Comenzamos con la grapa número 52 de la grapa mensual de Liga de la Justicia de ECC. En él se recogen los números americanos, “Darkseid War Special” y “Justice League” 49. El número empieza con el especial centrado en dos mujeres “Grail” y “Jessica”, alias “Power Ring”. Los dibujantes encargados de este número van desde el gran tándem de Ivan Reis y Joe Prado (“Aquaman”,” Cíborg”) que hicieron nuestras delicias como sustitutos de Jim Lee en esta serie, a otros nombres como Óscar Jiménez (“Conquista de Campeones”, "Flash”) Paul Pelletier (“Aquaman” “Ciborg Rebirth”) y Tony Kordos (“Batman y Robín Eternos”).
Reis y Prado se ocupan de las geniales secuencias de Jessica atrapada dentro del anillo de poder y siendo sitiada por los antiguos poseídos de Volthoom. Una genial secuencia que tiene una terrorifica splash y además trae de vuelta al cobarde Hal Jordan de Tierra-3. Por su parte Jiménez va a adentrarse en los recuerdos de Grail y va a ser el encargado de hacer una gran revelación sobre el pasado de Wonder Woman, volviendo al mismísimo parto de la reina Hipolita, atentos pues todo lo que creíais saber hasta ahora del origen de la amazona va a cambiar radicalmente, un trazo muy oscuro para plasmar un siniestro ritual y el aciago destino que le espera al pobre Steve Trevor, sin duda Grail es más hija de Darkseid que nunca en las tintas de Jiménez, que alcanza su climax en ese beso sentenciador de la nueva diosa de la antivida a Trevor.
Pelletier y Kordos con un estilo muy cercano al de Mark Bagley van a ser los responsables de mostrar la difícil niñez de Grail y como la maldición de la antivida la persiguió durante toda su vida. Todos los secretos sobre cómo la mejor asesina de las amazonas logró sacar a su hija recién nacida de la isla, la aparición de cierto grifo con el que tanto dibujantes se han recreado. Y es que la vida de una madre soltera cuidando de una hija que puede desintegrarte con la mirada no es nada fácil. Además un toque de mitología con la aparición de cierta bruja ciega que posee un ojo que todo lo ve.
Es tiempo ahora del Justice League 49, como recordaréis Lex Luthor en su nuevo estado de dios hacia su aparición rodeado por un ejercito de parademonios y se enfrentaba directamente a Mobius mientras Superwoman se ponía en pleno parto mientras la Liga intentaba contener el ataque del Sindicato del Crimen. Johns vuelve a contar con el magistral talento de Fabok, que como nos tiene acostumbrados, sigue la escuela Hitch de viñetas panorámicas y gran efectismo visual.
Es un número cargado de imágenes con gran fuerza, la expresión facial de Superwoman durante el parto es dolor puro, la secuencia de Jessica intentado escapar de la prisión esmeralda de Volthoom es absolutamente genial. Quizás se sigue abusando mucho de secuencias de explosiones y gente lanzándose rayos sin ningún tipo de fondo. Otro de los grandes momentos de este cómic lo van a protagonizar Mister Miracle y Barda, pues uno de los dos amantes estará dispuesto a hacer un gran sacrificio con tal de salvarnos a todos.
Pasamos ahora a la grapa número 53 de “Liga de la Justicia” de ECC en ella se recoge el número 50 de la colección, número doble cargado de épica y el adiós de Johns y Fabok a la colección. Tras una primera página para situarnos pasamos a la consabida doble splash donde Diana va a tener que hacer frente a la abominación en que se ha convertido su primer amor, Steve Trevor. Una titánica lucha seguida por expectante Batman en su nuevo puesto de dios del conocimiento, a la que Grail intenta unirse, sólo para demostrar que a este pájaro de mal agüero ni siquiera la luz verde de siete Lanterns puede mantener encerrada. Luthor está dispuesto a dejar escrito su nombre en la historia a fuego y efecto omega y al fin sabremos quién es el padre del hijo de Superwoman cuando el rayo caiga ante la funesta palabra ¡Mazahs! Y así el legado de Alexander Luthor de Tierra-3 vive y absorberá todas las energías tornando en mortales a los “nuevos dioses”.
De nuevo tendrá lugar la esperada carrera entre Flash y el Corredor Negro, donde basta una simple viñeta y dos líneas de color para hacernos volar a toda imaginación. Un contendiente cae y la muerte se retira, nuestros héroes se lanzan a la batalla y… A partir de aquí ya deberéis leer vosotros, pero ya os anticipo que Johns se pasa de giros de guión y de “deux ex machina” , efectos que duran demasiado poco y que vuelven demasiado poco creíble la resolución de esta historia. Sin saber por qué un nuevo héroe se alzará y cuatro volverán a ser los Green Lanterns asignados al sector espacial de la Tierra.
Lo dicho muchos rayos y explosiones, muertes apresuradas de una viñeta y a correr, un gran homenaje a Kirby en una épica splash comandada por Barda y su elección. También se nos anticipa la decisión de Luthor que toma un nuevo emblema como propio mientras se sienta en su trono en Apokolips.
Pero llega el final y con él, dos escalofriantes revelaciones, por un lado gracias a la silla Mobius de Metrón, Batman descubrió que no hay sólo un Joker, si no ¡tres! Fabok hace un gran trabajo de composición y nos muestra gracias a las pantallas de la batcueva varios momentos míticos del personaje como son “La broma asesina” su debut en “Batman n.º 1” de 1940.
Sin duda un cierre agridulce de esos de mucho ruido y pocas nueces donde a Johns se nota que se le echó el tiempo encima y tuvo que correr para llegar a Renacimiento y meter con calzador en especiales lo que quería contar.
En definitiva una obra que demuestra algo que es de sobra sabido Johns es un gran arquitecto de entornos, colecciones y principios pero bastante flojo al cerrarlos y que Fabok es una estrella en alza en DC. Volved a la Atalaya y veremos qué pasa con nuestros héroes tras la marcha de Johns antes de la llegada del Renacimiento y Hitch.