Selecta Visión ha traído a algunas de las pantallas de cine de nuestro país, las de determinados eventos y festivales como el del pasado FICX 55, uno de los últimos largometrajes del siempre peculiar y reconocible Masaaki Yuasa: “Lu Over the Wall”, una historia sobre la amistad, la música y la ambición para todos los públicos, con ese toque tan extravagante y colorista característico del autor.
- Título original: Yoake Tsugeru Lu no Uta
- Año: 2017
- Duración: 112 min.
- Dirección: Masaaki Yuasa
- Guion: Reiko Yoshida, Masaaki Yuasa
- Música: Takatsugu Muramatsu
- Dirección de Arte: Hiroshi Ohno
- Diseño de personajes: Youko Nemu, Nobutake Ito
- Intérpretes: Shouta Shimoda, Kanon Tani, Soma Saito, Akira Emoto, Shinichi Shinohara, MinaKo Kotobuki, Kenichi Suzumura, Shizuka Itou, Cho, Takayuki Sugou, Tokuyoshi Kawashima
- Productora: Science Saru
Kai es un adolescente de 14 años, tremendamente introvertido y desmotivado, que, tras el divorcio de sus padres, ha dejado la vida en la ciudad para irse a vivir junto a su padre y su abuelo a una pequeña ciudad costera. Allí, pasa los días rehuyendo los intentos de conectar con él de Yuuho y Kunio, dos de sus compañeros de clase, y componiendo música en solitario en su habitación: su auténtica pasión. Sin conocer esa afición, sus compañeros consiguen arrastrarle a la aventura de formar un grupo musical, y para tantear las aguas, deciden dirigirse a la abandonada y misteriosa isla de la Sirena, fuera de la recogida bahía, donde, durante su primer ensayo, captarán la atención de Lu, una sirena que pronto entablará una amistad profunda y cálida con Kai a través del ritmo de su música. La llegada de Lu a la vida de Kai, Yuuho, Kunio y el pueblo, enlazados con el folclore local, las ambiciones de jóvenes y adultos y los rencores y miedos hacia lo extraño y desconocido, revolucionarán la vida de los protagonistas y de la tranquila ciudad por completo.
A priori, la historia y el estilo colorista de esta película podrían recordar, aunque superficialmente, a la conocida “Ponyo en el acantilado” de Hayao Miyazaki, sin duda el director de animación japonés más conocido y aclamado a nivel internacional y toda una figura de autoridad en el gremio. Sin embargo, el parecido es superficial: si la película de Studio Ghibli era un sencillo cuento sobre la amistad entre dos niños de mundos diferentes con un toque ecologista, esta historia es algo más ambiciosa en contenido por más que el tema principal siga siendo la amistad: aunque adecuada para el público infantil, los dilemas y los conflictos que viven sus personajes son más propios para un público más maduro. Por un lado, el conflicto entre generaciones en las dinámicas entre padres e hijos (Kai, su padre y su abuelo, Yuuho y los suyos); por otro, la ambición de adolescentes y adultos por alcanzar la fama y el éxito de manera personal o empresarial (los celos de Yuuho, los adultos manejando el éxito del grupo, la captura de Lu); y por un tercer lado, el miedo y el recelo enquistados en unos y otros que son, por otro lado, los que traen el componente dramático a la película (el odio de los ancianos, la negativa de Kai a abrirse). Es una historia por lo general alegre, pero con toques cínicos en los que ningún personaje es totalmente blanco, carente de sombras: hasta Lu, con toda su nobleza y su ingenuidad, tiene un toque que denota su naturaleza como criatura sobrenatural (porque las sirenas japonesas, al igual que las europeas de la Antigüedad, son monstruos a menudo temibles en las fábulas y cuentos de los marineros). Aunque, como suele ocurrir con los trabajos de Yuasa, más allá de la oscuridad y el cinismo que desprenden, estos siempre acaban en una nota positiva: “Lu Over the Wall”, siendo un largometraje pensado para los pequeños, no es ni mucho menos la excepción: todos esos enfrentamientos entre los personajes se dejarán a un lado para salvar a los demás y hacer un frente unido ante una catástrofe que las desavenencias de unos y otros han provocado sin pretenderlo.
Siendo una historia de sirenas, la música tiene un papel importante en ella. Es lo que conecta a los tres adolescentes entre sí, lo que conecta a Kai con Lu y con su pasado, y lo que reaviva el entusiasmo de los habitantes de la ciudad. Aquí entramos en uno de los aspectos que pueden resultar más excéntricos: los números musicales que saltean la película cada vez que Lu entra en escena poseyendo a los personajes. Como salidos de un espectáculo de cabaret o de un viejo corto de dibujos animados, interrumpen de manera ruidosa la narrativa más tradicional de la película. Es una manera de transmitir la energía de la música de Lu, pero al menos al principio puede chocar a propios y extraños. En cuanto a la música en sí, está compuesta por un score discreto, pero más que correcto, y una serie de temas pop de tono extremadamente positivo. El tema principal de la película, “Utautai no Ballad”—la base de algunas de las pistas instrumentales— es una balada melodiosa y alegre con un ligero toque melancólico que paradójicamente se despega del estilo más sintético y dinámico del resto de canciones.
En definitiva, “Lu Over the Wall” es una película poco convencional pero bien realizada, altamente entretenida y visualmente llamativa, que cuenta una historia a varios niveles y es igualmente disfrutable por los más pequeños y los más mayores. Sin embargo, el espectador que pretenda verla debe de tener presente que no se trata de la típica producción de animación japonesa, y que lo que la hace tan particular es, precisamente, lo que puede provocar una reacción negativa: la extravagancia del estilo de su autor.