’s son revealed to him again; and ere long Amon Rûdh was ringed with spies.” (S,QS,XXI:40). Traducción en Nota XVI.
Túrin usa su particular “Yelmo de espanto” (el Yelmo le da el nombre de “Yelmo Terrible” al propio Túrin). Gracias a ese yelmo la mirada del dragón Glaurung no le hace tanto efecto, pero el precio es muy elevado. Pues a través de ese yelmo Morgoth, el Vala de la Oscuridad, conoce sus pensamientos y provoca su caída.
Otros yelmos “poderosos” en la literatura de Tolkien podrían ser aquellos que llevaban los Enanos en la Batalla de las Lágrimas Innumerables, que al estar forjados con las virtuosas artes enanas, fueron lo único que soportaba las llamas de los dragones.
Incluso el nombre de un Vala, Tulkas, significa en sí “Yelmo Firme”
Y ahora, después de estos estudios en profundidad, resaltemos también las similitudes algo más remotas. Aunque sean las hermanas pequeñas, apretémonos un tanto y hagámoslas un poco de sitio…
SIMILITUDES REMOTAS, LAS PEQUEÑAS DE LA FAMILIA
1. Frodo y Frothi
Tal y como nos sugiere Tom Shippey en El camino a la Tierra Media, el nombre “Frodo” podría no encuadrarse en la lista de “nombres cortos sin significado” de entre los hobbits, y esconder una referencia a la historia danesa algo remota.
Jim Allan, en su An Introduction to Elvish, divide en cuatro categorías los nombres adjudicados entre los hobbits (siguiendo cierto esquema que ya apuntara Tolkien en los Apéndices de The Lord of the Rings): los nombres de vago estilo céltico; los nombres cortos sin significado; los nombres de flor, joya o estrella; y los nombres altisonantes (que evocan nombres heroicos de los Hombres de Valle o de La Marca, nombres en inglés antiguo y con una rica historia literaria).
En la lista de los “nombres cortos sin significado” Allan incluye el de Frodo. Tolkien nunca lo hizo. Y Shippey nos descubre una posible historia que dotaría de significado el nombre de Frodo.
Frodo es un nombre masculino. Teniendo en cuenta que los nombres masculinos en Westron (la lengua que se hablaba en la Comarca, y en la que “está escrito el Libro Rojo de la Frontera del Oeste”, fuente para The Lord of the Rings) terminan en –a, Frodo transcrito en Westron sería “Froda”. Y en la historia sí encontramos un “Froda”
El nombre de Froda proviene de las leyendas más oscuras del norte. Aparece como padre de Ingeld en Beowulf. Pero en la forma noruega del nombre, Frothi, encontramos varias historias. Frothi, rey danés en la época de Jesucristo (Saxo Grammaticus circa1200, Snorri Sturluson circa 1230). Su historia no refleja casi ningún hecho porque durante su mandato hubo paz. Paz absoluta. No tuvieron guerras, traiciones, asesinatos, latrocinios, y las anillas de oro descansaban al descubierto sin que nadie las tocara. A este periodo se lo llamó Frótha-Frith, “La paz de Frothi”.
El final de esta época dorada llegó por una avaricia desmesurada, o por un desmesurado amor a los súbditos. Porque, según se nos cuenta en el poema éddico Grottasöngr, “La canción de Grotti”, esta paz era el fruto de un molino mágico que dominaba el rey, movido por dos gigantas. El molino producía al mismo tiempo oro y paz. Pero Frothi no les dio jamás descanso a las trabajadoras (porque quería mucho a su pueblo… o deseaba más oro). Las gigantas entonces molieron un ejército y derrocaron al rey. Se dice que la batalla fue tan tremenda, que el molino terminó en el fondo del mar. Las gigantas aún le dan vueltas, y el molino produce sal, por eso la mar es salada.
Aparte de su narración mítica, la verdad es que sus años de reinado en paz no serían recordados. Su hijo Ingeld reinaría con crueldad y avaricia. Paradójicamente, Ingjaldr continuó siendo un nombre noruego muy común y usado durante siglos. De Frothi, sin embargo, no se habló más y fue olvidado.
