En su momento se publicó en La Factoría de Ideas, cuando apenas habían editado a autores españoles en sus sellos. Fue una lástima porque el libro pasó bastante desapercibido, yo mismo la dejé pasar cuando se publicó. En especial, cuando ese deambular sin pena ni gloria significa en el mercado editorial actual que la novela pasa a las mesas de saldos y al circuito de las ferias del libro de segunda mano y de ocasión, que se descataloga una historia que bien valdría una buena reedición. Pues por suerte, esa nueva edición está aquí de la mano de Alianza Editorial dentro de su colección 20/13 en la que también ha editado a precio asequible y tapa blanda a autores como Joe Abercrombie.
En «Las fuentes perdidas», Cotrina nos cuenta una imaginativa fantasía oscura y urbana, que recuerda a los grandes referentes del género como Neil Gaiman o Clive Barker. Pero tomad esta comparación como una mera ubicación, para que os situéis sobre qué tipo de historia os vais a encontrar, no porque el autor se dedique a imitarlos.
Délano Gris, es un mercenario a quien le encargan guiar una pintoresca expedición para hallar las míticas fuentes perdidas. Sin embargo, Délano se encuentra, apenas comenzar su misión, envuelto en una red de poderosas facciones en la sombra, que permanecen vigilantes, y que no revelarán su jugada, ni sus verdaderas intenciones hasta el mismo final.
El grupo formado para encontrar las fuentes perdidas está encabezado por el francocanadiense Rigaud, cabecilla de la expedición y quien sufraga los gastos. Después tenemos a Heredia, un joven guerrero español bastante irascible y pendenciero. El siguiente es Charlotte Blue, un genio probabilístico encarnado en la figura de un bebé. Gema Árida es una espiritista. Por último, Alexandre, un experto lector entre líneas.
En la aventura que comienzan juntos, iremos viendo cómo todos los personajes desconfían por diferentes motivos de sus compañeros, porque cada uno cuenta con sus propios intereses en juego en relación a la búsqueda de las fuentes perdidas. Eso se verá agravado cuando al grupo original se una el nigromante Sforza.
A medida que avanza la narración iremos descubriendo y nos desvelarán cuáles son las habilidades, los puntos fuertes y los débiles de cada personaje. Así como también sus personalidades, circunstancias y trasfondo personal. Para mí cabe destacar al propio Délano, pero también a Alexandre, debido a su complejidad a sus contradicciones, a las decisiones que toman.
La imaginación que despliega el autor al explicarnos los diferentes lugares que constituyen este mundo. Por ejemplo, los diferentes lugares entre mundos que permiten viajar entre diferentes sitios, localizados a miles de kilómetros de distancia el uno del otro: las casas iguales. O también la habilidad de algunos personajes para leer entre líneas, una característica muy interesante, que ya merecería por sí sola que el lector le dedicara su tiempo a esta novela.
«Las fuentes perdidas» es una historia repleta de violencia, oscuridad, magia negra, leyendas, puntos de cruce entre realidades, bolsas contenedoras que existen en otros planos y solo pueden ser convocadas por sus legítimos propietarios. Y mucha mala leche la que se gasta el autor, en especial con el protagonista, pero además con el resto de los personajes. Sin quedarse a medias, sin echar el freno, explotando hasta el límite las posibilidades de la historia. Añadiría que la historia cuenta con un ritmo endiablado, que no deja que te aburras un solo momento, porque en cada página están sucediendo acontecimientos importantes. No sobra nada de lo que nos enseña el autor.
La novela es una lectura ideal si disfrutaste de «The Sandman» o de los libros de la saga de La Ciudad de Juan Cuadra, porque «Las fuentes perdidas» circula por esa línea difusa y borrosa de la fantasía que se adentra en el terror, sin desviarse demasiado del camino. Monstruos, criaturas fantásticas, la importancia de la carne y de la sangre, entidades que habitan más allá de las diferentes realidades, magia arcana, secretos que no deben ser revelados, objetos míticos y artefactos legendarios, son varios de los muchos y ricos elementos que hacen de esta obra de José Antonio Cotrina recomendable a cualquier lector de género fantástico.
El relato final «Entre líneas», que da nombre al universo en el que se mueven los personajes, añadido como bonus track del volumen me parece todo un acierto, porque nos da más trasfondo y nos presenta a un personaje en un momento distinto al que lo conocemos en la novela. Así que supone un colofón perfecto del libro.
Además, si la novela os ha gustado tanto como a mí, tenéis buenas noticias: el autor cuenta con más relatos y novelas ambientados en el mismo universo. Como por ejemplo, «La canción secreta del mundo«.
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