Deck Nine Games sorprende con Life is Strange: True Colors
Aunque parezca mentira, ya han pasado más de seis años desde que Dontnod y Square Enix nos dieran la oportunidad de conocer a Max y a Chloe. Desde entonces, el género de las aventuras interactivas ha dejado tras de sí varias propuestas muy interesantes entre las que se encuentra el propio Life is Strange 2. Pese a tratar temas muy serios que están afectando a millones de personas en este mismo momento, la aventura de Sean y Daniel no consiguió calar entre el público como sí lo hizo su primera parte, dejando unos números mucho más discretos que incluso llegaron a poner en duda el futuro y viabilidad de la franquicia.
En medio de esta complicada situación, Dontnod anunció que dejaba atrás, definitivamente, su vinculación con la saga, lo que provocó que Deck Nine Games se pusiera al timón de la franquicia para dar forma a Life is Strange: True Colors, una entrega que ha evitado el número tres en su título quizás para quitar presión a un estudio que ya recibió críticas tras el lanzamiento de Life is Strange: Before the Storm. Sin embargo, esta vez el estudio ha sabido captar la esencia de la saga y nos ha ofrecido una entrega muy bien estructurada que recupera la esencia del juego original y que deja tras de sí una serie de personajes que tardaremos mucho tiempo en olvidar.
Un pasado complicado
Life is Strange: True Colors nos presenta a Alex, una veinteañera que ha pasado gran parte de su infancia en un orfanato tras la muerte de su madre y de que su padre les abandonara a ella y a su hermano.
Durante esos años, Alex vivió todo un infierno al no ser capaz de adaptarse en un entorno en el que la mayor parte de sus compañeros estaban repletos de rabia, odio y vergüenza por la situación que estaban viviendo. En mitad de toda esa situación, se despertó un poder en Alex que le permitía detectar y comprender los sentimientos intensos de la gente, como la tristeza, la rabia o el miedo. Con esta carga a su espalda, Gabe, el hermano de Alex, ha conseguido dar con ella tras años de búsqueda a través de todo Estados Unidos y la ha invitado a vivir con ella en Heaven Springs, un pueblecito en mitad de las montañas con más secretos de lo que podríamos imaginar en un principio.
A partir de ahí, Life is Strange: True Colors desarrolla una historia de amor, amistad, pérdida y cambio que sabe tocar las teclas correctas en el momento adecuado. Al igual que ocurría en las entregas anteriores, la construcción y desarrollo de cada uno de los personajes principales y secundarios juega un papel clave que nos permite encariñarnos, odiarlos y, sobre todo, empatizar con ellos.
Sentimientos y colores
Como decíamos, al igual que le ocurría a Max y a Daniel en las entregas anteriores, en Life is Strange: True Colors, Alex cuenta con un poder especial que podremos utilizar a lo largo de todo el juego. Antes podíamos viajar atrás en el tiempo para modificar nuestras decisiones o utilizar la telequinesis y fuerza mental de Daniel para causar el caos a nuestro alrededor pero, esta vez, tendremos que aprovechar la conexión de Alex con los sentimientos de la gente para saber cómo manipularlos y sacar provecho de la situación.
Escrito aquí puede parecer un poco extraño, pero una vez que empezamos a jugar, la mecánica es muy sencilla. Básicamente, cada vez que nos crucemos con un personaje que está procesando un sentimiento muy intenso, veremos un aura de un color determinado a su alrededor que nos indicará que tipo de sentimiento es y, si pulsamos el botón correspondiente, podremos leer sus pensamientos para entender qué es lo que le ocurre. Con toda esa información podremos tomar decisiones que nos ayuden a conseguir nuestros propios objetivos o, incluso, a hacer sentir mejor a esa persona que lo está pasando mal.
Sí, muchas veces manipularemos a la gente para conseguir nuestras propias metas. Alex no es una santa ni pretende serlo, y que el juego nos permita seguir nuestro propio rumbo aunque eso afecte negativamente a otros personajes, – como ya ocurría en entregas anteriores – es uno de los grandes aciertos de la saga.
Misterios y sorpresas
A lo largo de los cinco capítulos que dan forma al juego – esta vez han llegado todos el mismo día del lanzamiento del juego – Deck Nine Games ha conseguido mantener un ritmo perfecto en el que se combinan momentos más tranquilos con otros en el que se suceden las revelaciones y ciertos sucesos que no queremos desvelar en este análisis.
Todos los capítulos cuentan con varios momentos en los que tendremos que sacar partido al nuevo poder de Alex y, aunque creemos que está algo desaprovechado, lo cierto es que es lo suficientemente interesante como para convertirlas en fases divertidas que se integran sin problemas en la jugabilidad del título.
Una nueva imagen
Life is Strange 2 se movió en una fina línea que combinaba texturas y modelados de personajes algo desfasados con un estilo visual muy colorido que evitaba que los defectos gráficos empañasen demasiado la experiencia.
Por suerte, Life is Strange: True Colors da un gran paso en la buena dirección. Todos los personajes cuentan con un nivel de detalle muchísimo mayor y las animaciones de los personajes y la recreación de las expresiones faciales se han renovado por completo. Además, los escenarios están repletos de detalles, y apetece explorarlos con calma para descubrir todo lo que esconden.
Al ritmo de la música
La primera entrega de Life is Strange se caracterizó por hacer un uso magistral de la banda sonora y True Colors, sin llegar a ese nivel de excelencia, demuestra que sabe manejar a la perfección los momentos en los que la música de grupos de pop rock, indie o folk toman un rol protagonista.
De hecho, la música – y la importancia que tiene para algunos personajes – tiene un papel clave en el desarrollo de ciertos elementos de la trama. Junto a los temas de grupos más o menos conocidos, Life is Strange: True Colors cuenta con decenas de temas ambientales que encajan a la perfección con el estilo y el ritmo que tiene el juego.
Todos los diálogos cuentan con un estupendo doblaje al inglés y textos en castellano, siguiendo la línea habitual del resto de entregas de la franquicia.
Conclusiones del análisis de Life is Strange: True Colors
Life is Strange: True Colors demuestra que Deck Nine Games sí puede llevar el timón de esta franquicia y que Before the Storm fue solo una primera toma de contacto. Todos los elementos importantes que debe tener una entrega de esta saga están aquí y, lo más importante, funcionan cuando están todos juntos.
Con una entrega como esta, solo nos que11da esperar con ganas a los futuros juegos de la saga.