El particular Frothi de Tolkien, Frodo (uno de los protagonistas de The Lord of the Rings), también fue una figura discreta y pacifista. Su odisea particular se desarrolló en silencio, y la piedad y la ecuanimidad dominaron su vida y su actitud durante toda la obra (excepto cuando se ve dominado por el Anillo). Se niega a matar a Gollum, y confía en él hasta el límite. No toma las armas en el Saneamiento de la Comarca, e incluso evita que maten a los rufianes de Saruman. Colabora de forma eficiente y discreta en la reconstrucción de Hobbiton, dejando su puesto cuando todo el trabajo está hecho.
En Gondor y los reinos libres de los Hombres se ve reconocido, pero ni siquiera en esos momentos accede de buen grado a ceñirse la espada. En La Comarca, su hogar, se ve eclipsado por la imagen y los cantos de Los Señoriles (Merry y Pippin), e incluso Sam se convierte en un reconocido alcalde. Cuando llega su hora, marcha humilde y en silencio a los Puertos Grises, y nada más se sabe o pregunta de él.
2. De Bersekir y Vargr
Hay un personaje en The Hobbit del que no mucho se cuenta, pero grande es su presencia e imponente su fuerza. Se trata de Beorn, un hombre… ¿hombre?
“He is a skin-changer. He changes his skin; sometimes he is a huge black bear, sometimes he is a great strong black-haired man with huge arms and a great beard. I cannot tell you much more, though that ought to be enough. Some say that he is a bear descended from the great and ancient bears of the mountains that lived there before the giants came. Others say that he is a man descended from the first men who lived before Smaug or the other dragons came into this part of the world, and before the goblins came into the hills out of the North. I cannot say, though I fancy the last is the true tale. He is not the sort of person to ask questions of.” (H,VII:22). Traducción en Nota XVII.
Vemos que Beorn además de ser bastante misterioso parece poseer ciertos poderes: Bilbo llega a verlo, bajo la luz de la luna, convertido en oso. Y en la batalla, entra en acción bajo su apariencia animal, y las armas no parecen afectarle.
Beorn podría evocarnos la imagen de los Bersekir, guerreros legendarios de la mitología nórdica que entraban en batalla enajenados (se dice que antes de la batalla se herían en la cabeza, y la sangre que les manaba por el rostro y que tragaban les convertía en completamente incontrolables). Se dice que además luchaban cubiertos en pieles de animales salvajes, las más usadas eran las de oso, y se les atribuye la propiedad legendaria de convertirse en animal cuando combaten; además, tienen una resistencia casi prodigiosa a las armas.
Otra imagen éddica que resaltaremos son los Vargr. Literalmente, esta palabra significa “lobo”. Pero no se refiere a ningún animal. Veamos la definición que aparece en las Eddas:
“El proscrito (vargr, literalmente, lobo) es el hombre expulsado de la comunidad y privado de todo derecho. Repudiado por todos, lleva una vida escondida en bosques o montes deshabitados.”
Los Vargr normalmente eran expulsados por asesinos, pero llegaron a formar comunidades ocultas en las nubosas montañas. Incluso se cree que uno de los clanes inferiores, de propiedades casi salvajes, descendía en realidad de estos Vargr.
En Tolkien encontramos varios pueblos humanos que pactan con el poder sombrío, pero los más parecidos en características serían los “Montañeses”:
“Tercera Edad del Sol: Los bárbaros Montañeses eran feroces y numerosos y se aliaron con las legiones de orcos, bajo el mando de la Sombra. Ocuparon los reinos de Rhudaur y Cardolan.
(…)Pero entonces sobrevino también la ruina de los Montañeses. Apenas los Montañeses habían conquistado Fornost, se vieron atacados por un enorme ejército mandado por Eärnur del reino meridional de Gondor, Círdan de Lindon y Glorfindel de Rivendel. Aquí terminó el poder de los Montañeses, que se convirtieron en un pueblo esparcido y perseguido.”
(David Day, Enciclopedia Tolkien)
Aunque los Hombres del Bosque, los hombres de Ghân-Buri-Ghân, vivan también ocultos en los bosques, carecen de esa cualidad de “exiliados feroces”. Los que mejor se adaptarían a la inspiración son los Montañeses.
