Geòrgia Costa y Fer Alcalá se conocieron hace más de diez años navegando por los mares del fandom en internet. Ahora no tienen más remedio que hacerse pasar por adultos: Geòrgia pasea turistas por las calles de Tarragona y Fer es profesor en un instituto de Cáceres. Sin embargo, lo que más les gusta es enfundarse el traje de Costa Alcalá y convertirse en novelistas 24/7, porque Geòrgia escribe muy tarde por las noches y Fer muy temprano por las mañanas. El resto del tiempo se las apañan para estar más o menos de acuerdo con el resultado. Podéis consultar más detalles sobre ellos en su web: www.costaalcala.com.
"La Segunda Revolución: Heredero" es su primer trabajo como Costa Alcalá y, sin duda, una de mis mejores lecturas del año. Estos autores han sido un gran descubrimiento, pero primero hablemos un poco de su novela, publicada en mayo por Montena.
"Heredero" es la primera parte de "La Segunda Revolución", una novela juvenil de fantasía situada en un mundo muy diferente al nuestro: cada persona es afín a un Poder y capaz de vincular los demás, y a la vez muy similar, por ejemplo: por la forma en que los adolescentes se comunican a través de mensajes que envían y reciben en sus diarios. Se nota el gran trabajo de worldbuilding de los autores en cada detalle, que dota al mundo de profundidad y realismo, atrapando al lector en un lugar tan real como el nuestro.
Existen diez Poderes, un total de diez Familias: Tierra, Agua, Aire, Escudo, Ilusión, Azar, Fuego, Rayo, Aura y Dominio. O mejor dicho existían. Hace diecisiete años que el pueblo, las Familias con Poderes más débiles, se hartaron de la tiranía y se rebelaron contra la Familia Imperial y su Dominio, literalmente la capacidad de controlar la voluntad. Murieron todos en el incendio del palacio que marcó el inicio de la revolución. La Familia Aura, aquellos capaces de ver en la mente de los demás, desaparecieron para evitar represalias ya que estaban de parte de los Dominio. Ahora solo quedan ocho Familias y el rencor de los que perdieron, una generación para la que la revolución no es más que una historia que les cuentan sus padres; y con el título del libro no es necesario que os cuente más, ¿no?
Si la construcción del mundo es uno de los grandes puntos fuertes de la novela, los personajes no se quedan atrás. ¿Cuántos libros habéis leído que, estando protagonizados por adolescentes, estos no se comportan como tales en absoluto? Sobre todo en las distopías. ¿El héroe perfecto que no sabía que lo era? ¿Los chavales supermaduros a pesar de que solo tienen dieciséis o diecisiete años que actúan siempre como adultos? Por suerte aquí no hay de esos estereotipos. Los adolescentes son eso, adolescentes. Preocupados por las apariencias y lo que los demás puedan pensar, disfrutando de la libertad y agobiados por los exámenes en los últimos momentos, impulsivos y a veces demasiado influenciables, llenos de secretos que en ocasiones solo les complican la vida.
También he disfrutado mucho de la trama. Muy bien llevada. Desarrollándose lentamente a medida que vamos descubriendo el mundo y los secretos que guardan los personajes, al menos la mayoría, hasta llegar al gran final. Casi quinientas páginas que se leen solas y que no me importaría que hubieran sido otras quinientas.
La única pega que le pongo es que no hay una fecha prevista para su continuación, espero que sea pronto porque ese final me ha dejado con ganas de mucho más. Una lectura recomendadísima para todos los amantes de la fantasía.
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