La grapa número 54 de ECC contiene la historia de Dan Abnett con el dibujante Paul Pelletier, la que vimos en el número 52 como parte del especial de “Darkseid War” dedicado al pasado de Grail, además fue el sustituto de Ivan Reis en el Aquaman de Geoff Johns. En este tierno episodio Abnet ha decidido remontarse a pocos meses después de la batalla de la Liga contra Darkseid en Metropolis. En este día, Bruce ha decidido llevar al primer Robín, Dick Grayson a que conozca a la Liga de la Justicia y tenga su primera misión con ellos. Debo decir que Abnet es único a la hora de mezclar acción con costumbrismo, el tono distante aunque paternalista de Batman con Robín es sencillamente delicioso, demostrándonos que contra lo que opina mucha gente, Bruce es uno de los mejores padres que uno podría desear tener.
Lo mejor de este número es toda la narración hecha desde el punto de vista de una misterioso y voraz villano que parece recordar el mundo anterior a Flashpoint y que tiene una cuenta pendiente con los titanes, lo que lleva a Dan Abnett a utilizar este cómic como prólogo a esa indispensable miniserie que será “La caza de los titanes”. Abnett sabe como jugar al factor nostalgia y por ello, nada mejor que aprovecharse de la fracturada realidad que es Tierra Prima para brindarnos la visita de enemigos tales como “los perros de la guerra de Darkseid”, “Mamut” de los cinco temibles en una de sus últimas y barbudas versiones o como no podía ser menos un pedante coluano que intente explicarlo todo, en esta ocasión un tal Bron-Wox, y cuando alguien de la raza de Brainiac anda cerca nunca son buenas noticias.
Un número que a la vez deja grandes diálogos, referencias a la Liga Oscura de Zatanna o Contantine y donde cada personaje brilla con luz propia, aunque sin duda el que más brilla es Robín. No importa lo grandes que sean las amenazas, el Chico Maravilla tiene momentos estelares con todas ellas, y Abnett logra que Pelletier nos lo muestre como lo que es, un adolescente anonadado de encontrarse entre dioses, atentos al momento de orgullo en que Diana usa su símbolo R como proyectil o cuando Superman le da la mano. Yo os garantizo que aparte de ponerme una gran sonrisa nostálgica este cómic ha hecho que aumenten y mucho mis ganas por leer la minisierie de los titanes de Abnet y por desear que le den a este hombre un título de la Liga porque sin duda va a ser capaz de hacer maravillas.
En el número 55 de ECC, Dan Jurgens se une a Tom Grummett (mítico dibujante de Superboy) para narrar la vuelta a la Tierra de Lex Luthor. Es muy importante señalar que sólo debéis seguir leyendo esta reseña y este cómic si habéis leído completa la saga “Los últimos días de Superman” recogida en la colección mensual de “Superman” y en la de “Batman/Superman”. Para mí uno de los problemas de este número es el estilo excesivamente amable y añiñado que tiene Grummett, que lleva a que una historia tan crepuscular y sentida pierda fuerza ante el aspecto tan juvenil de sus integrantes. Todo tiene que ver con el legado, con el valor que puede darsele a un simple objeto y como Lex quiere reclamar su puesto en ese legado y continuar la labor de aquel que nos ha dejado.
Tranquilo si veis unos uniformes un tanto extraños en los integrantes de la Liga, es que aparecen todos con la estética “Renacimento”, por lo que se hace bastante importante que también hayáis leído ese especial antes de este cómic para sentiros algo menos perdidos.
Lex ha vuelto para impartir su justicia a su modo, Luthor ha logrado dejar atrás un mundo en el que era rey sólo porque aún hay algo que no ha logrado en su vida, y es lograr la aprobación de su hermana, que sigue en coma tras los sucesos del “virus Amazo”. Hay bondad en Luthor, hay una luz que no quiere que se extinga y esa luz está en Metropolis y por ello Metropolis tendrá un nuevo salvador que ha hecho propio el emblema de la esperanza aunque no quiera ni la Liga ni la ciudad, y si para ello Luthor tiene que hacer el crimen arda en el fuego de su venganza con comprar todo un grupo de comunicaciones lo hará, porque sólo hay alguien digno para llevar luz a su ciudad, sólo alguien tiene derecho a ser la nueva esperanza tras el caído y ése será él.
Un número muy rápido de leer, en el que Jurgens obra maravillas con los diálogos interiores de Luthor mientras que Grummett, demuestra que aún sabe narrar explosiones y acción como pocos. De nuevo al igual que el anterior número, este cómic da la sensación de ser un prólogo de la futura “Action Cómics” de Dan Jurgens tras Rebirth que un cómic de la Liga, pero desde luego cumple su propósito de sobra y es que deseemos saber cómo será la Metropolis guardada por un nuevo Hombre de Acero, ¡Lex Luthor!
Johns ha dejado la Atalaya y Brian Hitch vendrá a ocupar su lugar, han sido más de cuatro años de épica, de dinámica de grupo, de mandar a lector de sorpresa en sorpresa, en definitiva de hacer el cómic más palomitero y adictivo de cuantos publicaba DC. Buena suerte al señor Johns en sus nuevos cometidos, gracias por hacernos disfrutar de un cómic de entretenimiento y espectacularidad seguiremos pendientes en este Renacido DC que has creado de lo que hagan tus sucesores aquí en la Atalaya.