3. La esposa del marinero
Hay relatos y escenas que no sirven para transmitir ningún mensaje, como las inspiraciones que Tolkien tomó para las situaciones anteriormente explicadas, sino que lo único que pretenden es plasmar una sensación.
En el cuento de Aldarion y Erendis (Tolkien), ella, después de haber sido abandonada por la urgencia de su marido se retira al centro de Númenor, lejos del mar, donde escucha sólo el balido de las ovejas. “Más dulce es para mis oídos que el ruido de las gaviotas”.
Esto nos lleva a Njorthr, el dios del mar, y a Skathi, la hija del gigante de la montaña, en la Edda Menor. Obligados a casarse, trataron de hacer turnos para vivir en el hogar del otro. Pero el matrimonio fue un fracaso, señalado en la narración de Snorri por una repentina cita de un poema aún más perdido:
“Leið erum fjoll, vaska lengi á,
Nætr einar niu;
Ulfa Þytr Þóttumkillr vesa
Hja songvi svana”
“Odiosas eran para mí las montañas; estuve allí no más de nueve noches; el aullido de los lobos me parecía feo frente al canto de los cisnes”
Así habla el dios del mar. Ella, a su vez, se lamenta del aullido del mar.
4. Otras pequeñas inspiraciones
Podríamos enumerar aún algunas pequeñas coincidencias o inspiraciones, de conexión más remota.
• La apariencia alada de Freya (uno de los dioses le pide su apariencia emplumada cuando Loki le roba el martillo Myollynir a Tor) vs la apariencia de Lúthien como el vampiro Thuringwethil
• Los tejedores que en las Eddas fabrican el presente, pasado y futuro (Urthr, Verthandi y Skuld) frente al pasado, presente y futuro de los Cuentos Perdidos (Aluin, el tiempo; y Danuin, Ranuin y Fanuin, el día, el mes y el año)
EPÍLOGO – LOS ÁRBOLES
Para terminar, y a modo de homenaje, reproduzco dos textos sobre árboles. El primero pertenece a las Eddas: el árbol Yggdrasil es el origen y final de toda vida y movimiento. Los árboles en la literatura nórdica (así como en la oriental) serían un elemento muy importante y respetado, incluso a la hora de talarlos.
Grímnismál – Los Dichos de Grímnir
“Tres las raíces – que en tres direcciones / del fresno Yggdrásil arrancan:
la primera a Hel, – la segunda a los ogros, / la tercera a los hombres cobija.
En las ramas del fresno – un águila está; / sabedora de mucho es ella;
hay un azor – Vedrfólnir se llama – que está entre sus ojos puesto.
Ratatosk se llama – la ardilla que corre – por el fresno Yggdrásil (…)
Cuatro los ciervos – que, vueltos de cuello / en lo alto del árbol muerden (…)
Más sierpes anidan – bajo el fresno Yggdrásil / que el mico ignorante piensa (…)
el fresno Yggdrásil – penas soporta / más que los hombres creen:
muerde el ciervo arriba – sus lados se pudren / abajo lo masca Nídhogg…”
Tolkien adoraría los árboles durante toda su vida, y le dolería profundamente volver a los lugares de su infancia para descubrir las tremendas cicatrices de la civilización en los bosques donde soñó e imaginó cuando los cuentos le estallaban en la imaginación. Escribiría un hermoso cuento de madurez sobre el proceso de creación artística, y sobre la relación del artista con su obra: Hoja de Niggle. Y uno de los elementos más importantes del cuento sería, precisamente, un árbol…
“…Había un cuadro en especial que le preocupaba. Había comenzado como una hoja arrastrada por el viento y se había convertido en un árbol. Y el árbol creció, dando numerosas ramas y echando las más fantásticas raíces. Llegaron extraños pájaros que se posaron en las ramitas, y hubo que atenderlos. Después, todo alrededor del árbol y detrás de él, en los espacios que dejaban las hojas y las ramas, comenzó a crecer un paisaje. Y aparecieron atisbos de un bosque que avanzaba sobre las tierras de labor y montañas coronadas de nieve. (…) “
Y, en el prólogo que añadiría a la primera edición, explicaría:
“… Una de las fuentes de este cuento fue un álamo de ramas grandes que yo podía ver aun echado en la cama. De repente el propietario lo podó y lo mutiló. No sé por qué. Lo han talado ahora, un castigo menos bárbaro para los crímenes que pudo haber cometido, como ser grande y estar vivo. No creo que tuviese algún amigo o algunos que lloraran su muerte excepto yo y un par de búhos (…)
Y, siguiendo el ciclo que preconizara la Adivina en el Voluspá, los árboles giran y sucumben al final de todo. Y, en el último folio de este ensayo, caen las hojas de papel como marchitos frutos, dejando en su lugar una triste memoria. Pero memoria al fin. La misma memoria que nos asalta a veces, detrás de las esquinas, armada con espadas de luna, y que de repente sale cuando escribimos. Del mismo modo en que las hermosas memorias se asoman, tímidas, en obras diferentes, pero unidas por el enorme amor por los mitos. Guiñándonos los ojos con ternura.
