En mi fanatismo por la ciencia ficción, confieso que leo de todo y que todo me gusta. Antes de caer en mis manos “La vieja guardia”, me tragué en menos de un mes, la trilogía de los Tres Cuerpos, de Cixin Liu, una ciencia ficción dura, lenta de leer pero absolutamente disfrutable. Uno de mis autores favoritos de la historia es Philip K. Dick, loco y visionario, con un estilo totalmente distinto y que marcó la ciencia ficción del futuro. Así que adentrarse en una ciencia ficción menos cotidiana y menos hard, como es la de John Scalzi, me daba bastante miedo, para qué nos vamos a engañar.

¿Quién y qué es La vieja guardia?

En el futuro de la Tierra la gente sigue teniendo una vida tranquila y cotidiana, aunque en el espacio se están librando batallas que van más allá del conocimiento humano. La humanidad ha llegado a un punto crítico de expansión y muchos de los países más poblados que han sufrido guerras cruentísimas, se han visto obligados a emigrar a un universo desconocido y lleno de peligros.

Aunque sigue habiendo mucho racismo, las Fuerzas de Defensa Coloniales se ocupan de la protección de los colonos humanos pero tienen una singularidad: sus soldados son ancianos de la Tierra, que han decidido unirse al cumplir los 75 años con la esperanza de alargar sus vidas, conseguir las mejoras que les promete esta oscura organización y, sobre todo, vivir aventuras y conocer nuevos mundos que, de otra manera, jamás habrían podido conocer.

John Perry cumple 75 años y, junto a su difunta esposa, hace unos años, se habían alistado en las Fuerzas de Defensa Coloniales. En esta nueva hornada, Perry abandona la Tierra para siempre, mejorará su cuerpo y luchará por la supervivencia de la humanidad junto con otros compañeros recién reclutados. Pero la batalla espacial es cruenta y las razas alienígenas que pululan por el espacio, violentas, sanguinarias e impredecibles.

¿Merece la pena esta space opera?

Rotundamente: sí. No solamente John Scalzi es un escritor majísimo (al que pudimos conocer en el Celsius 2019) sino que la ciencia ficción no tiene por qué ser siempre sesuda y absorbente. Se puede disfrutar Starship Troopers y, al día siguiente, intentar comprender el plano final de 2001: Una odisea del espacio o vacilar con los amigos de haber entendido Solaris en ruso original.

La historia de John Perry es ágil, pasan cosas todo el rato y tiene personajes entrañables. De repente, estos abuelitos majetes, se ven convertidos en máquinas de matar con un cuerpo de veintipocos años y una vitalidad fuera de escala pero la adrenalina de la juventud (y las mejoras) no tiene nada que envidiar a la que se desprende en la batalla contra todo tipo de formas y sociedades alienígenas.

En resumen, olvídense de las novelitas playeras y no renuncien a la ciencia ficción en verano. Este libro es perfecto para leer mientras uno se torra terriblemente en la playa, en el sofá delante del ventilador o debajo de un árbol cuando refresca (sí, ya sé que estando en Asturias no debería quejarme, pero créanme, hace mucho calor y la humedad es terrible).

Lectura divertida, ágil, llena de adrenalina, hormonas y monstruos espaciales, ¿qué más se puede pedir?

John Scalzi, el redshirt de la ciencia ficción

John Scalzi es un tipo genial. No solo se dedica a dar caña a los incels desde su blog Whatever sino que es un autor con un gran sentido del humor (negro) en sus novelas que no se ha quedado corto tampoco en ganar premios como el Hugo (2008, 2009 y 2013) o el Locus (2013).

“La vieja guardia” es la primera novela de la serie homónima, que también tiene los títulos “La brigada fantasma”, “La colonia perdida”, “La historia de Zoë”, “La humanidad dividida” y “El final de todas las cosas”. Es que además, Scalzi demuestra su amor por lo que hace con novelas como “Redshirts”, donde unos camisas rojas (nadie dice que sean de la Enterprise, pero…) descubren que cada misión a la que los envían es un peligro mortal. Y en la grandísima serie “Love, Death & Robots” han utilizado sus historias para algunos episodios.

En definitiva, ¡viva John Scalzi! ¡Lean a John Scalzi!

 

Natalia Calvo Torel
Escribo, transcribo y traduzco cuando no estoy aspirando pelos de mis gatos, aunque de verdad soy arqueóloga medievalista. Trabajo en la organización de la Semana Negra de Gijón y os cuento mis historias en Fantasymundo desde 2005. A veces logro que la pila de libros pendientes baje un poco, aunque necesitaré una casa nueva en breve. ¡Aúpa ahí!

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