Hasta el momento de comenzar “Los niños de la viruela” (Anaya), de María Solar, no había oído o leído nada sobre la historia de los 22 niños que hicieron posible que en la actualidad no tengamos que preocuparnos por una enfermedad como la viruela. Una enfermedad que hacía prever que la población se reduciría considerablemente.
Los avances médicos han hecho que actualmente no tengamos que preocuparnos por enfermedades como esta. Erradicada por el ser humano, fueron siglos de lucha. La gran campaña contra la viruela llevada a cabo por el Imperio Español, la llamada Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, es la que trata este libro. Eso sí, contada desde una nueva perspectiva, no sólo de aquellos que estudiaron, investigaron, y crearon esta campaña, sino también desde la visión de 22 niños, de entre 3 y 9 años, que hicieron posible que la vacuna, a la que acababan de bautizar como tal, llegase al otro lado del Atlántico desde un hospicio situado en un pequeño rincón de A Coruña.
Esta historia tiene varios protagonistas principales, niños y adultos. Veremos que ocurre a través de los ojos de Ezequiel de la Caridad, principalmente. Él, como el resto de niños del hospicio de A Coruña, pasaba hambre y debía luchar por forjarse un oficio que le permitiese vivir tras abandonar el que es ahora su hogar. Sus mejores amigos, Clemente e Inés, nos harán conocer la vida dentro de un centro como éste, donde las familias dejaban a sus bebés ante la imposibilidad de mantenerlos, a sabiendas que tendrían una mejor vida dentro del hospicio. Así, al menos un lugar donde dormir y un trozo de pan diario, mucho más de lo que algunas familias podían ofrecer a sus hijos.
También conoceremos a la rectora de este hospicio, Doña Isabel, una mujer fuerte, madre soltera (algo insólito para la época) y con un buen trabajo. Ella se preocupa de que todos los niños de que tiene a su cargo puedan comer, dormir, y encontrar un oficio en el futuro. Eso sí, bajo unas normas estrictas para evitar que sus niños pongan en peligro al hospicio y su fama. Además, también conoceremos a las monjas que trabajan en el hospicio, que siguen las órdenes de la rectora y que atienden a los enfermos del hospital contiguo al hospicio. En este lugar, el doctor Posse Roybanes atiende a los enfermos que llegan al hospital y a los propios internos del hospicio. Un médico íntegro e innovador, muy preocupado por ese virus que ataca a la ciudad, tan contagioso y que suele acabar matando a aquellos a los que ataca: el virus de la viruela.
En 1803 hay mucha controversia sobre eso a lo que llaman vacuna: la introducción en el cuerpo de una persona sana un virus para no caer enfermo. Para ellos no tiene sentido. Pero el doctor Posse está convencido de que funciona, tanto que lleva a cabo sus propias investigaciones y mantiene contacto con uno de los mejores médicos de España en esta materia: el doctor Francisco Javier Balmis, cirujano de la corte del Rey Carlos IV. También investigador, recibe el apoyo del Rey para llevar a cabo lo que muchos tratarían de locura. Su objetivo es llevar la vacuna de la viruela más allá del Atlántico, a América, a las tierras del Imperio Español donde la viruela llegó a bordo de los barcos de los españoles y también está acabando con la población.
El doctor Balmis pide ayuda al buen doctor del hospicio y a su rectora, Doña Isabel, para que seleccionen a 22 niños jóvenes y fuertes, que no hayan pasado graves enfermedades para llevar en sus cuerpos la vacuna de la viruela a todas las tierras del imperio. Y, ¿qué niños? Pues estos son nuestros protagonistas. Entre todos destaca Ezequiel, que tomará una serie de decisiones que hará que su vida cambie varias veces a lo largo de la historia que nos cuenta este libro.
“Los niños de la viruela” es un libro que cuenta una historia real, de forma sencilla. Gracias a él entenderemos en qué consiste la vacuna, quién en Europa consigue que tenga éxito. Además, la novela es amena, utiliza a todos los personajes que aparecen en el libro para hacer comprender al lector que pasa por sus cabezas y cómo fue posible este gran proyecto. Todos los personajes que aparecen en el libro tiene su historia que contar, tenemos al protagonista como hilo conductor, pero cada personaje que aparece en el libro es interesante conocerla, empatizar y aprender de él.
La editorial Anaya nos trae con "Los niños de la viruela" un libro de María Solar, que consigue acercar a un público muy general esta historia que todos deberíamos de conocer. Es un libro que recomendaría tanto a jóvenes como mayores. Hace que, tras finalizarlo, quieras seguir conociendo la historia de estas personas y como acabó esta expedición de la vacuna.
Puedes leer aquí las primeras páginas.
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