Los innombrables: ciclo Hong Kong. Dos nuevas historias de esta panda de calaveras“Los Innombrables” son unos personajes que pasaron por España sin pena ni gloria. Quizá debido a la relativamente poca fama de Yann y Conrad en nuestro país por aquel entonces o, más posiblemente, a la ocupación del mercado por parte de otros personajes procedentes del universo del cómic franco-belga.
   
Estamos hablando del año 1983, y no ayudó mucho el giro oscuro que toman las historias de esta panda de desastrosos antiguos soldados en este “Ciclo de Hong Kong” que tenemos entre manos. Sí, pasamos de historietas de corte cómico a unas tramas mucho más oscuras, más influenciadas por el cine negro, en el que nos sumergimos, sobre todo en “Aventura en Amarillo” en los más sórdidos estereotipos y maquinaciones asiáticas al estilo de Bob Morane.
   
Encontraremos los males de posguerra, insidias políticas, manipulaciones por mano de sociedades secretas, romance… Una trama bastante adulta con momentos de dos rombos que pasamos a detallar y en la que nuestros protagonistas comienzan como meros contrabandistas.
   
Comenzamos, pues: un buque mercante portugués vacío, con su tripulación muerta –aparentemente por un asalto pirata-, llega al puerto de Hong Kong. Pero no todos están muertos: un tripulante consigue entrar en la ciudad.
   
Los innombrables: ciclo Hong Kong. Dos nuevas historias de esta panda de calaverasParalelamente, una agente china comunista, Alix, entra en el territorio del hampón conocido como ‘Coronel Lychee’, que no duda en torturarla tras acabar con su enlace para saber qué planes tienen en Hong Kong. Ciudad que, por otra parte, es descrita con detalle.
   
Saltamos ahora a ver a nuestros amigos protagonistas, que tienen un pequeño incidente de juego en “El loto púrpura” y han de deshacerse de un cadáver. Allí, en el mismo puerto, Mac tiene un arranque de heroísmo  y salva el “cadáver” de Alix, a punto de ser desechada al tomarla por muerta. Pero dejan un testigo atrás que los reconoce.
   
Proceden, pues, a llevarla al pequeño barco con el que sacan subrepticiamente de Hong Kong a elementos del clero que huyen del avance comunista. Aunque parece que el moreno capitán O’Rourke no entiende bien la naturaleza de la misión.
   
A partir de ese momento, se empiezan a complicar las cosas: Alix se declara agente comunista, y promete decirle a Mac todo lo que sepa sobre el tal ‘Coronel Lychee’, y nuestros contrabandistas tendrán el primer contacto con la alta sociedad de Hong Kong teniendo un altercado con Basil Jardine. Además, Lychee hace su primer movimiento asesinando a Junco Florido, una de las prostitutas más queridas por Mac en el Loto Púrpura mientras está en el cine.
   
Los innombrables: ciclo Hong Kong. Dos nuevas historias de esta panda de calaverasEl asesinato de esa joven china es el catalizador del resto de la aventura, en el que se entremezclan la magia y las viejas creencias con objeto de que la pobre Junco no se convierta en un alma errante. Mientras tanto, Basil Jardine tiene sus problemas, y Lychee no se detiene ni ante la señorita Matheson, amante de Basil.
   
Vamos a detenernos aquí por no desvelar más elementos de la trama.

Simplemente  descubriremos las ramificaciones del “Buey dorado”, una sociedad secreta de la que O’Rourke forma parte, conoceremos también cuál era el misterioso cargamento del carguero portugués sin tripulación que llegó al puerto de Hong Kong y su destino final, sabremos el objetivo del último superviviente de su tripulación, accederemos a una trama secundaria en Macao, veremos los enlaces de Lychee con el Kuomitang y, sobre todo, sabremos qué fue de Alix. ¡Ah! ¡Que no lo mencioné! Los sueños de Alix son muy reveladores con respecto a su pasado, lo que le ocurrió a su madre –cruel destino, pardiez-, así como algunos detalles con respecto al infame Lychee.
   
Y no nos dejemos un pequeño detalle que no ha de pasar desapercibido y que esconde una profunda crítica al racismo blanco en las colonias británicas (y no hablo del evidente “no he disparado a una persona, sino a un chino): el afán de las tropas coloniales por hablar y comportarse como británicos, que produce un efecto entre cómico y lamentable.
   