…¡Y ahora se hunde!”
(Edda Mayor, Voluspá)
APÉNDICE UNO – RELACIÓN DE CANTOS DE LA EDDA MAYOR
CANTOS DE TEMÁTICA MÍTICA
La Visión de la Adivina +
Los Dichos de Har +
Los Dichos de Vaftrúdnir +
Los Dichos de Grímnir +
Los Dichos de Skírnir +
El Canto de Harbard
El Cantar de Hýmir
Los Escarnios de Loki
El Cantar de Tyrm
Los Dichos de Alvis +
Los Sueños de Bálder
El Cuento de Rig
El Canto de Hyndla
Los Conjuros de Groa
Los Dichos de Fiólsvinn
La Canción de Grotti +
CANTOS DE TEMÁTICA ÉPICA
El Cantar de Vólund +
Cantar Primero de Helgi el Matador de Húnding
Cantar de Helgi el Hijo de Hiórvard +
Cantar segundo de Helgi el Matador de Húnding
La Muerte de Sinfiotli
Las Predicciones de Grípir
Los Dichos de Regin
Los Dichos de Fáfnir +
Los Dichos de Sigdrifa
—Gran Laguna—
Fragmento del Cantar de Sígurd
El Viaje al Hel de Brýnhild
La Muerte de los Niflungos
Cantar segundo de Gudrun
Cantar tercero de Gudrun
El Lamento de Oddrun
El Cantar de Atli
Los Dichos Groenlandeses de Atli
El Lamento de Gudrun
Los Dichos de Hámdir
Se añaden aquí los seis cantos incluídos en la edición de la Edda Mayor que he utilizado para el trabajo. Los cantos marcados con un signo positivo “+” son los utilizados en las comparaciones.
APÉNDICE DOS – COMPARATIVA DEL DVERGATAL Y LOS NOMBRES ENANOS EN TOLKIEN
Voluspá
“Motsógnir fue de la raza de enanos
El más principal, Durin segundo;
Con figura de hombres enanos hicieron,
Muchos, de tierra, como Durin dijo.
Nyi y Nidi, Nordri y Sudri,
Austri y Vestri, Áltiof, Dvalin,
Nar y Nain, Níping, Dain,
Bifur, Báfur, Bómbur, Nori,
An y Anar, Ai, Miodvítnir.
Veig y Gándalfr, Víndalf, Train,
Tekk y Torin, Tror, Vit y Lit,
Nar y Nýrad —así los enanos
—Regin y Rádsvid— bien enumero.
Fili, Kili, Fundin, Nali,
Hepti, Vili, Hánar, Svíur,
Frar, Hórnbori, Freg y Loni,
Áurvang, Jari, Eikinskialdi.
Allá estaban Dráupnir y Dolgtrásir,
Har, Háugspori, Hlévang, Gloi,
Skírfir, Vírfir, Skáfid, Ai…”
Los enanos de Tolkien
Durin: El mayor de los siete Padres de los enanos, llamado “Durin el Inmortal”. Fundador del reino enano de Khazad-Dûm. Durin VI fue quien desató el mal en Khazad-Dûm, despertando al Balrog de lo profundo al querer cavar demasiado hondo. El último fue Dúrin VII.
