Aquella mezcla de militares tradicionales, miembros de la alta sociedad, héroes y granujas que luchaban de una manera radicalmente nueva y no convencional contra el ‘Afrika Korps’ sigue evocando un espíritu de aventura que no se encuentra en otros combatientes y escenarios bélicos. Aunque en los combates en ese y otros campos de batalla hubiera no solo aventura, sino también muchas sombras.
El SAS, una unidad conocida también por su secretismo, ha abierto por primera vez las puertas de sus archivos al escritor y periodista Ben Macintyre. Éste ha tenido pleno acceso al registro documental del regimiento, que incluye gran cantidad de material inédito hasta la fecha. Diarios, notas, cartas, informes, memorias, mapas, fotografías… nunca antes mostrados. Y, sobre todo, el ‘Diario de Guerra’ una colección extraordinaria de documentos originales recopilados en 1945 por un alto mando del SAS en un único volumen encuadernado en piel –su encuadernación es un trofeo tomado a los nazis- mantenido en secreto durante setenta años.
Macintyre ha podido así escribir la primera historia autorizada (que no “oficial”) de las acciones del SAS durante la Segunda Guerra Mundial. El resultado es «Los hombres del SAS. Héroes y canallas en el cuerpo de operaciones especiales británico», que la Editorial Crítica acerca ahora a los lectores españoles con traducción de Efrén del Valle.
Perteneciente a su colección Tiempo de Historia, probablemente se trate uno de los libros de historia militar más populares del panorama editorial español de este año.
Esta obra permite al lector acompañar al regimiento desde su nacimiento en el Norte de África hasta la ofensiva final aliada, durante la que el SAS llevó sus todoterrenos a las costas del Báltico. Entre ambos momentos, las campañas en Sicilia e Italia, los combates en Francia antes y después del Día D, el asalto definitivo a Alemania…
Se trata de una historia rigurosa, pero no exhaustiva, orientada más al lector general que al especialista y en la que el autor se ha centrado en los hechos e individuos clave (aunque al final del libro se incluye la lista completa de operaciones del SAS durante la IIGM y el cuadro de honor del regimiento).
Es importante dejar claro que «Los hombres del SAS. Héroes y canallas en el cuerpo de operaciones especiales británico» se ciñe exclusivamente a las acciones del SAS durante la Segunda Guerra Mundial. Disuelto al final de la misma y recuperado en 1947 como un reformado comando regular de inserción en territorio enemigo, el regimiento no confirma su participación en misiones desde esa fecha (pese a lo sonado de muchas de ellas) y éstas quedan fuera del ámbito del libro.
Macintyre ha sabido entender que es el factor humano el que hace emocionante la lectura de las acciones de una unidad tan peculiar como el SAS. Evita así caer en un estilo narrativo bastante común en otros ensayos de temática militar, convertidos en una sucesión cronológica de acciones bélicas descritas más desde la frialdad de los datos (cifras, fechas, lugares, mapas) que desde la intensidad de las vivencias de los combatientes. No ocurre eso en esta obra, donde ellos constituyen la verdadera espina dorsal del libro. Si hubiera alguna duda al respecto, algunos títulos de sus capítulos tan como llamativos como estos la despejan: “Una banda de fantasmas”, “Muy muy loco”, “Ojo por ojo”, “Camino hacia el Reich”…
El libro se divide en dos partes, correspondientes a la guerra en el desierto y la guerra en Europa. Paradójicamente, la lucha del SAS se hace más brutal cuando el campo de batalla se traslada del agreste desierto africano a la civilizada Europa. Si en el Norte de África se dieron lo que incluso podrían considerarse gestos de caballerosidad, como el intercambio de prisioneros entre los contendientes, en Europa se vuelve más cruel, desdibujándose a veces la frontera entre el combate y el asesinato.
La razón es que la guerra en Europa se desarrolló en territorios con abundante población civil, que sufría durísimas represalias por los actos de sabotaje, habiendo además ordenado Hitler que los soldados aliados tomados prisioneros detrás de líneas alemanas fueran fusilados en el acto. Asimismo, el SAS combatió a menudo en Europa en coordinación con partisanos, espías y otras unidades aliadas, lo que hacía más complejas sus misiones.
El escritor y periodista inglés Ben Macintyre es columnista y editor asociado en el diario The Times, diario para el cual también ha trabajado como corresponsal en París, Nueva York y Washington. Sus libros han tratado temas bélicos y de espionaje en los años de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría: «El agente Zigzag. La verdadera historia de Eddie Chapman, el espía más asombroso de la Segunda Guerra Mundial», «El hombre que nunca existió. Operación carne picada», «La historia secreta del Día D. la verdad sobre los superespías que engañaron a Hitler», «Un espía entre amigos. La gran traición de Kim Philby» son anteriores obras suyas, todas ellas publicadas por Editorial Crítica.
La edición de este libro es notable y contribuye a disfrutar su lectura. De tapa dura con sobrecubierta, las guardas muestran un mosaico de fotografías de época de la unidad que anticipan lo que encontrará el lector en su interior. Insertadas entre las páginas de texto, que incluyen en ocasiones mapas explicativos, hay varios bloques de páginas con imágenes procedentes del Archivo de la Asociación del Regimiento del SAS, que sirven para poner rostro a los protagonistas de la historia.
¿Cuál fue la contribución del SAS a la victoria aliada en la guerra? Macintyre no se pronuncia, dejando que sea la narración la que hable por sí misma. Cualesquiera que fueran sus éxitos tácticos, su repercusión estratégica fue seguramente limitada.
Pero los hombres del SAS personificaron al héroe inconformista, valiente e individualista, protagonista de una manera muy británica de combatir, en una larga guerra de desgaste donde la aventura era difícil de encontrar.
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