Los innombrables: ciclo Hong Kong. Dos nuevas historias de esta panda de calaverasObviamente, pese a la seriedad de las tramas, no podemos obviar los elementos cómicos tan entrañables tratándose de estos personajes, como el punto en el que una pequeña patrullera –la misma que abre el cómic, por cierto- intenta cortar el paso al paquebote de los protagonistas.
   
Reconoceré en este punto que no soy totalmente imparcial al juzgar “Los Innombrables”, pues siempre me han gustado sus aventuras, pero en estas dos han cambiado drásticamente el registro ligero ya conocido. Así y todo, son historias muy interesantes: el juego de colores y el contraste elegido son muy buenos, hasta el punto de recordarnos esos decorados típicos pensados para el cine en blanco y negro y que, luego, nos deslumbraban en aquellas primeras producciones en Technicolor. Reconoceremos sin esfuerzo esos filtros que condicionan los tiempos y las atmósferas de las situaciones representadas, ya sabéis, queridos lectores: los tonos azules para las escenas nocturnas, los rojos para los interiores, los exteriores con buen tiempo en amarillo, el verde para los campos… Perfectamente complementados y reforzados por un adecuado lenguaje expresivo y gestual por parte de los personajes que, por otra parte, se reconocen arquetípicamente sin ningún tipo de dificultad.
   
Eso en lo tocante al trabajo de Conrad, pero… ¿Y en cuanto a Yann? Maneja muy bien un escenario denso, con varias líneas argumentales y que salta de unos personajes a otros con harta frecuencia, pero consigue lo más difícil: mantener pegado al lector a la historia, pese a tratarse de dos unidas. No podemos dejar de leer hasta el final para saber qué es lo que pasa.
   
Sin embargo, como ya hemos indicado, se nota demasiado la transición a esta trama mucho más adulta. Pasa de las tramas ligeras precedentes que nos encontramos en “Ciclo cero”  a un planteamiento sórdido, denso y no para todos los públicos. No puedo imaginarme a la editorial Dupuis publicando esta historia “para adultos” con escenas, digamos, poco adecuadas para niños en “Spirou”. Son, sin embargo, dos piezas curiosas que satisfarán a los amantes de esta panda de calaveras que, en esta ocasión, tiene un comportamiento mucho más serio y más heroico que al que nos tenían previamente acostumbrados. ¡No parecen ni los mismos! A ver: Mac sigue guiándose por impulsos, Tim sigue a lo suyo con ese deje infantil tan característico, y Tony sigue con ese toque flemático tan característico suyo.
   
Y no nos olvidemos de un curioso detalle: las páginas son negras, tanto como la trama que se desarrolla en ellas. Una buena manera de distinguir el “Ciclo Hong Kong” de las aventuras anteriores. Pero no todas en este tomo bien editado de 176 páginas en cartoné, pues tenemos un buen montoncito de extras en las últimas 32 páginas: bocetos, estudio de personajes, planificación de páginas y las portadas de las dos aventuras que nos permitirán sumergirnos en los entresijos de la planificación de este nuevo tomo.
   
Los innombrables: ciclo Hong Kong. Dos nuevas historias de esta panda de calaverasNo obstante, una recomendación: mantengan este tomo fuera del alcance de los niños y, ya de paso, ignoro si el siguiente recogerá el “Ciclo de Corea”, pero de ser así, lo suyo es que le haga compañía. Aun con ese pequeño fleco, son dos aventuras disfrutables, y que nos darán un buen rato de entretenimiento haciéndonos recordar grandes producciones como “El Yang-Tse en llamas” (Robert Wise, 1966), “El perro rabioso” (Akira Kurosawa, 1949) o “La joya de Shangai” (Zhang Yimou, 1995) sin olvidarnos de ciertos elementos que nos recuerdan a “El loto azul”, la conocida aventura de Tintín.
   
Así que, queridos lectores, siempre y cuando superéis los dieciocho años de edad, os recomiendo el seguir descubriendo las peripecias de esta disparatada panda en estas mucho más adultas tramas. Lo que os comenté en un principio: mafias, ansias de poder, sociedades secretas, amor, fe, choques políticos… Y nuestros protagonistas en medio.
   
Una colección que no debe faltar en la estantería del buen aficionado.

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