Love, Death & Robots 3

Tim Miller y David Fincher han vuelto a Netflix con la tercera entrega de su cajón de sastre tecnológico-futurista-terrorífico ‘Love, Death & Robots’. En esta ocasión contamos con nueve entregas de duración variable (entre siete y veintidós minutos), donde se vuelve a confiar en algunos de los estudios de creación audiovisual de anteriores volúmenes, y donde destacan -por varios aspectos- dos de sus nueve piezas: la vuelva a la serie del oscarizado creador español Alberto Mielgo (su pieza es “Jíbaro”) y el estreno de David Fincher en la animación (“Mal viaje”).

Se da la casualidad de que estas dos piezas, “Mal viaje” y “Jíbaro”, son también las mejores de esta tercera temporada. Incluso, diríamos, “Jíbaro” es una joya digna de un gran maestro y que, por sí sola, ya hace que la serie merezca la pena.

Precisamente por la naturaleza fragmentaria de ‘Love, Death & Robots’ (Netflix) hemos tomado la decisión de comentarte las entregas por orden, siguiendo la disposición de los creadores, y puntuar cada una de ellas individualmente. Ahí vamos

Uno: “Tres robots: estrategias de supervivencia”. Los tres robots de la primera entrega siguen explorando la tierra analizando las causas de la extinción de la especie humana, con un mensaje centrado, especialmente, en el desprecio por el medio ambiente y la disparidad de estrategias según la diferencia (abismal) de rentas. Algo repetitivo en sus análisis, pero siempre entretenido y, en ciertos momentos, chispeantemente divertido. Nota: 6.

Dos: “Mal viaje”. La tripulación de un navío tiene un monstruoso tripulante que, bajo amenaza de muerte, les exige llevarlo a la isla más cercana para seguir alimentándose de las personas que haya allí: sus vidas a cambio de las de los isleños. Este dilema sirve de motor narrativo para un capítulo dónde el terror, la intriga y la oscuridad nos regala una pieza fantástica con un misterioso e inesperado final. Una de las mejores piezas del volumen. Nota: 8.

Tres: “El propio pulso de la máquina”. Dos oficiales militares recorren una luna de Júpiter en misión de exploración. Algo sale muy mal, pero para la superviviente del desastre aún queda una oportunidad de salir con vida. No podría nunca sospechar, después de recurrir a drogas y artilugios para avanzar, cual sería la siguiente forma a su disposición para seguir viva… Alucinaciones y misterios llevados de forma hermosa, aunque a veces demasiado intrincada y liosa. Nota: 6.

Love, Death & Robots 3

Cuatro: “La noche de los minimuertos”. Una joya divertida, rápida, entretenida y muy original. Una de zombis desde una perspectiva cenital que, por distintas circunstancias, desemboca en un apocalipsis para toda la humanidad. Todo en esta pieza es entretenido, de principio a final, con un trabajo detrás que es digno de encomio. Otra de las mejores piezas del volumen. Nota: 8.

Cinco: “Equipo mortal”. Un bajonazo en toda regla. Aquí hay un argumento simplón: un equipo especial se enfrenta a una máquina de última tecnología peligrosísima y mortal. El sentido del humor de los soldados y su camaradería no sirven para aportar nada más que una inmensa cortina de humo a una pieza que, excepto testosterona y violencia a raudales, nada más tiene que contar. Muy floja. Nota: 4.

Seis: “El enjambre”. Una pareja de investigadores humanos llega a un entorno nuevo para averiguar si las entidades alienígenas que lo habitan podrían servirles para algo. Cuando uno de los investigadores plantea la posibilidad de esclavizar a estas entidades, recibe una respuesta inesperada que lo pondrá ante un dilema dónde su misma vida estará en juego. Este capítulo carece casi de acción, pero su narrativa -recurso principal en este caso- se nos hace pesada y plomiza, repetitiva y aburrida. Posiblemente, el peor de todos. Nota: 3.

Siete: “Las ratas de Mason”. El granjero Mason tiene una plaga de ratas en su granero. Él recurrirá a toda una serie de estrategias y variopintas tecnologías para exterminarlas, pero durante la lucha contra ellas descubrirá en su capacidad de supervivencia una admiración que al principio ni intuía. Divertida, emocionante a veces y con un mensaje positivo de reconciliación que merece la pena ver como se construye, en tanto poco tiempo, de principio a fin. Nota: 7.

Ocho: “Sepultados en salas abovedadas”. Otro capítulo de acción a raudales, otro capítulo dónde la presunta trama de buenos-contra-malos solo sirve de excusa para presentarnos un capítulo de escaso interés. Se agradece el esfuerzo realista -impresionan ciertos detalles de caracterización-, pero también ese trabajo tiene bajones o descuidos que deslucen bastante todo lo demás. Nota: 5.

Nueve: “Jíbaro”. El mejor para el final. Una metáfora visual y auditiva sobre la fuerza destructiva del ser humano sobre la naturaleza, a partir de la misteriosa relación entre un guerrero sordo y la extraña dama de un lago perdido en medio de una frondosa y acuática selva. Gozosísimas son la fuerza icónica de sus sonidos, de sus colores y de sus coreografías. La firma de Alberto Mielgo recuerda en ciertos detalles a su anterior pieza para esta serie (“La testigo”, en el volumen 1), pero esta es una entrega sin duda mucho más madura y sólida. Una joya. Nota: 9/10.

Ahora, una vez dicho esto, os recomendamos las piezas de esta serie de mejor a peor

1. Jíbaro
2. Mal viaje
3. La noche de los minimuertos
4. Las ratas de Mason
5. Tres robots: estrategias de supervivencia
6. El propio pulso de la máquina
7. Sepultados en salas abovedadas
8. Equipo mortal
9. El enjambre

Fco. Martínez Hidalgo
Filólogo, politólogo y proyecto de psicólogo. Crítico literario. Lector empedernido. Mourinhista de la vida.

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