Náin: Hijo de Gror y nieto de Dúrin I, muerto en la batalla de Azanulbizar. Náin II fue padre de Dáin II “Pie de Hierro”
Thráin: Hijo de Náin I, en el año 1999 T.A. funda el Reino Bajo la Montaña, Erebor, a la sombra de la Montaña Solitaria. Padre de Thorin I. Thráin II fue hijo de Thror y padre de Thorin II.
Thorin: Hijo de Thráin, en el año 2210 se marchó de Erebor a las Montañas Grises, donde fue aceptado como rey. Poseía uno de los Anillos de Poder. Thorin II, su descendiente en quinto grado, fue el liberador de Erebor, y miembro de la compañía de Bilbo.
Dáin: Hijo de Náin II, nieto de Thorin I, durante su reinado en las Montañas Grises los enanos fueron expulsados de allí por una horda de Dragones del Frío.Otro, Dáin II “Pie de Hierro” restablecería Erebor tras la muerte de Thorin II.
Thror: Heredero de Dáin, llevó a los expulsados de las Montañas Grises a Erebor. Pero Smaug tomó su reino, y Thror terminó asesinado por los orcos de Moria.Padre de Thráin II.
Nár: Acompañó a Thror en su vagar de la Tercera Edad, y fue usado por los orcos de Khazad-Dûm como mensajero de su asesinato.
Dwalin, Bifur, Bofur, Bombur, Dori, Nori, Glóin, Fili y Kili: Algunos de los enanos que componían la compañía de Bilbo; que acabó con el dragón Smaug, recuperó los tesoros y restauró el reino perdido bajo la montaña de Erebor.
Fundin: Padre de Balin y Dwalin, enanos de “El Hobbit”.
Náli, Frar y Lóni: Enanos que fueron con Balin a liberar Khazad-Dûm y cayeron defendiendo el puente de Dúrin y la Segunda Sala en el 2994 de la Tercera Edad.
BIBLIOGRAFÍA
The Hobbit y The Lord of the Rings, de J.R.R. Tolkien.
The Silmarillion, Unfinished Tales y las series de volúmenes de The History of Middle Earth y The History of The Lord of the Rings, todos editados por Christopher Tolkien a partir de manuscritos y borradores de JRR Tolkien.
Letters, recopilación de correspondencia de JRR Tolkien editada por Christopher Tolkien.
J.R.R. Tolkien: Autor del Siglo, de Tom Shippey.
Road to Middle Earth, de Tom Shippey.
El mago de las palabras, de Eduardo Segura.
Enciclopedia de Tolkien, de David Day. Edición electrónica.
Edda Mayor
Edda Menor, de Snorri Sturluson.
NOTAS – Traducciones de las ediciones de Minotauro
Nota XI: Entonces Turambar se decidió y cobró coraje, y trepó solo por el acantilado y llegó bajo el dragón. Desenvainó a Gurthang, y con todo el poder de su brazo y de su odio la hundió en el blando vientre del Gusano hasta la empuñadura. Pero cuando Glaurung sintió la angustia mortal gritó, y en su espantoso dolor extremo, levantó el bulto del cuerpo y se arrojó por el precipicio, y allí quedó revolcándose y retorciéndose en agonía. Y lo abrasó todo alrededor, y lo aplastó dejándolo en ruinas, hasta que sus últimos fuegos se apagaron y murió, y yació inmóvil.
Nota XII: El dragón descendía de nuevo, más bajo que nunca, y cuando volvió y se precipitaba sobre Bardo, el vientre blanco resplandeció, con fuegos chispeantes de gemas a la luz de la luna. Pero no en un punto. El gran arco chasqueó. La flecha negra voló directa desde la cuerda al hueco del pecho izquierdo, donde nacía la pata delantera extendida ahora. En ese hueco se hundió la flecha, y allí desapareció, punta, astil y pluma, tan fiero había sido el tiro. Con un chillido que ensordeció a hombres, derribó árboles y desmenuzó piedras, Smaug saltó disparado en el aire, y se precipitó a tierra desde las alturas.
