Así que ese será el acicate que saque a Campbell de la melancolía. Veinte años más tarde, y a modo de homenaje, Campbell recoge el relevo de El turco, llama a todos los camaradas de entonces (que, por cierto, no dejan de ser piratas, con todas las limitaciones que ello conlleva). Los convocará, les dirá cuál es el objetivo y se harán a la mar para dar con esta fabulosa isla del tesoro… Si la flota de la marina real capitaneada por Inferno no da con ellos primero.
Así que ahora, a través de una brújula azteca cuya historia conoceremos en uno de esos flashbacks, y acompañado por el resto de la pandilla de “El turco”, volvemos a hacernos a la mar todos juntos en busca de San Brandamo –peculiar isla con fuertes y anormales mareas-. ¡Y no sólo con esos piratas! Sino con la compañía de la gente de Bakaalao –con Nutel-la al frente, Thesaurus y, cómo no, sus hijas.
A todo esto, Carapepino no les deja en paz, y se infiltra como espía armado de palomas mensajeras para informar a la flota francesa (de peculiares modales a la hora de levantar la voz, por cierto, ya descubriréis por qué). ¡Y no veáis la movida que tiene con su ‘bigote’! ¿Qué a qué me refiero? ¡Haceos con el cómic y descubridlo!
¿Estaremos ante los prolegómenos de una gran batalla naval, o ante un cara a cara entre hermanos pie a tierra? En nada lo veremos, y quedaremos a la espera del que será el quinto y último número de la saga.
Si bien el anterior número era un cómic de transición, en este la acción aumenta. Y la cantidad de secundarios, también. Y es muy destacable tanto el nivel de detalle a la hora de representar los barcos, como el mimo a la hora de jugar con las expresiones faciales de los personajes. Incluidos los secundarios. No se puede negar que Munuera conoce bien su oficio: mantiene el dinamismo y la fuerza expresiva, a la par que consigue que este producto no pierda la frescura y el optimismo después de cuatro tomos, que es bastante difícil.
También ha conseguido mantener intacta mi curiosidad con respecto al pasado de los hermanos, y ardo en deseos de acceder al desenlace del pasado de los hermanos Campbell. Porque, si bien Campbell mantiene el candor juvenil, Inferno es alguien amargado y lleno de deseos de venganza. ¿Qué hizo de él el ser ruin que es ahora? Hemos visto la punta del iceberg, tenemos una pista clara… Pero falta el detalle del desenlace. No deja de ser curioso que interese más el saber el trasfondo pasado que el desenlace oficial de la aventura. ¿Verdad?
Munuera ha conseguido mantener alto el listón del desarrollo de la aventura, y sólo nos queda esperar el gran final: el enfrentamiento entre los dos hermanos en la misteriosa isla del tesoro de San Brandamo. ¿Cómo transcurrirá? ¿Quién vencerá? ¿Cómo terminará la gran familia pirata? ¡Esto sí que es un suspense, y no los de Juego de Tronos! Por lo menos así nos sabe a los seguidores de las novelas de aventuras de toda la vida. Argumentos de ayer para los jóvenes de hoy… ¡y muy bien narrados!
Os invito a quedar también cautivados por el correcto genio narrativo y visual de este autor lorquino. Trazo firme, detallado, amable y expresivo, con elementos trágicos, de acción y de humor muy bien medidos. Lectura ligera y agradable para toda la familia y una saga imprescindible para vuestras ya repletas estanterías. ¡Hacedle un hueco, que viene otro!