En la grapa número 50 de ECC nos encontramos con el número 47 de Justice League y el 16 de Justice League United. El primero de los mismos corre a cargo de Geoff Johns al guión y de Jason Fabok al dibujo. De nuevo se hace imprescindible la lectura del tomo “Liga de la Justicia: Los nuevos dioses”, para entender lo que aquí sucede. Empezamos con una gran secuencia en la que Hal Jordan, tras renunciar a ser un dios, intenta convencer a Bruce de que deje la silla Mobius como dios del conocimiento. Impagables planchas de un contenido Fabok, que llena de sutiles matices la emotividad de un Batman intentando desentrañar el misterio del Joker. Tranquilos, los aficionaos a la espectacularidad de Fabok podrán deleitarse con la secuencia de pelea entre Superman, como nuevo dios de la fuerza y Diana que abre con una espectacular splash.
Aunque sin duda la mejor parte de todo el número, es la incursión dentro de Belle Reve por parte de Mister Milagro, Zarda, Jessica Cruz y Ciborg. De nuevo Johns demuestra ese talento especial que tiene a la hora de construir villanos llenos de matices. Si pensabais que el Sindicato del Crimen estaba acabado es que no conocéis a Johns, así que con unas pocas páginas Ultraman, Superwoman, Power Ring y algún creo están de vuelta. La forma que tiene de jugar con nuestras emociones Fabok es magistral, atentos al espeluznante momento en que Superwoman está cantando una canción de cuna a su hinchado vientre. O ese canto de esperanza cuando el lazo de la verdad de Wonder Woman devuelve a Superman a su ser.
La batalla final va a comenzar y cierto búho recordará aquello del enemigo de mi enemigo. Preparaos para el épico momento en el que la Liga de la Justicia y el Sindicato del Crimen trabajen juntos.
En la segunda parte del cómic tenemos el final de la errática Liga de la Justicia Unida, la secuela por parte de Jeff Lemire de la Liga de la Justicia de América que pretendía dar un hogar a Animal Man, Stargirl, Detective Marciano y Flecha Verde. Tras una saga para crear al nuevo personaje Equinocio y traer de vuelta al gran héroe canadiense Adam Strage, Lemire se va a pastos marvelitas y la serie queda en manos de Jeff “Agentes de Atlas” Parker y el dibujo en manos de un excesivamente experimental Travel “Animal man” Foreman. El caso es que todos los lectores tenían la duda de porqué Adam Strange se había transformado en una especie de “Zordon” de los Power Rangers que encargaba misiones a su equipo que requerían de reclutar a héroes y villanos por igual. Bien pues una vez anunciada la cancelación de la colección, en el número 16 tenemos la respuesta.
Ya de antemano tengo que decir que el dibujo se atraganta porque a Foreman le salen todos los personajes muy añiñados, casi como si estuviéramos leyendo una parodia del propio grupo. El caso, recuperamos a la formación original del grupo pero sin Supergirl. De nuevo seguimos en Rann intentando resolver el problemilla de relación a distancia que tienen Alana y Adam dado que por cumpla del rayo teletransportador zeta, no pueden estar juntos. Las últimas acciones galácticas de la Liga Unida han provocado que una serie de alteraciones espacio-dimensionales asolen la Tierra, y la de este número es todo un canto a la nostalgia.
Foreman aquí si logra una gran caracterización de Abel al hacerlo casi un dibujo animado. Así como de la casa en sí misma con ese aire retorcido y surrealista. Gracias a los secretos de al casa, tendremos la visita por aquí del bueno de Boston “Deadman” Brand, el origen de Equinoccio, o hasta una obra con los acontecimientos actuales de la serie Superman. El problema es que al final todo se resuelve con un violento y absurdo tiroteo y es demasiado apresurada la situación que transforma a Adam.
Por no hablar de un final aún más atropellado para que los destinos de Adam y Alana estuvieran predestinados desde el principio. Al final un buen desenlace de cuento que pese a lo atropellado salva los muebles de una colección que estaba destinada a desaparecer desde que la dejara su principal creador. Esperemos que el Rebirth no deje fuera a lo mejor que tuvo esta colección que es a la fascinante equinoccio.
Pasamos ya al número 51 de la grapa mensual de ECC que contiene el número 48 de Justice League. Partiendo de la gran entrada de Olwman al final del número anterior, básicamente es un número de transición, lleno de ingeniosos diálogos de Johns y de un Fabok de nuevo muy cercano a Gary Frank, que se luce en mostrar al patético y debilitado yonkie que es Kal-Il el Ultraman de Tierra-3.
Tras este inicio de posición de buenos, malos y dioses, tenemos el asalto a Gotham por parte de Mobius y sus sombras guerreras. Nuevo lucimiento de epicidad en Fabok, demostrando el gran de si que daría en una colección de Green Lantern, los constructos de este hombre son sensacionales, así como el momento “caballería” de los Corps. Batman está sentado en un sitio que no le pertenece y Mobius se lo va a demostrar por las malas.
Combate brutal en el que el antiguo Antimonitor demuestra que puede aguantar el ataque de lazos mágicos o super y ultrapuñetazos. Alguién más caerá bajo la guadaña del nuevo dios de la muerte, Flash. Grail comenzará su plan para con Steve Trevor y cuando todo parezca perdido un nuevo dios oscuro llegará a doble página para salvarlos a todos. Por si esto fuera poco además Superwoman se nos pone de parto.
Sin duda de lo mejor que ha salido de los New 52, la combinación de Fabok más Johns es absolutamente ganadora y nos deja un cómic de una espectacularidad visual y al mismo tiempo una delicadeza dramática que se consume como las palomitas en una película de acción. Nos vemos pronto para el parto del siglo.