Nota XIII:
– Tienes buenos modales para un ladrón y un mentiroso – dijo el dragón –. Pareces familiarizado con mi nombre, pero no creo haberte olido antes. ¿Quién eres y de dónde vienes, si puedo preguntar?
– ¡Puedes, ya lo creo! Vengo de debajo de la colina, y por debajo de las colinas y sobre las colinas me condujeron los senderos. Y por el aire. Yo soy quien camina sin ser visto.
– Eso puedo creerlo – dijo Smaug –, pero no me parece que te llamen así comúnmente.
– Yo soy el descubre-indicios, el corta-telarañas, la mosca del aguijón. Fui elegido por el número de la suerte.
– ¡Hermosos títulos! – se mofó el dragón -. Pero los números de la suerte no siempre la traen.
– Yo soy el que entierra a sus amigos vivos, y los ahoga y los saca vivos otra vez de las aguas. Yo vengo de una bolsa cerrada, pero no he estado nunca dentro de una bolsa.
– Estos últimos ya no me suenan tan verosímiles – se burló Smaug.
– Yo soy el amigo de los osos y el invitado de las águilas. Yo soy el Ganador del Anillo y el Porta Fortuna; y yo soy el jinete del barril – prosiguió Bilbo comenzando a entusiasmarse con sus acertijos.
(…)Esta es, por supuesto, la manera de dialogar con los dragones si no queréis revelarles vuestro nombre verdadero (lo que es juicioso)… Ningún dragón se resiste a una fascinante charla de acertijos y a perder el tiempo intentando comprenderla.
Nota XIV:
— Supongo que conseguiste un buen precio por esa copa anoche, ¿no? — continuó -. Vamos, ¿lo conseguiste? ¡Nada de nada! Bien, así son ellos. Y supongo que se quedaron afuera escondidos, y que tu tarea es hacer los trabajos peligrosos y llevarte lo que puedas mientras yo no miro… Y todo para ellos. ¿Y tendrás una parte equitativa? ¡No lo creas! Considérate afortunado si sales con vida.
[a Bilbo] Una fea sospecha se le apareció ahora en la mente: ¿habían olvidado los enanos también ese punto importante, o habían estado riéndose de él con disimulo todo el tiempo? La charla de un dragón causa ese efecto en la gente.
Nota XV: De repente, de la oscuridad, algo revoloteó hasta su hombro. Bardo se sobresaltó, pero era sólo un viejo zorzal. Se le posó impertérrito junto a la oreja y le comunicó las nuevas. Maravillado, Bardo se dio cuenta de que entendía la lengua del zorzal, pues era de la raza de Valle.
— ¡Espera! ¡Espera! — le dijo el pájaro —. La luna está asomando. ¡Busca el hueco del pecho izquierdo cuando vuele, y si vuela por encima de ti! —Y mientras Bardo se detenía asombrado, le habló de lo que ocurría en la Montaña y de lo que había oído.
Nota XVI: (…) Porque Túrin se puso de nuevo el Yelmo de Hador; y a lo largo y ancho cundió el rumor en Beleriand, bajo los bosques y por sobre las corrientes y a través de los desfiladeros de las colinas, de que el Yelmo y el Arco caídos en Dimbar se habían levantado de nuevo contra toda esperanza. (…) Y Túrin se dio a sí mismo un nuevo nombre: Gorthol, el Yelmo Terrible (…) Entonces Morgoth rió, porque por el Yelmo-Dragón volvió a revelársele el hijo de Húrin; y antes de que transcurriera mucho tiempo, Amon Rhûd estaba llena de espías.
Nota XVII: Él es un cambia pieles: cambia de piel: unas veces es un enorme oso negro, otras un hombre vigoroso y corpulento de pelo oscuro, con grandes brazos y luenga barba. No puedo deciros mucho más, aunque eso debería bastaros. Algunos dicen que es un oso descendiente de los grandes y antiguos osos de las montañas, que vivían allí antes que llegaran los gigantes. Otros dicen que desciende de los primeros hombres que vivieron antes de Smaug o los otros dragones dominasen esta parte del mundo, y antes de que los trasgos del Norte vinieran a las colinas. No puedo asegurarlo, pero creo que la última versión es la verdadera. A él no le gustan los interrogatorios.